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La exposición Roberto Mollá: El cazador de extraterrestres se podrá visitar del 22 de enero al 6 de mayo en Gabinete de Dibujos.

El caza­dor de extra­te­rres­tres lle­va vida de artis­ta. Su cuar­tel gene­ral, ins­ta­la­do en los apar­ta­men­tos Haru­mi de la bahía de Tokio, pare­ce un estu­dio. Allí ha jun­ta­do todas las mesas dis­po­ni­bles y en ellas va colo­can­do, en com­po­si­cio­nes varia­bles, las foto­gra­fías, ano­ta­cio­nes, mapas y dibu­jos que rea­li­za duran­te sus reco­rri­dos por la leja­na Ciu­dad del Espa­cio, una répli­ca exac­ta y flo­tan­te de la capi­tal japo­ne­sa.

 

Rosi­ta hal­fto­ne, 2021. Lápiz y rotu­la­dor sobre papel mili­me­tra­do 28 x 40 cm

Las estan­te­rías están reple­tas de archi­va­do­res que con­tie­nen la infor­ma­ción reco­gi­da en su vaga­bun­deo por las calles. No están eti­que­ta­dos ni fecha­dos, aun­que no es nece­sa­rio por­que todos con­tie­nen datos del 1 de sep­tiem­bre de 1994; día, o segun­dos más bien, en los que trans­cu­rre una his­to­ria cuya línea tem­po­ral es incom­pren­si­ble. Un no tiem­po (en el que los siglos son redu­ci­dos a ceni­zas) que el caza­dor pre­ten­de car­to­gra­fiar en un dia­gra­ma. En los estan­tes hay tam­bién algu­nos libros de cien­cia fic­ción y arqui­tec­tu­ra, cómics galác­ti­cos, un cen­te­nar de dis­cos y un álbum de nega­ti­vos anó­ni­mos encon­tra­do en el ras­tro del san­tua­rio Togo.

 

Den­tro de una car­pe­ta guar­da lo que él lla­ma Archi­vo Des­aix, media doce­na de infor­mes que iden­ti­fi­can a pro­ba­bles extra­te­rres­tres citán­do­los como pri­mer obje­ti­vo, segun­do obje­ti­vo y así suce­si­va­men­te. El caza­dor bus­ca a dia­rio esas seis extra­ñas for­mas de vida en una ciu­dad en la que él pare­ce ser el úni­co super­vi­vien­te, otra extra­ña for­ma de vida a su vez. En el moni­tor del cuar­tel gene­ral, y en todas las pan­ta­llas que encuen­tra por la ciu­dad, Rosi­ta, una pre­sen­ta­do­ra de tele­vi­sión, expli­ca algu­nos deta­lles de la inmen­sa urbe espa­cial. In Hea­ven everything is fine, lee en los sub­tí­tu­los. Habrá escu­cha­do la fra­se, emi­ti­da en bucle, cien­tos, miles de veces. Poco des­pués (o mucho des­pués, esto no es posi­ble saber­lo) el caza­dor de extra­te­rres­tres escri­be: Aho­ra amo, amo una ima­gen. Con­fu­so, cie­rra los ojos y cuan­do devuel­ve la mira­da a la pan­ta­lla Rosi­ta ha des­apa­re­ci­do.

Libro Geografía del tiempo

Esa es en resu­men la his­to­ria que, ver­sio­nan­do el libro Geo­gra­fía del tiem­po (A.G. Por­ta, 2008), se repre­sen­ta en el Gabi­ne­te de dibu­jos a tra­vés de una vein­te­na de tra­ba­jos sobre papel mili­me­tra­do. Una expo­si­ción que se podrá visi­tar del 22 de enero al 6 de mayo de 2022. De hecho, el día 22 de enero, a las 12 horas ten­drá lugar la inau­gu­ra­ción ofi­cial.

