[vc_row full_width_row=“true”][vc_column][vc_column_text]La Comi­sión Téc­ni­ca para el Estu­dio e Inven­ta­rio del Patri­mo­nio Inma­te­rial de la Gene­ra­li­tat ha deci­di­do apro­bar que se pro­ce­da a la incoa­ción de decla­ra­ción de bien de inte­rés cul­tu­ral (BIC) “La pae­lla valen­cia­na. El arte de unir y com­par­tir”, por ser un pla­to tra­di­cio­nal y con­tem­po­rá­neo al mis­mo tiem­po, cons­ti­tuir un fenó­meno inte­gra­dor y poseer un carác­ter repre­sen­ta­ti­vo de la socie­dad valen­cia­na.

 

La pae­lla es un sím­bo­lo iden­ti­ta­rio del terri­to­rio valen­ciano. Ha per­du­ra­do a lo lar­go de los años, trans­mi­tién­do­se de gene­ra­ción en gene­ra­ción y per­mi­tien­do que en la actua­li­dad se siga man­te­nien­do la esen­cia de nues­tras cos­tum­bres, prác­ti­cas y ritua­les en el arte de la pre­pa­ra­ción de este pla­to.

Es un ele­men­to ver­te­bra­dor cla­ve de la gas­tro­no­mía valen­cia­na. Las diver­sas posi­bi­li­da­des que ofre­ce su ela­bo­ra­ción, jun­to con su rele­van­cia como icono cul­tu­ral en el terri­to­rio espa­ñol, con­vier­ten a este pla­to en un bien úni­co no solo del patri­mo­nio cul­tu­ral valen­ciano, sino tam­bién a esca­la inter­na­cio­nal.

 

La paella, un fenómeno social

 

La pre­pa­ra­ción y ela­bo­ra­ción de este pla­to se han con­ver­ti­do en un fenó­meno social. Una sim­ple comi­da fami­liar de domin­go o un mul­ti­tu­di­na­rio con­cur­so de arro­ces se con­fi­gu­ran como un espa­cio idó­neo don­de poner en valor la hos­pi­ta­li­dad, la bue­na vecin­dad, el diá­lo­go inter­cul­tu­ral y el res­pe­to que carac­te­ri­za a nues­tra tie­rra.

Todas estas carac­te­rís­ti­cas hacen de la pae­lla un bien inma­te­rial muy pre­cia­do, con una tra­di­ción his­­tó­­ri­­co-cul­­tu­­ral de gran impor­tan­cia en todos los ámbi­tos, ya sea local, regio­nal, nacio­nal o inter­na­cio­nal. Los méto­dos de cul­ti­vo y obten­ción de los ingre­dien­tes para su ela­bo­ra­ción, los ins­tru­men­tos arte­sa­nos que se usan para su coci­na­do y la amplia tra­di­ción his­tó­ri­ca que con­lle­va hacen de la pae­lla un bien exclu­si­vo, mere­ce­dor de una dis­tin­ción que con­tri­bu­ya a man­te­ner y pre­ser­var nues­tra diver­si­dad cul­tu­ral fren­te al cre­cien­te fenó­meno glo­ba­li­za­dor.

La soli­ci­tud fue pre­sen­ta­da por la Con­ce­ja­lía de Turis­mo del Ayun­ta­mien­to de Valen­cia con la adhe­sión de las tres dipu­tacio­nes pro­vin­cia­les, ayun­ta­mien­tos, uni­ver­si­da­des valen­cia­nas, enti­da­des cul­tu­ra­les, res­tau­ran­tes y pres­ti­gio­sos coci­ne­ros.

 

Otros bienes de relevancia local (BRL)

La Comi­sión Téc­ni­ca, en la reu­nión man­te­ni­da, tam­bién ha apro­ba­do la decla­ra­ción de otros bie­nes de rele­van­cia local (BRL), que son los siguien­tes:

El Tri­bu­nal del Comu­ner d’Al­daia, por sus cono­ci­mien­tos tra­di­cio­na­les sobre prác­ti­cas pro­duc­ti­vas, pro­ce­sos y téc­ni­cas pro­pias del rega­dío tra­di­cio­nal de la huer­ta valen­cia­na, así como una tra­di­ción oral y par­ti­cu­la­ri­da­des lin­güís­ti­cas de con­ser­va­ción de un léxi­co valen­ciano agrí­co­la de L’Hor­ta.

El Cant de la Car­xo­fa de Ala­quàs, que es una com­po­si­ción musi­cal reli­gio­sa en la que un niño o niña, ves­ti­do de ángel, can­ta el día 8 de sep­tiem­bre a la Vir­gen María del Oli­var, y el día 9, al Cris­to de la Bue­na Muer­te, des­de el inte­rior de un arte­fac­to que cuel­ga, en for­ma de alca­cho­fa, y acom­pa­ña­do de una orques­ta y un coro de voces.

