[vc_row full_width_row=“true”][vc_column][vc_column_text]Bajo el títu­lo “Shi­ge­ru Ōnishi. La posi­bi­li­dad de la exis­ten­cia” y en cola­bo­ra­ción con FOAM (Foto­gra­fie­mu­seum Ams­ter­dam, Paí­ses Bajos) y la gale­ría MEM (Mul­tiply Enco­ded Mes­sa­ges, Japón), Bom­bas Gens Cen­tre d’Art pre­sen­ta la pri­me­ra expo­si­ción indi­vi­dual euro­pea del mate­má­ti­co y artis­ta japo­nés Shi­ge­ru Ōnishi (Takahashi, 1928–1994).

 

Esta mues­tra se ini­cia en el oto­ño de 2021 en FOAM con una selec­ción de la obra foto­grá­fi­ca del artis­ta y será pre­sen­ta­da en Bom­bas Gens Cen­tre d’Art en la pri­ma­ve­ra de 2022. La selec­ción mues­tra la inten­ción de Ōnishi de tras­cen­der el tiem­po y el espa­cio: son foto­gra­fías que renun­cian a la ins­tan­ta­nei­dad pro­pia del len­gua­je, a la cap­tu­ra de un momen­to en el tiem­po.

Ōnishi, que no res­pe­ta­ba las reglas del cuar­to oscu­ro, mani­pu­la­ba la emul­sión foto­grá­fi­ca sobre el papel con un pin­cel y crea­ba inten­cio­na­da­men­te irre­gu­la­ri­dad en el desa­rro­llo del reve­la­do de la ima­gen. Uti­li­za­ba áci­dos para pro­vo­car deco­lo­ra­cio­nes y quí­mi­cos para mani­pu­lar el pro­ce­so final de fija­ción de la foto­gra­fía. El aca­ba­do de sus obras las con­vier­te en mon­ta­jes foto­grá­fi­cos oní­ri­cos —y en oca­sio­nes sinies­tros— en los que se vis­lum­bran cuer­pos des­nu­dos, pai­sa­jes urba­nos, árbo­les, retra­tos e inte­rio­res.

Ōnishi se gra­duó en Topo­lo­gía por la Uni­ver­si­dad de Hok­kai­do en 1953, y pron­to comen­zó a apli­car sus teo­rías mate­má­ti­cas a la foto­gra­fía. Aun­que su obra obtu­vo un bre­ve reco­no­ci­mien­to entre 1955 y 1957, el artis­ta aca­bó por aban­do­nar la foto­gra­fía para dedi­car­se a la pin­tu­ra abs­trac­ta. Una selec­ción de estas pie­zas pic­tó­ri­cas se mos­tra­rá tam­bién en “La posi­bi­li­dad de la exis­ten­cia”.

San­dra Gui­ma­rães, direc­to­ra artís­ti­ca de Bom­bas Gens Cen­tre d’Art seña­la que “la cola­bo­ra­ción con otras ins­ti­tu­cio­nes y el esfuer­zo con­jun­to por difun­dir este tra­ba­jo, supo­ne una impor­tan­te con­tri­bu­ción al mun­do de la foto­gra­fía. Ōnishi expe­ri­men­tó con este len­gua­je muy tem­prano y esta expo­si­ción per­mi­te ver un gran cuer­po de obra de este autor tan­to en su prác­ti­ca foto­grá­fi­ca como pic­tó­ri­ca”.

