La propuesta metateatral «Vida. Sis sentits entre ventre i cartílag», del Colectivo Losanges, se representa en diversos espacios de la Mutant

Una esce­na de «Vida» (VICENTE JIMÉNEZ).

Vida. Sis sen­tits entre ven­tre i car­tí­lag, de la dra­ma­tur­ga y direc­to­ra Ampa­ro Urie­ta es un ritual tea­tral que incor­po­ra tex­to, cuer­po y audio­vi­sual para refle­xio­nar sobre la muer­te y el due­lo. La pro­pues­ta mul­ti­dis­ci­pli­nar de Colec­ti­vo Losan­ges está hecha a medi­da para Espai Mutant, don­de se repre­sen­ta­rá los pró­xi­mos 26 y 27 de noviem­bre en el esce­na­rio, el foso y los pasi­llos del cen­tro de artes vivas.

La auto­ra se sir­ve de frag­men­tos del tex­to Vida, de la mexi­ca­na Olin­da Larral­de para abor­dar la his­to­ria de una actriz que va a hacer una fun­ción en un tea­tro. La pro­pues­ta meta arran­ca des­de la coti­dia­ni­dad para ir deri­van­do hacia un plan­tea­mien­to más irra­cio­nal y meta­fó­ri­co sobre la asun­ción de la pena.

El públi­co es con­fron­ta­do con la pér­di­da de la mano de la pro­ta­go­nis­ta, una maes­tra de cere­mo­nias inter­pre­ta­da por Cla­ra Cres­po, y de tres per­so­na­jes que sim­bo­li­zan la muer­te, el más allá y lo espi­ri­tual de mane­ra vela­da.

Los inter­pre­tan Bego­ña San­ta­li­ces, Jés­si­ca Mar­tí­nez y el artis­ta visual Car­los Moli­na, que abor­da su papel des­de la crea­ti­vi­dad en el dise­ño de la ilu­mi­na­ción. Por su par­te, Xavier Pucha­ches se ha hecho car­go de la tra­duc­ción del tex­to dra­má­ti­co y de la tra­duc­ción y la adap­ta­ción de los temas musi­ca­les.

«El plan­tea­mien­to ini­cial es duro, por­que visi­bi­li­za la pér­di­da y el due­lo, pero no se ha plan­tea­do des­de lo trá­gi­co, sino que se habla de ello de una mane­ra natu­ral, y al tér­mino es un can­to a la ale­gría, a la exis­ten­cia y la come­dia. El tex­to, de hecho, tie­ne cier­ta ambi­güe­dad, por­que pre­sen­ta muchas capas y afron­ta el tema des­de la dua­li­dad, habla de la muer­te, pero tam­bién de la vida», avan­za Jés­si­ca Mar­tí­nez.

Otra esce­na de la pro­pues­ta de Colec­ti­vo Losan­ges (VICENTE JIMÉNEZ).

Los sonidos de Tabarca

El colec­ti­vo lle­vó a cabo un pro­ce­so pre­vio de docu­men­ta­ción sobre la muer­te en dife­ren­tes cul­tu­ras, con espe­cial inte­rés en Occi­den­te. Los hallaz­gos ico­no­grá­fi­cos, biblio­grá­fi­cos, tex­tua­les y sono­ros de ese estu­dio están con­te­ni­dos en el pro­yec­to, así como el fru­to de una inves­ti­ga­ción sono­ra lle­va­da a cabo en una resi­den­cia en Tabar­ca gra­cias al Ins­ti­tu­to Juan Gil Albors de Ali­can­te y la Dipu­tación de Ali­can­te. El espa­cio sono­ro de Vida está hecho a par­tir de gra­ba­cio­nes sono­ras en la isla de su vege­ta­ción y del rumor del mar.

La pro­duc­ción tam­bién ha sido apo­ya­da por Espai LaGran­ja y Car­me Tea­tre, don­de les cedie­ron sen­dos espa­cios de ensa­yo.  La pie­za empe­zó a ges­tar­se en 2021, pero por cues­tio­nes pre­su­pues­ta­rias, el pro­ce­so de crea­ción se divi­dió en dos años. Este con­tra­tiem­po ha juga­do final­men­te a favor, por­que les ha posi­bi­li­ta­do pro­bar plan­tea­mien­tos dis­tin­tos.

«En 2021 nos per­mi­ti­mos más jugar. Como sabía­mos que no iba a haber un estreno, estu­vi­mos pro­ban­do. En este segun­do año la expe­ri­men­ta­ción se ha ido con­cre­tan­do en un espa­cio sono­ro, una ilu­mi­na­ción y un tra­ba­jo crea­ti­vo con­jun­to», expli­ca Mar­tí­nez.

 

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