Antoine Compagnon es un prestigioso catedrático de literatura francesa. Propone y argumenta el concepto de “antimoderno” que en su opinión ha adquirido una creciente relevancia.

¿Quién es “antimoderno”? El moderno que lo ha sido regañadientes, el desarraigado, el intempestivo.
Un caso modélico de antimoderno es el poeta Charles Baudelaire, que acuñó paradójicamente el concepto de modernidad.
¿POR QUÉ ANTIMODERNOS?
¿Por qué llamarlos antimodernos? En primer lugar, para evitar la connotación despectiva atribuida generalmente a las demás denominaciones posibles de esta tradición ‑reaccionarios, conservadores, tradicionalistas, taciturnos ideológicos de toda índole- que atraviesa los dos últimos siglos de historia literaria francesa ‑y también europea‑, es decir, desde la Revolución Francesa hasta el día de hoy.
El término “antimoderno” fue utilizado por escritores católicos de los años 20 de siglo pasado, como Jacques Maritain. Y dice que hubiera podido utilizar también el término sinónimo de “ultramoderno”.
Mediante una brillante paradoja conceptual, Compagnon postula que los antimodernos no serían sino verdaderos modernos que no se dejan engañar por una modernidad banal y que están siempre alerta de sus riesgos. Los antimodernos serían pues, en realidad, los modernos más cualificados, menos candorosos, más intensos.
Blas Pascal ‑precursor de la “antimodernidad”- afirmaba que “Quien ama la filosofía se burla de ella”. De modo parecido, quien ha amado de verdad la modernidad acaba siendo antimoderno.
TRADICIONALISTA/ ANTIMODERNO
Hay una fecha de nacimiento del prejuicio contra el cambio: la Revolución Francesa, como ruptura decisiva. Antes de 1789 había tradicionalistas como siempre, pero no antimodernos, en el pleno y actual sentido de la palabra, que precisamente los genera esa Revolución.
La Revolución Francesa, dice Compagnon, pertenece al pasado y ya no tiene nada que enseñarnos, “mientras que los antimodernos están cada vez más cerca de nosotros y nos parecen incluso proféticos. Porque nos hacen interesarnos por los caminos que no tomó la historia”.
Chateaubriand, Baudelaire, Barbey d´Aurevilly son algunos de los cualificados representantes de esa antimodernidad.
LITERATURA Y POLITICA
El crítico Albert Thibaudet realizó esta fina observación, referida a la cultura francesa: “el rasgo más característico del tradicionalismo es su importancia entre la gente que escribe, y su debilidad entre la gente que se dedica a la política”. El tradicionalismo ha sido suplantado en la vida política por las ideas de Progreso, Sentido de la Historia, Cambio Benefactor… Pero esa actitud se ha trasladado otra parte: “la tradición fue captada por otra red, entró en otra hidrografía: la literatura”.
Dicho de otro modo: El antimoderno se refugió en la literatura, y en la literatura que consideramos moderna, la que se ha convertido en canon de la posteridad; literatura no tradicional cuya resistencia ideológica es inseparable de su audacia literaria.
Casi toda la gran literatura francesa del siglo XIX y XX es, sino de derechas, al menos antimoderna: Chateaubriand, Baudelaire, Flaubert, Proust o Valery…; autores que resultan cada vez más admirables e intensos, justo lo contrario que sucede con escritores de un homologado progresismo, como Víctor Hugo, Zola, Anatole France o ciertas vanguardias históricas.
UN SELECTO COLECTIVO
El profesor Compagnon ha confeccionado un complejo y laborioso tapiz de una erudición y dligencia argumental, centrado en la cultura francesa. Propone seis figuras características de lo antimoderno: Contrarrevolución, anti-Ilustración, pesimismo, pecado original, lo sublime y la vituperación.
Resulta llamativo el considerable número de escritores de una excepcional calidad que cabe adscribir a posiciones conservadores, reaccionarias o simplemente fascistas: Balzac, Stendhal, Baudelaire, Leon Bloy, Barbey d´Aurevilly, Bernanos, Bataille, Blanchot, Borges, Chesterton, Dostoievky, Nietzsche, Chateaubriand, Ezra Pound, Celine, Drieu La Rochelle…
La muerte ignora jerarquías; la vida, al menos, en su alta expresión literaria, no.
Dejemos para otra ocasión confeccionar un inventario de esta índole referido a la literatura española.
Título: Los antimodernos
Autor: Antoine Compagnon
Editorial: Acantilado
Traductor: Manuel Arranz
Páginas: 252
Precio: 20 euros
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