10 de enero de 2021.

Malos tiem­pos. Pan­de­mia, tem­po­ral de nie­ve, cri­sis eco­nó­mi­ca, incer­ti­dum­bres ideo­ló­gi­cas, “haza­ñas” de Trump en el cora­zón ins­ti­tu­cio­nal del Impe­rio… Uno no sabe cómo ayu­dar. Sien­do leal a muchas cosas, sien­do dis­ci­pli­na­do, sien­do soli­da­rio… Des­de lue­go. Pero ¿qué más pue­de hacer­se des­de “lo indi­vi­dual”? En este Dia­rio de un ciné­fi­lo segui­ré fiel al tema que moti­va la sec­ción. El cine y las series en la tele. En medio de este rebro­te del Covid-19, pro­pon­go una lis­ta con diez nota­bles pelí­cu­las, algu­nas de ellas obras maes­tras, sobre epi­de­mias, infec­cio­nes, muta­cio­nes de la iden­ti­dad, trans­mi­sio­nes mor­ta­les… 

Con la preo­cu­pa­ción de no ser dema­sia­do pre­vi­si­ble, he des­car­ta­do varios títu­los clá­si­cos por obvios y repe­ti­dos de con­ti­nuo en una lis­ta sobre con­ta­gios. Me impon­go tam­bién la exi­gen­cia de ser bre­ve y direc­to. En este caso lo impor­tan­te no es el esti­lo narra­ti­vo sino el buen gus­to y la ima­gi­na­ción a la hora de ele­gir. Por orden cro­no­ló­gi­co.

Páni­co en las calles (Elia Kazan, 1950). No es una de las pelí­cu­las más cita­das de su direc­tor, pese a ser la mejor de su pri­me­ra eta­pa. Angus­tio­so thri­ller urbano y noc­turno que te atra­pa des­de el prin­ci­pio. 

El expe­ri­men­to del doc­tor Qua­ter­mass (Val Guest, 1955). Rea­li­za­da con cua­tro libras y media, esta pelí­cu­la ingle­sa que ya tie­ne 66 años a sus espal­das es ejem­plar, con una modes­tia rica en ideas mil veces copia­das lue­go e ins­pi­ra­do­ras de algu­nas pie­zas de arte valen­ciano con­tem­po­rá­neo.

La inva­sión de los ladro­nes de cuer­pos (Don Sie­gel, 1956). Film impres­cin­di­ble. No he que­ri­do renun­ciar a él. Magis­tral. Espe­luz­nan­te. Una ale­go­ría polí­ti­ca que se mue­ve en varias direc­cio­nes. Depen­de de la lec­tu­ra per­so­nal que haga­mos y del momen­to que viva­mos.

El increí­ble hom­bre men­guan­te (Jack Arnold, 1957). Otra gran obra maes­tra. Cono­cí a Jack Arnold en el fes­ti­val de Sit­ges de 1987. Los efec­tos devas­ta­do­res de la radio­ac­ti­vi­dad.

La mos­ca (Kurt Neu­mann, 1958). ¿Por qué ape­nas se ve ya, ni se ve en las teles ni en las fil­mo­te­cas, esta inquie­tan­te fábu­la sobre los expe­ri­men­tos cien­tí­fi­cos y los peli­gros de su mala uti­li­za­ción? Es una de las mejo­res pelí­cu­las ‘serie B’ de la his­to­ria.

Drá­cu­la (Teren­ce Fisher, 1958). La pri­me­ra y extra­or­di­na­ria pelí­cu­la de una serie de cine de terror de la pro­duc­to­ra ingle­sa Ham­mer.Deco­ra­dos, color, atmós­fe­ra, los ojos enro­je­ci­dos de Chris­topher Lee (¡el deseo de la noche!), la seque­dad puri­ta­na del per­so­na­je de Peter Cushing… Todo es mara­vi­llo­sa­men­te terro­rí­fi­co en esta inol­vi­da­ble ver­sión del clá­si­co lite­ra­rio de Bram Sto­ker.

No pro­fa­nar el sue­ño de los muer­tos (Jor­ge Grau, 1974). Muy apa­ña­da pelí­cu­la espa­ño­la en la este­la de La noche de los muer­tos vivien­tes (el clá­si­co de Geor­ge A. Rome­ro, de 1968, no entra en la lis­ta por­que está exce­si­va­men­te soba­do). En No pro­fa­nar… sale Jean­ni­ne Mes­tre, una gran actriz nada pac­tis­ta con la medio­cri­dad o los enjua­gues cul­tu­ra­les. Per­so­nal­men­te, es muy cul­ta y diver­ti­da.

Vinie­ron de den­tro de… (David Cro­nen­berg, 1975). Entre el home­na­je al cine de terror de serie B y la bro­ma gam­be­rra y eró­ti­ca. Zom­bis con muchas ganas de sexo. Es una de las pelí­cu­las que más me gus­tan de su direc­tor. 

Hid­den (Lo ocul­to) (Jack Shol­der, 1987). En la pri­me­ra par­te de este film algo irre­gu­lar hay algu­nas de las secuen­cias de muta­cio­nes y suplan­ta­cio­nes de per­so­na­li­dad más impac­tan­tes de la his­to­ria del cine. Estre­me­cen y reani­man. El buen cine de terror toca esas dos teclas.

El inci­den­te (M. Night Shya­ma­lan, 2008). Debe­ría estar con­si­de­ra­do como un títu­lo mayor del géne­ro, pero igno­ro por qué nadie lo comen­ta. La ani­qui­la­ción lle­ga por el aire –tema muy actual–. Las víc­ti­mas de esta atroz epi­de­mia se auto­des­tru­yen de for­ma mis­te­rio­sa y bru­tal. Otro tema esen­cial en el siglo XXI.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia

Otros artículos del autor