La muestra recorre la obra gráfica de ambos artistas y pone el foco en la actitud y los temas con que abordó cada uno de ellos esta faceta de su producción artística.
Fundación Bancaja ha presentado en su sede en Valencia la exposición Francis Bacon — Lucian Freud. De profundis, una muestra que ofrece un recorrido por la obra gráfica de ambos artistas y pone el foco en qué actitud y qué temas dedicaron cada uno de ellos a esta faceta de su producción artística. La presentación ha contado con la participación del presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, y de la comisaria de la muestra, Belén Herrera Ottino.
Esta exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 5 de septiembre, analiza las características de estos dos artistas – que fueron también amigos- y establece puntos en común en su obra gráfica, así como aspectos genuinos en cada uno de ellos. Una aproximación que se realiza a través de un recorrido por medio centenar de piezas que exhiben el ideario y universo creativo de estas dos figuras clave del siglo XX y que proceden de la Galería Marlborough y coleccionistas privados, a las que se suman la reproducción de fotografías y la proyección del documental Francis Bacon and the Brutality of Fact (1985), dirigido por Michael Blackwood.
Las obras, fechadas entre 1975 y 1992 en el caso de Bacon y entre 1982 y 2007 en el caso de Freud, permiten ver que tanto Freud como Bacon compartían temas como la exploración de la soledad del ser humano, el paso del tiempo, la angustia o el aislamiento.
Obras de Francis Bacon

Francis Bacon basó sus obras gráficas en una selección de treinta y seis de sus pinturas fechadas desde 1965 hasta 1991. Trabajó con los mejores impresores franceses, italianos y españoles. La obra gráfica (aguatintas, litografías y offsets) fue siempre realizada bajo su atenta supervisión, realizando los cambios que consideraba necesarios sobre las pruebas que finalmente él aprobaba para su edición limitada y que posteriormente numeraba y firmaba. El resultado son obras cargadas de múltiples capas de significado, repletas de referencias iconográficas, literarias e intelectuales, en las que se representa su particular lenguaje plástico centrado en la figura humana.

Para Freud el grabado es un formato íntimo y autobiográfico, que le permite reflejar lo que siente y sus vivencias, y en el que logra una síntesis de lo esencial y una alta intensidad psicológica que rodea a los personajes. Su proceso de trabajo y las técnicas que emplea en la estampación marcan un paralelismo con su pintura. Freud se enfrentaba al grabado del mismo modo que si se tratara de un lienzo: colocando las planchas de cobre sobre el caballete en posición vertical para trabajar dibujando con el buril directamente.
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con la reproducción de las obras acompañadas de textos de la comisaria. Además, dentro del programa de mediación cultural, se realizarán visitas guiadas.

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