 

Iden­ti­fi­cán­do­se con la mira­da y ruti­nas dia­rias del pro­ta­go­nis­ta de la nove­la (el caza­dor de extra­te­rres­tres), y aña­dien­do capas de refe­ren­tes pro­pios (las ilus­tra­cio­nes de McK­night Kauf­fer para The world in 2030, la músi­ca de Tuxe­do­moon, la colec­ción de cómics Zona 84), Rober­to Mollá mues­tra una serie de dibu­jos en los que el caza­dor de la nove­la ha pasa­do a ser dibu­jan­te, Hong Kong es Tokio y los extra­te­rres­tres son todas las for­mas mutan­tes, auto­má­ti­cas, repe­ti­ti­vas o ines­cru­ta­bles que apa­re­cen en su mesa del cuar­tel gene­ral.

Los temas de la expo­si­ción, como en la nove­la meta­fí­si­ca de Por­ta, son el tiem­po y su fle­xi­bi­li­dad, la vola­ti­li­dad de los recuer­dos y los sue­ños, el inten­to inú­til de atra­par­los en imá­ge­nes y el tra­ba­jo en el estu­dio. El caza­dor de extra­te­rres­tres dibu­ja naves espa­cia­les, líneas ciné­ti­cas y pre­sen­ta­do­ras de tele­vi­sión, pero eso es aquí lo de menos.

Como en series ante­rio­res en las que retra­ta­ba su mesa de dibu­jo o extra­ños robots dibu­jan­tes, el tema prin­ci­pal de la expo­si­ción, aun­que sote­rra­do, es la pro­pia prác­ti­ca del dibu­jo.

 

Dibu­ja que está dibu­jan­do. El dibu­jo como regis­tro del tiem­po trans­cu­rri­do com­ple­tan­do, por ejem­plo, el retra­to de una androi­de, tal vez una extra­te­rres­tre, con una tra­ma de semi­to­nos (peque­ños círcu­los, dibu­ja­dos en este caso a lápiz, que el ojo mez­cla para for­mar una ima­gen); o del tiem­po emplea­do en dibu­jar una y otra vez el mis­mo archi­va­dor, uno al día, a la mane­ra del japo­nés On Kawa­ra en sus Date pain­tings.

La extra­ña for­ma de vida otra vez. El irre­pri­mi­ble pero anti­cua­do ins­tin­to del que habla­ba
Pon­tano en La not­te de Anto­nio­ni. La nove­la de Por­ta es un esce­na­rio idó­neo para tra­tar estos temas, pero a esa narra­ción se le fue­ron adhi­rien­do duran­te el pro­ce­so otras capas de refe­ren­tes, rami­fi­ca­cio­nes, his­to­rias den­tro de his­to­rias y temas recu­rren­tes en el tra­ba­jo de Mollá, rela­cio­na­dos en la mayo­ría de los casos con su pro­pia expe­rien­cia y memo­ria per­so­nal, un via­je en pica­do hacia temas y feti­ches, algu­nos ado­les­cen­tes, que le ini­cia­ron en su prác­ti­ca artís­ti­ca.

El títu­lo ele­gi­do para la expo­si­ción, un títu­lo de estir­pe pop, under­ground y retro­fu­tu­ris­ta, hace alu­sión al modo des­inhi­bi­do con el que el dibu­jan­te caza y mez­cla pie­zas dis­pa­res pro­ce­den­tes del cómic, de la lite­ra­tu­ra, del cine, de una ciu­dad visi­ta­da, de la músi­ca post-punk o del vor­ti­cis­mo.

El dibu­jan­te se pone la gabar­di­na del caza­dor de extra­te­rres­tres y, como en la pelí­cu­la de Wong Kar-Wai, empie­za a ima­gi­nar­se como un japo­nés que va en un tren hacia 2046 en bus­ca de una androi­de de acción retar­da­da, con la inten­ción de recu­pe­rar recuer­dos per­di­dos, los recuer­dos que, como dicen los Tal­king Heads, no pue­den espe­rar.

Más infor­ma­ción en la web de Gabi­ne­te de Dibu­jos.

GABINETE DE DIBUJOS

Lite­ra­to Azo­rín, 33

Valen­cia
963 42 06 79

 

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