La coreó­gra­fa Rosán­ge­les Valls en uno de los ensa­yos de Âtman, el comiat. Foto: Miquel Pon­ce

Si hay un nom­bre pro­pio para la his­to­ria de la dan­za con­tem­po­rá­nea en Valen­cia ese es el de Anan­da Dan­sa. Crea­da a prin­ci­pios de los años 80 por los her­ma­nos Rosán­ge­les y Edi­son Valls, la com­pa­ñía ha sabi­do con­fir­mar­se a lo lar­go de estas casi cua­tro déca­das como uno de los refe­ren­tes más des­ta­ca­dos de la dan­za en Espa­ña gra­cias a un tra­ba­jo de expe­ri­men­ta­ción e inno­va­ción don­de la fusión con ele­men­tos lite­ra­rios y tea­tra­les ha sido una de sus señas de iden­ti­dad. Aho­ra esa   espec­ta­cu­lar tra­yec­to­ria lle­ga a su final con su últi­mo mon­ta­je, Âtman, el comiat, con que la com­pa­ñía dirá adiós en los esce­na­rios en el Palau de les Arts este vier­nes 17.

Para esta des­pe­di­da, la coreo­gra­fa Rosán­ge­les Valls nos pro­po­ne pre­ci­sa­men­te una refle­xión sobre la muer­te. Una muer­te que la com­pa­ñía pre­sen­ta, fiel al com­pro­mi­so social que siem­pre le ha carac­te­ri­za­do, encar­na­da en las muje­res víc­ti­mas de vio­len­cia machis­ta. Pero el mon­ta­je, copro­du­ci­do con el Palau de las Arts, no se recrea en una visión resig­na­da y pesi­mis­ta. Por­que la pro­pues­ta tam­bién es un can­to a la vida: la de esas otras muje­res y niños que han logra­do esca­par del mal­tra­to per­mi­tién­do­nos un atis­vo de espe­ran­za.

Para plas­mar estas refle­xio­nes, el mon­ta­je, que per­ma­ne­ce­rá en Les Arts has­ta el 2 de febre­ro, ha cons­trui­do un home­na­je a la músi­ca tra­di­cio­nal valen­cia­na, tami­za­da por la con­tem­po­ra­nie­dad gra­cias al tra­ba­jo del arre­glis­ta y com­po­si­tor Pep Llo­pis. En él el cant d’estil ten­drá un papel des­ta­ca­do con la voz de  Jona­tan Penal­ba, al igual que los ver­sos de Vicent Andrés Este­llés. En esta oca­sión, el ase­so­ra­mien­to lite­ra­rio para el mon­ta­je a corri­do a car­go de Rodolf Sire­ra. Pero, ade­más, Âtman, el comiat pre­ten­de ser tam­bién un home­na­je a Valen­cia, la ciu­dad que les vio nacer  y que Anan­da Dan­sa logró inser­tar en el mapa de la dan­za.

38 años de triunfos

Âtman, el comiat pon­drá el colo­fón a 38 años de his­to­ria. En ese tiem­po, Anan­da Dan­sa ha pro­du­ci­do una trein­te­na de espec­tácu­los, reco­rri­do 25 paí­ses y acu­mu­la­do más de 70 pre­mios y nomi­na­cio­nes, entre ellos el Pre­mio Nacio­nal de Dan­za 2006, la Meda­lla d’Honor del Con­sell Valen­cià de Cul­tu­ra y diez pre­mios Max. Un reco­no­ci­mien­to que se ha hecho exten­si­vo a la coreó­gra­fa y alma de la com­pa­ñía Rosán­ge­les Valls, actual vice­pre­si­de­tan de la Aca­de­mia de las Artes Escé­ni­cas de Espa­ña y Meda­lla de Oro al Méri­to de las Bellas Artes 2018 por el con­se­jo de minis­tros

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