Ōnishi se sir­ve de la foto­gra­fía como “acto” y como expre­sión de sen­ti­mien­tos más que como docu­men­to, y eso le otor­ga un carác­ter per­for­ma­ti­vo a su obra. Este uso de la ima­gen resul­ta pre­cur­sor tem­prano de las foto­gra­fías cru­das y poé­ti­cas de auto­res japo­ne­ses coe­tá­neos como Taku­ma Nakahi­ra, Dai­dō Mori­ya­ma y el res­to de fotó­gra­fos del colec­ti­vo Pro­vo­ke (1968–70). “La obra de Ōnishi com­ple­men­ta la inves­ti­ga­ción de la Colec­ción Per Amor a l’Art en torno a toda una épo­ca y a una serie de auto­res japo­ne­ses, como pudi­mos ver en “La mira­da de las cosas. Foto­gra­fía japo­ne­sa en torno a Pro­vo­ke” [22.02.2019–02.02.2020]. Ōnishi puso a prue­ba la foto­gra­fía antes que los artis­tas que exhi­bi­mos en ese momen­to, y mues­tra cómo su carác­ter expe­ri­men­tal y per­for­má­ti­co, inclu­yen­do el movi­mien­to del cuer­po duran­te la crea­ción tan­to de imá­ge­nes como lien­zos, supu­so una fuer­te influen­cia”, apun­ta Vicent Todo­lí, ase­sor de la colec­ción y comi­sa­rio de la expo­si­ción.

La expo­si­ción inclu­ye nue­ve pie­zas foto­grá­fi­cas de Ōnishi de la déca­da de 1950 per­te­ne­cien­tes a la Colec­ción Per Amor a l’Art. Este artis­ta for­ma par­te de los auto­res que han hecho de los fon­dos de foto­gra­fía japo­ne­sa per­te­ne­cien­tes a esta colec­ción un patri­mo­nio úni­co en manos pri­va­das y una de las mejo­res colec­cio­nes de foto­gra­fía de esta épo­ca a nivel inter­na­cio­nal.

 

Biografía de Shigeru Ōnishi

Shi­ge­ru Ōnishi nació en la ciu­dad de Takahashi, pre­fec­tu­ra de Oka­ya­ma. En 1953, se gra­duó en el Depar­ta­men­to de Edu­ca­ción de Mate­má­ti­cas de la Uni­ver­si­dad de Hok­kai­do y con­ti­nuó pos­te­rior­men­te inves­ti­gan­do topo­lo­gía en esa Uni­ver­si­dad. Por esa épo­ca, se dedi­có a la foto­gra­fía y se con­vir­tió en miem­bro acti­vo de un club de foto­gra­fía ama­teur en Sap­po­ro.

Su pri­me­ra expo­si­ción indi­vi­dual tuvo lugar en la gale­ría Nabis de Tokio, acom­pa­ña­da de un tex­to del influ­yen­te crí­ti­co de arte Shū­zo Taki­gu­chi. Al año siguien­te, el tra­ba­jo de Ōnishi se inclu­yó en la “Inter­na­tio­nal Sub­jec­ti­ve Pho­to­graphy Exhi­bi­tion”, cele­bra­da en Takashi­ma­ya Nihon­bashi (1956). En 1957, el mis­mo Shū­zo Taki­gu­chi orga­ni­zó una expo­si­ción indi­vi­dual de Ōnishi en la gale­ría Take­mi­ya garō. Ese año, el tra­ba­jo del artis­ta apa­re­ció en dis­tin­tos perió­di­cos y revis­tas.

Cuan­do ini­ció su obra pic­tó­ri­ca expe­ri­men­tal y abs­trac­ta, el crí­ti­co fran­cés Michel Tapié se intere­só por el tra­ba­jo de Ōnishi. Tapié tenía un pro­fun­do cono­ci­mien­to de las mate­má­ti­cas y fue una de las pocas per­so­nas que supo com­pren­der la teo­ría del arte basa­da en topo­lo­gía de Ōnishi. Así, gra­cias a los tex­tos y expo­si­cio­nes que orga­ni­zó Tapié en esa épo­ca, la carre­ra de este artis­ta adqui­rió una dimen­sión inter­na­cio­nal.

Tras la expo­si­ción en la gale­ría MEM en 2017 de una serie de foto­gra­fías de Ōnishi (adqui­ri­das por el pro­pie­ta­rio de la gale­ría, Katsu­ya Ishi­da) que habían que­da­do en el olvi­do tras la muer­te del artis­ta, su obra entró a for­mar par­te de la Colec­ción Per Amor a l’Art en ese mis­mo año.

 

 

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