El Can­to de los Mayos, que supo­ne la cele­bra­ción de la ple­ni­tud pri­ma­ve­ral, como ves­ti­gio de anti­guos ritos fes­ti­vos de fecun­di­dad de pri­mi­ti­vas socie­da­des agra­rias. La hogue­ra de la Vir­gen de Lore­to, que se cele­bra el 9 de diciem­bre, y el Ritual de Judas, que se rea­li­za el mis­mo Sába­do de Glo­ria y pre­ten­de sim­bo­li­zar el trá­gi­co final del após­tol trai­dor. Estas tres fes­ti­vi­da­des per­te­ne­cen al muni­ci­pio de Ven­ta del Moro.

La Tar­de de Jotas en Gáto­va se cele­bra cada 24 de sep­tiem­bre, den­tro de las fies­tas en honor a la patro­na, la Vir­gen de la Mer­ced. De todos los actos pro­gra­ma­dos, des­ta­ca por su arrai­go des­de tiem­po inme­mo­rial, la Tar­de de Jotas, una tar­de en la que los pro­ta­go­nis­tas son: músi­ca, tra­di­ción, his­to­ria, cul­tu­ra, bai­le, fol­clo­re, raí­ces, gas­tro­no­mía, etc.

Dan­ses de les Caras­ses de Petrer, que se fes­te­jan des­pués de las fies­tas patro­na­les en honor a la Vir­gen de los Reme­dios. Con­sis­te en un pasa­ca­lles ame­ni­za­do con músi­ca tra­di­cio­nal de ‘dolçai­na’ y ‘taba­let’, y en el que par­ti­ci­pan per­so­nas enmas­ca­ra­das y ves­ti­das con tra­jes y ropa­jes de déca­das ante­rio­res, deno­mi­na­das ‘caras­ses’.

Falles de la Nit de Reis de Petrer. En la tar­­de-noche del 5 de enero, los niños del muni­ci­pio hacen rui­do y lla­man la aten­ción de los Reyes Magos con las fallas, unas antor­chas de espar­to tierno y “avell” (espar­to seco) a las que se pren­de fue­go y que se rue­dan for­man­do círcu­los de fue­go has­ta que se apa­gan. Todo ello se emplea a modo de recla­mo con el fin de orien­tar a Sus Majes­ta­des de Orien­te para que vayan a Petrer a depo­si­tar sus pre­sen­tes.

Fatxos d’O­nil de Noche­bue­na. Son una ofren­da con cla­ra pro­ce­den­cia pre­rro­ma­na que for­ma par­te de la his­to­ria y tra­di­ción del muni­ci­pio. En ori­gen, rodar los ‘fatxos’ de mane­ra cir­cu­lar fue una fies­ta ances­tral paga­na que cele­bra­ba el cam­bio de eta­pa del astro Sol. Pos­te­rior­men­te, el sig­ni­fi­ca­do mutó a la ado­ra­ción reli­gio­sa de dar calor al niño Jesús recién naci­do. En la actua­li­dad se ha con­ver­ti­do en una tra­di­ción en la que tie­ne cabi­da cual­quier per­so­na, sea o no cre­yen­te, que es lo impor­tan­te.

L’Al­bà de L’Al­co­ra, por su métri­ca espe­cial popu­lar. Se tra­ta de un rito tra­di­cio­nal de Noche­bue­na que se vie­ne com­po­nien­do, según docu­men­tos, des­de el siglo XVII, can­tán­do­se al tér­mino de la misa del gallo.

La Comi­sión Téc­ni­ca para el Estu­dio e Inven­ta­rio del Patri­mo­nio Inma­te­rial es el órgano encar­ga­do de ana­li­zar las pro­pues­tas para pro­te­ger el patri­mo­nio inma­te­rial y está com­pues­ta por repre­sen­tan­tes de la Direc­ción Gene­ral de Cul­tu­ra y Patri­mo­nio, de la Uni­ver­si­tat de Valèn­cia, de la Uni­ver­si­dad Miguel Her­nán­dez de Elche, de la Uni­ver­si­dad de Ali­can­te, de la Uni­ver­si­tat Jau­me I de Cas­te­lló, de la Uni­ver­si­dad Cató­li­ca de Valèn­cia — San Vicen­te Már­tir, del Museu Valen­cià de la Fes­ta — Con­vent Sant Vicent Ferrer, del Museu Valen­cià d’Et­no­lo­gia y tres repre­sen­tan­tes desig­na­dos por la con­se­lle­ría com­pe­ten­te en patri­mo­nio cul­tu­ral.

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