20 de mayo de 2021.

Regre­so a las series. Podría ser ese el títu­lo de un intere­san­te film de cine fan­tás­ti­co para ado­les­cen­tes, al esti­lo de Regre­so al futu­ro (Robert Zemec­kis, 1985), pero solo es la modes­ta des­crip­ción de una nue­va entra­da en mi Dia­rio de un ciné­fi­lo. Des­pués de algu­nas sema­nas sin una serie pota­ble que echar­me a los ojos y el cora­zón, aho­ra con­ta­ré cosas entu­sias­tas de una de ellas.

Mer­lí: Sape­re Aude, tem­po­ra­da 2 (Movis­tar, ocho capí­tu­los de 45 minu­tos cada uno; no hace mucho comen­té los capí­tu­los de la tem­po­ra­da 1). Los nue­vos ocho capí­tu­los podrían estar enca­be­za­dos por una refle­xión del escri­tor fran­cés Paul Nizan (1905–1940): “Tenía yo enton­ces 20 años. No deja­ré que nadie diga que es la edad más bella de la vida”.

Melan­co­lía, emo­ción y apren­di­za­je vital en esta –eso pare­ce– últi­ma tem­po­ra­da de la saga Mer­lí. Jóve­nes uni­ver­si­ta­rios en una Bar­ce­lo­na actual y retra­ta­da aquí, loa­do sea Dios, aje­na a lec­tu­ras polí­ti­cas inme­dia­tas. Un ali­vio. No es eva­sión, es ins­tin­to de super­vi­ven­cia y buen gus­to. Una for­mi­da­ble serie que te deja con ganas de más. Tie­ne en su inte­rior tres inte­li­gen­cias mayo­res: los guio­nes de su crea­dor, Héc­tor Lozano, el talen­to, la expre­si­va sobrie­dad y la fuer­za eró­ti­ca de su pro­ta­go­nis­ta, Car­los Cue­vas, un actor que va a hacer un carre­rón, y la sen­si­bi­li­dad de una actriz madu­ra, María Pujal­te (A Coru­ña, 1966), en su inol­vi­da­ble per­so­na­je de la Bola­ño, cate­drá­ti­ca de Éti­ca, alcohó­li­ca, des­en­can­ta­da, lúci­da, con ten­den­cias auto­des­truc­ti­vas, gene­ro­sa y madre de una ado­les­cen­te con sín­dro­me de Down. 

Otro aspec­to atrac­ti­vo de Mer­lí: Sape­re AudeEuse­bio Pon­ce­la, en su mejor papel des­de hace déca­das, inter­pre­ta a Dino, el due­ño de un club gay en el que, de vez en cuan­do, tam­bién actúa él como can­tan­te. Tie­ne san­gre de artis­ta. Es caris­má­ti­ca su ver­sión de Yo no soy esa, de Mari-Tri­­ni,con una fan­tas­ma­gó­ri­ca coreo­gra­fía. La rique­za del guion: al per­so­na­je de Pon­ce­la le da un ata­que de bise­xua­li­dad y quie­re ligar­se a la Bola­ño. La cate­drá­ti­ca, sor­pren­di­da, le suel­ta una répli­ca mara­vi­llo­sa: “Creo que no soy lo bas­tan­te hom­bre para ti”. 

Exce­len­te repar­to en per­so­na­jes secun­da­rios: Boris Ruiz, Jor­di Coll, Pablo Capuz, Car­men Cone­sa, Asun Pla­nas, Pere Vall­ri­be­ra, Eva Mar­tín, Clau­dia Vega

Rue­go a mis lec­to­res que me obe­dez­can: no se pier­dan esta serie.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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