“Con­tra el infan­ti­lis­mo pro­gre­sis­ta de la socie­dad actual” es el pro­vo­ca­ti­vo sub­tí­tu­lo de Joven, no me cabree, la últi­ma y muy recien­te obra lite­ra­ria (Edi­cio­nes B, sep­tiem­bre de 2022) de Albert Boa­de­lla (Bar­ce­lo­na, 1943). 

La idea cen­tral del libro es mag­ní­fi­ca: un joven uni­ver­si­ta­rio visi­ta a Boa­de­lla con el pro­pó­si­to de obte­ner infor­ma­ción para su tesis doc­to­ral sobre los aspec­tos trans­gre­so­res de los pri­me­ros mon­ta­jes tea­tra­les, con el gru­po Els Joglars, del actor, direc­tor y autor cata­lán (Alias Serra­llon­ga, 1974; La tor­na, 1977; M‑7 Cata­lo­nia, 1978; Ope­ra­ción Ubú, 1981; Tele­deum, 1983…). Todo el libro, sal­vo un dis­cur­so de Boa­de­lla a un audi­to­rio que poco a poco aban­do­na la sala, es un diá­lo­go, man­te­ni­do duran­te varios encuen­tros, entre el vie­jo, cul­to y con­ser­va­dor cas­ca­rra­bias de Boa­de­lla y el inquie­to y pre­vi­si­ble “pro­gre” vein­tea­ñe­ro que le hace pre­gun­tas y pre­gun­tas –intere­san­tes algu­nas, muy tópi­cas y débi­les otras– al gran crea­dor tea­tral. El com­ba­te de ideas es apa­sio­nan­te y ten­so en muchas de las 236 pági­nas del volu­men. 

Un momen­to de la repre­sen­ta­ción de M‑7 Cata­lo­nia.

Repro­duz­co algu­nas furi­bun­das parra­fa­das de un Boa­de­lla, siem­pre agre­si­vo –en oca­sio­nes, inclu­so ofen­si­vo– con su tierno entre­vis­ta­dor. El casi octo­ge­na­rio Albert abu­sa, en el terreno de las razo­nes, de un dis­cre­pan­te nada bien per­tre­cha­do para la bata­lla ideo­ló­gi­ca. Tan débil se mues­tra el estu­dian­te en la lucha dia­léc­ti­ca que a menu­do te entran ganas de ayu­dar­le, aun­que no estés de acuer­do con él. 

Estas son algu­nas des­ca­li­fi­ca­cio­nes de Boa­de­lla: “La uni­ver­si­dad de hoy es un escar­nio a sus esen­cias. Es el cal­do de cul­ti­vo de una eru­di­ción enfá­ti­ca y degra­da­da. Un club de vivi­do­res a cos­ta del era­rio públi­co”… “Joven, su per­se­ve­ran­cia en el error solo pue­de tener una úni­ca expli­ca­ción. Hacer­se la víc­ti­ma. Ali­men­tar el resen­ti­mien­to, que es final­men­te de lo que vive su gene­ra­ción”… “El museo Rei­na Sofía es el tana­to­rio don­de se expo­ne la muer­te del arte de nues­tro tiem­po y su putre­fac­ción reci­cla­da y orien­ta­da hacia una ladi­na orga­ni­za­ción finan­cie­ra mul­ti­mi­llo­na­ria”… “Picas­so per­so­ni­fi­ca el prin­ci­pio del fin. Y el oca­so solo podía con­su­mar­lo alguien extre­ma­da­men­te dota­do como era él. Fue un dis­cí­pu­lo para con­se­guir rápi­da­men­te la fama y el triun­fo en el arte. Ven­dió su alma de la mis­ma mane­ra que lo hizo Faus­to para obte­ner la cons­tan­te juven­tud”… “¿La mos­ca y el perro le supo­nen sen­ti­mien­tos y mora­les dis­tin­tos?”… “¿Qué es un Tàpies sino el des­aho­go de un impo­ten­te ante los gran­des maes­tros?”. 

A veces te entran ganas de abo­fe­tear a Boa­de­lla. Por ejem­plo, por su bru­ta­li­dad con­tra el arte con­tem­po­rá­neo. O cuan­do equi­pa­ra la rela­ción de los huma­nos con las mos­cas y con los perros. ¡Cla­ro que hay dife­ren­cias mora­les, psi­co­ló­gi­cas, sani­ta­rias y de con­vi­ven­cia! Otras, aplau­des men­tal­men­te su valen­tía para decir “lo prohi­bi­do”. Lúci­do o his­té­ri­co, lle­ga un momen­to en el que Boa­de­lla es incó­mo­do para casi todos. 

Joven, no me cabree es en reali­dad un tex­to tea­tral con la apa­rien­cia de plan­tea­mien­to narra­ti­vo con­ven­cio­nal. Un jue­go de poder a pala­bra abier­ta entre dos per­so­nas con intere­ses y obje­ti­vos muy dis­tin­tos, al modo de La hue­lla (Anthony Shaf­fer, Royal Thea­tre de Brigthon, 1970), o El verí del tea­tre (Rodolf Sire­ra, TVE Cata­lun­ya, 1978). 

Ese fér­til mode­lo de enfren­tar en una pro­lon­ga­da con­ver­sa­ción a dos reco­no­ci­bles y enfren­ta­das tipo­lo­gías mere­ce­ría tener otras entre­gas basa­das en cono­ci­das figu­ras de la his­to­ria. Apun­to algu­nas posi­bi­li­da­des: Robe­s­­pie­­rre-Napo­­léon; Sta­­lin-Gor­­ba­­chov; Lenin-Trots­­ki; Fra­n­­co-Ado­l­­fo Suá­rez; Juan de Ordu­­ña-Almo­­dó­­var; Lola Flo­­res-Rosa­­lía…


LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

Duran­te los dos últi­mos años, el perio­dis­ta cul­tu­ral Rafa Marí ha veni­do publi­can­do en este espa­cio de Valen­cia City sus cró­ni­cas sobre cine, pri­me­ro como Dia­rio de un ciné­fi­lo, y pos­te­rior­men­te bajo el títu­lo Des­de el sillón de mi casa… en Mis­la­ta. Han sido dos años de diver­ti­das y ori­gi­na­les digre­sio­nes sobre su gran pasión, el cine, pero aho­ra toca explo­rar nue­vos terri­to­rios, reno­var una fruc­tí­fe­ra cola­bo­ra­ción, una colum­na abier­ta.

En aje­drez, otra de las inte­li­gen­tes acti­vi­da­des de Rafa Marí, una colum­na abier­ta es una colum­na sin peo­nes; en el perio­dis­mo, una colum­na abier­ta es una colum­na don­de pue­de refle­xio­nar­se sobre el pre­cio de las cosas, la alta coci­na, un libro, una pelí­cu­la o los amo­res de Isa­bel Pan­to­ja.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 se incor­po­ró a la redac­ción de Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te ejer­ce su acti­vis­mo como gran comen­ta­ris­ta.

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