La muestra “Des del silenci”, en la sede de la Fundación hasta el 26 de septiembre, recupera la obra de Enric Banyuls, más conocido por su pertenencia al grupo musical Al Tall y su compromiso político y social.

El direc­tor del Con­sor­ci de Museus de la Comu­ni­tat Valen­cia­na, José Luis Pérez Pont y el pre­si­den­te de la Fun­da­ción Chi­ri­ve­lla Soriano, Manuel Chi­ri­ve­lla, acom­pa­ña­dos por los comi­sa­rios, Fran­cesc Vera y Manel Bai­xau­li  y la viu­da del artis­ta, Rosa Uren­ya pre­sen­ta­ron la mues­tra “Des del silen­ci” en torno a la obra del pin­tor valen­ciano Enric Ban­yuls (Cor­be­ra, 1954 – 2018).

Algu­nas de las obras de la expo­si­ción de Enric Ban­yuls en la Fun­da­ción Chi­ri­ve­lla Soriano de Valen­cia.

Cono­ci­do por for­mar par­te del gru­po musi­cal Al Tall así como por su acti­vis­mo social y cul­tu­ral, esta expo­si­ción redes­cu­bre a Ban­yuls como el artis­ta que fue, quien dedi­có su vida a la pin­tu­ra, una pin­tu­ra silen­cio­sa, des­li­ga­da de modas y de corrien­tes artís­ti­cas.

Com­pro­me­ti­do con su pue­blo, Cor­be­ra, y con las cues­tio­nes que afec­ta­ban a toda su comar­ca, en La Ribe­ra Baja fue un acti­vis­ta social y cul­tu­ral. Recien­te­men­te la Ins­ti­tu­ción Alfons el Mag­nà­nim reedi­ta­ba su publi­ca­ción “Crò­ni­ca Par­cial. Tar­do­fran­quis­me i Transició a Cor­be­ra (la Ribe­ra Bai­xa) 1971–1987”, don­de se demues­tra su gran impli­ca­ción polí­ti­ca y social.

Divulgador de una cultura genuinamente valenciana

Un momen­to de la visi­ta a la expo­si­ción de “Des del silen­ci”.

Esta cues­tión se une, según Manuel Chi­ri­ve­lla, a “su labor como gran divul­ga­dor de una cul­tu­ra genui­na­men­te valen­cia­na, cono­ci­da por su per­te­nen­cia al gru­po musi­cal Al Tall en cuya tra­yec­to­ria se unen con­cien­cia polí­ti­ca, tra­di­ción y com­po­nen­te fes­ti­vo”.

Según Pérez Pont “en nues­tra labor de inves­ti­ga­ción y de reco­no­ci­mien­to del arte y de la crea­ción actual nos encon­tra­mos con per­so­na­li­da­des como la de Enric Ban­yuls com­pro­me­ti­das con su entorno, que por su sen­ci­llez a la hora de divul­gar su tra­ba­jo artís­ti­co así como por su per­so­na­li­dad inde­pen­dien­te, ale­ja­da de los cir­cui­tos del mer­ca­do del arte, no ha teni­do el reco­no­ci­mien­to que mere­ce. Es por ello que den­tro de nues­tra cola­bo­ra­ción con la Fun­da­ción Chi­ri­ve­lla Soriano pre­sen­ta­mos una expo­si­ción con la que pre­ten­de­mos acer­car la obra de Enric Ban­yuls, a tra­vés de más de 60 pie­zas que ayu­dan al cono­ci­mien­to de su obra”.

Una meticulosidad insólita en la ejecución de su obra

Para Manel Bai­xau­li “su obra, de una meticu­losi­dad insó­li­ta en la eje­cu­ción, fun­da­men­ta­da, sobre todo, en valo­res maté­ri­cos, solo pue­de ser valo­ra­da con jus­ti­cia si uno la con­tem­pla al natu­ral y sin pri­sa. Es una obra que cre­ce a medi­da que uno la mira”.

La expo­si­ción “Des del silen­ci” repa­sa sus últi­mos trein­ta años de pro­duc­ción cuan­do sus cua­dros van per­dien­do el color, apos­tan­do por imá­ge­nes aus­te­ras en blan­co y negro y don­de comien­zan a apa­re­cer otros ele­men­tos que va ensam­blan­do en sus cua­dros, mate­ria­les poco nobles como hilo de coser, cau­cho o vari­llas, ele­men­tos coti­dia­nos a los que iba dan­do for­ma has­ta incor­po­rar­los en la obra de arte, has­ta lle­gar a sus escul­tu­ras.

Según Fran­cesc Vera “Enric Ban­yuls se defi­nía como un artis­ta abs­trac­to, no infor­ma­lis­ta. En su obra bus­ca­ba la sim­pli­fi­ca­ción de la for­ma, com­pli­can­do su rea­li­za­ción, sus obras esta­ban muy ela­bo­ra­das, se tra­ta de un tra­ba­jo muy minu­cio­so” y aña­de que “nun­ca qui­so pro­mo­cio­nar­se, era algo que le inco­mo­da­ba y ade­más tam­po­co se ple­gó nun­ca al mer­ca­do. Qui­zá sea este uno de los moti­vos por los que su pin­tu­ra ha pasa­do más des­aper­ci­bi­da”.

Manel Bai­xau­li aña­de que “esta expo­si­ción quie­re hacer­le jus­ti­cia, dar­le visi­bi­li­dad y al mis­mo tiem­po rei­vin­di­car que el arte no va de modas”.

Escritos sobre pintura que invitan a la reflexión

Otra de las cues­tio­nes que esta expo­si­ción saca a la luz son sus escri­tos sobre pin­tu­ra, que invi­tan a la refle­xión. Para Enric Ban­yuls “un cua­dro es un espe­jo. Hay tan­tas caras del cua­dro como mira­das pro­yec­ta­das. Y no solo las mira­das de suje­tos dife­ren­tes, sino las pro­pias de una mis­ma per­so­na”.

En pala­bras del pro­pio Ban­yuls con­si­de­ra­ba la pin­tu­ra como “el más humil­de de los actos. Un acto de fe, sus­ten­ta­do más que en la cos­mo­go­nía, en la resis­ten­cia, en el ejer­ci­cio estric­to ordi­na­rio, de la mate­ria. Con este prin­ci­pio bási­co con­fec­ciono mi obra con ple­na con­cien­cia de su esca­sa uti­li­dad. La pin­tu­ra no es eli­tis­ta, es una flor de mar­gen”.

Y nos invi­ta a des­ci­frar sus cua­dros “un cua­dro blan­co o un cua­dro negro es un cua­dro silen­te, pero no es un cua­dro mudo. El silen­cio, si lo sabe­mos des­ci­frar, es más locuaz que el trueno; todo depen­de de la aten­ción que pon­ga­mos, del ham­bre de enten­der el idio­ma ocul­to de las cosas”.

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