Cien­tí­fi­cos del Con­se­jo Supe­rior de Inves­ti­ga­cio­nes Cien­tí­fi­cas (CSIC) han par­ti­ci­pa­do en el desa­rro­llo, pues­ta a pun­to y vali­da­ción de un nue­vo ensa­yo para detec­tar anti­cuer­pos del virus SARS-Cov2, cau­san­te de la actual pan­de­mia. El pro­yec­to, deno­mi­na­do SCOVAM (de SARS COV‑2 Anti­gen Micro­array), se basa en el uso de bio­chips o micro­arrays ini­cial­men­te dise­ña­dos para ras­trear vida en otros pla­ne­tas y emplea varias de las pro­teí­nas del virus SARS-Cov2, lo que mejo­ra la fia­bi­li­dad y la capa­ci­dad de detec­ción de anti­cuer­pos fren­te a otros méto­dos.

Inves­ti­ga­do­res del Cen­tro de Astro­bio­lo­gía (CAB, CSIC-INTA) lle­van casi dos déca­das desa­rro­llan­do inmu­no­en­sa­yos fluo­res­cen­tes e ins­tru­men­ta­ción para la detec­ción de ras­tros mole­cu­la­res de vida en ambien­tes extre­mos para explo­ra­ción pla­ne­ta­ria, en con­cre­to, en Mar­te. Esa mis­ma tec­no­lo­gía, emplea­da tam­bién para la bús­que­da de vida en las pro­fun­di­da­des del océano, se ha uti­li­za­do aho­ra para detec­tar simul­tá­nea­men­te los anti­cuer­pos de tipo IgM e IgG en sue­ro san­guí­neo.

El méto­do de detec­ción por fluo­res­cen­cia es más len­to (unas tres horas, apro­xi­ma­da­men­te) que el test rápi­do (o de flu­jo late­ral) pero, a cam­bio, es mucho más sen­si­ble (es capaz de detec­tar una can­ti­dad menor de anti­cuer­pos), es semi­cuan­ti­ta­ti­vo, esca­la­ble y auto­ma­ti­za­ble, ya que se pue­de ope­rar en for­ma­to múl­ti­ple (has­ta 96 mues­tras simul­tá­nea­men­te) y los datos que­dan alma­ce­na­dos en sopor­te digi­tal.

“Una ven­ta­ja de SCOVAM es que uti­li­za varias de las pro­teí­nas del virus para cap­tu­rar los anti­cuer­pos pre­sen­tes en el sue­ro san­guí­neo que son capa­ces de unir­se de for­ma espe­cí­fi­ca al SARS-CoV2. Tener varias pro­teí­nas vira­les como anzue­lo per­mi­te la iden­ti­fi­ca­ción de patro­nes anti­gé­ni­cos del virus, pues­to que cada per­so­na pue­de desa­rro­llar una res­pues­ta de anti­cuer­pos dife­ren­te ante las dis­tin­tas pro­teí­nas. Por otro lado, en el caso de que futu­ras inves­ti­ga­cio­nes iden­ti­fi­quen mar­ca­do­res pre­dic­ti­vos de la evo­lu­ción de la enfer­me­dad, SCOVAM podría adap­tar­se y actua­li­zar­se para la detec­ción simul­tá­nea de anti­cuer­pos y mar­ca­do­res de infla­ma­ción, por ejem­plo”, expli­ca el inves­ti­ga­dor Víc­tor Parro, que tra­ba­ja en el CAB (CSIC-INTA).

El méto­do desa­rro­lla­do en el CAB mues­tra una coin­ci­den­cia supe­rior al 91% con los tests comer­cia­les y, en varios casos, corri­ge los resul­ta­dos de fal­sos nega­ti­vos de la PCR (Reac­ción en Cade­na de la Poli­me­ra­sa). “Hay que des­ta­car que el 9% de dis­cre­pan­cias pue­den ser atri­bui­das tan­to al méto­do SCOVAM como al comer­cial, ya que todos los méto­dos tie­nen un ran­go de incer­ti­dum­bre que impi­de dis­tin­guir un resul­ta­do posi­ti­vo del resul­ta­do pro­du­ci­do por los sue­ros nega­ti­vos”, indi­ca Parro.

Validación del método

La pues­ta a pun­to de méto­dos de detec­ción de antí­ge­nos vira­les (inclui­do el ARN median­te RT-PCR) y sero­ló­gi­cos pue­de estar ses­ga­da si solo se emplean mues­tras de per­so­nas ingre­sa­das o del colec­ti­vo sani­ta­rio. Por ello, el CAB y el labo­ra­to­rio de micro­bio­lo­gía del Hos­pi­tal Cen­tral de la Defen­sa “Gómez Ulla” están tra­ba­jan­do actual­men­te en un estu­dio sero­ló­gi­co alea­to­rio y volun­ta­rio con el fin de vali­dar SCOVAM sobre una mues­tra sin ses­go apa­ren­te. Ade­más de ave­ri­guar la inci­den­cia de la Covid-19 en este colec­ti­vo, se moni­to­ri­za­rá la car­ga inmu­no­ló­gi­ca fren­te al virus a lo lar­go del tiem­po, de mane­ra que pue­da infe­rir­se tan­to la con­cen­tra­ción de anti­cuer­pos como su pre­va­len­cia en san­gre.

“SCOVAM es una poten­te herra­mien­ta para estu­diar la exis­ten­cia de patro­nes antí­­geno-anti­­cue­r­­po entre los sue­ros posi­ti­vos e, inclu­so, para infe­rir las inter­ac­cio­nes con mayor capa­ci­dad neu­tra­li­zan­te. A su vez, podría ser usa­do como méto­do de segui­mien­to de la efec­ti­vi­dad de futu­ras vacu­nas”, aña­de el inves­ti­ga­dor del CAB.

En este pro­yec­to han par­ti­ci­pa­do cien­tí­fi­cos del equi­po de Luis Enjua­nes en el CNB del CSIC, que han pro­por­cio­na­do las mues­tras de ARN; el Hos­pi­tal Cen­tral de la Defen­sa “Gómez Ulla”, que ha faci­li­ta­do mues­tras y estu­dios com­pa­ra­ti­vos; el Cen­tro de Regu­la­ción Genó­mi­ca (CRG) de Bar­ce­lo­na; el CIMUS de la Uni­ver­si­dad de San­tia­go de Com­pos­te­la; y la empre­sa Euro­­fins-Inge­­na­­sa, que ha pro­por­cio­na­do pro­teí­nas del virus para los ensa­yos.

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