Des­pués de su reaper­tu­ra el pasa­do 17 de sep­tiem­bre, tras seis meses de cie­rre tem­po­ral, Sala Rus­sa­fa de Valen­cia reci­be un visi­tan­te muy espe­cial. Luci­fer se aso­ma a su esce­na­rio jun­to a un elen­co de lujo, com­pues­to por María José Goya­nes, María Lahoz y Manuel Valls.

El públi­co entra a la Sala Rus­sa­fa con nue­vas medi­das de segu­ri­dad ante el Covid-19.

Son el repar­to de Susan y el dia­blo, un thri­ller que este jue­ves inau­gu­ra el “Ciclo de Com­pa­ñías Nacio­na­les”. Es la déci­ma edi­ción de esta selec­ción de pro­pues­tas veni­das de dis­tin­tas comu­ni­da­des autó­no­mas, pie­zas de mediano for­ma­to pero gran cali­dad artís­ti­ca que ofre­cen una pano­rá­mi­ca sobre lo que se cue­ce a nivel nacio­nal en las artes escé­ni­cas.

Este año inclu­ye pie­zas como Hay que des­ha­cer la casa, de Fun­di­ción Pro­duc­cio­nes (Sevi­lla), que revi­si­ta el famo­so tex­to de Sebas­tián Jun­yent. O una ver­sión del clá­si­co del Arci­pres­te de Hita El libro del buen amor, de la for­ma­ción Gui­ri­gai (Extre­ma­du­ra). Tam­bién hay espa­cio para tex­tos ori­gi­na­les, como Via­je a Pan­ca­ya, fir­ma­da por Cris­ti­na Yañez  para Tran­vía Tea­tro (Ara­gón), o la exi­to­sa El Fune­ral, de Tea­tro Che y Moche (Ara­gón), que cie­rra el ciclo.

Un total de cin­co obras veni­das de cua­tro comu­ni­da­des autó­no­mas que podrán ver­se des­de el 24 de octu­bre al 13 diciem­bre, alter­nán­do­se con las del “Cicle de Com­pan­yies Valen­cia­nes” de la pasa­da tem­po­ra­da que que­da­ron sus­pen­di­das por la lle­ga­da del Coro­na­vi­rus y aho­ra recu­pe­ran sus fun­cio­nes en el cen­tro cul­tu­ral de Ruza­fa.

La reinserción, el perdón o la piedad entre los temas de un thriller que parte de uno de los crímenes más mediáticos del siglo XX

La pro­gra­ma­ción nacio­nal de Sala Rus­sa­fa se abre con Susan y el dia­blo, una copro­duc­ción de los tole­da­nos Euros­ce­na y los valen­cia­nos Arden. Duran­te dos sema­nas, has­ta el 4 de octu­bre, la pie­za regre­sa a Valen­cia den­tro de su gira nacio­nal, des­pués de haber pasa­do por el Tea­tro Prin­ci­pal el pasa­do mes de noviem­bre.

Toma de la tem­pe­ra­tu­ra antes de empe­zar la sesión en la Sala Rus­sa­fa.

Che­ma Car­de­ña fir­me y diri­ge este thri­ller que se sitúa en 2008, en una cár­cel esta­dou­ni­den­se don­de cum­ple con­de­na Susan Atkins, homi­ci­da con­fe­sa de Sha­ron Tate en la maca­bra matan­za que los segui­do­res de Char­les Man­son lle­va­ron en la mora­da de Roman Polans­ki.

Cua­ren­ta años des­pués de aque­llos hechos y ante la vigi­lan­cia de una fun­cio­na­ria tan vete­ra­na en el pre­si­dio como ella, la ancia­na Atkins atien­de a las pre­gun­tas de un perio­dis­ta del dia­rio sen­sa­cio­na­lis­ta Black Star, al que ha con­ce­di­do una entre­vis­ta. Aque­ja­da de una dolen­cia ter­mi­nal, quie­re con­ven­cer a la opi­nión públi­ca de que le per­mi­tan morir en casa.

“Con esta his­to­ria que­ría hacer pen­sar sobre nues­tra capa­ci­dad de per­dón, de empa­tía. En el sis­te­ma judi­cial y peni­ten­cia­rio hay una línea muy fina entre lo jus­to y lo humano”, seña­la Car­de­ña, quien ha ele­gi­do el géne­ro de sus­pen­se para lle­var al esce­na­rio esta his­to­ria, sal­pi­cán­do­lo de humor para ali­viar la ten­sión en deter­mi­na­dos momen­tos.

La ambien­ta­ción musi­cal y los audio­vi­sua­les acom­pa­ñan al recuer­do de los dife­ren­tes epi­so­dios de la vida de Atkins, quien lle­ga­rá a dudar qué sabe real­men­te de su pasa­do y de su pre­sen­te, de la per­so­na que la entre­vis­ta.

El inte­rior de la Sala Rus­sa­fa.

“Me gus­ta el tea­tro que nos plan­tea pre­gun­tas como indi­vi­duos y como socie­dad. Con esta obra he inten­ta­do que el públi­co se mira­ra bien aden­tro, le he invi­ta­do a poner­se en la piel del otro. Qui­zá algu­nos espec­ta­do­res des­cu­bran que ellos tam­bién tie­nen algo de ese dia­blo que lle­vó a Susan a la locu­ra y que, pre­ci­sa­men­te por eso, serían capa­ces de libe­rar­la. Mien­tras que para otros, el per­dón sea impo­si­ble”, comen­ta el autor y direc­tor de la pie­za.

Peque­ñas pis­tas van con­du­cien­do al espec­ta­dor en esta pro­pues­ta en la que se van des­cu­brien­do que todos los per­so­na­jes están lle­nos de doble­ces, son capa­ces de la mal­dad y la bon­dad, del odio y el cari­ño. Una pro­pues­ta para dis­fru­tar de mane­ra segu­ra, gra­cias al com­ple­to pro­to­co­lo anti Covid que ha imple­men­ta­do Sala Rus­sa­fa para higie­ni­zar el espa­cio antes y des­pués de cada fun­ción, con medi­das para garan­ti­zar la dis­tan­cia de segu­ri­dad en el patio de buta­cas y los espa­cios comu­nes.

Acor­de a la nor­ma­ti­va y reco­men­da­cio­nes sani­ta­rias, el tea­tro tra­ba­ja para hacer del cen­tro cul­tu­ral un espa­cio de con­fian­za y apues­ta por la #Cul­tu­ra­Se­gu­ra.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia