A pesar de la incertidumbre causada por la crisis del COVID-19, los españoles siguen mostrando un creciente interés por descansar fuera de casa. Los viajes se traducen ahora en un premio, una recompensa por todo este tiempo de sacrificios. Seguimos buscando aventuras, experiencias y mucha desconexión, pero de otra manera que ha hecho que el sector se haya tenido que replantear sus estrategias y servicios para adaptarse a la nueva demanda, según explica Weekendesk.es, portal líder en escapadas temáticas.
“La pandemia ha cambiado nuestra cotidianidad y la forma de asumir el entorno, lo cual se ha extrapolado también al sector turístico, transformando no solo la forma en la que viajamos sino también los objetivos de nuestras vacaciones. Esto ha supuesto uno de los mayores desafíos de la industria en las últimas décadas y una de las más extraordinarias adaptaciones que hemos tenido que llevar a cabo para ser competitivos y responder de forma efectiva a la demanda de los viajeros”, ha explicado Brigitte Hidalgo, Directora de Operaciones de Weekendesk.
Los pueblos de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña serán tendencia
Los pueblos están ahora más de moda que nunca. Esta incesante búsqueda de la tranquilidad ha sido la gran oportunidad para algunas regiones que han sabido aprovechar las innumerables ventajas de sus pequeños y encantadores municipios para atraer más turistas. Este año, a pesar de las restricciones, algunas provincias han logrado emerger manteniendo una tendencia que se muestra favorable para 2021. Según datos de Weekendesk, Girona encabeza el ranking con el 13% de las reservas; le sigue Granada con el 11%, y Alicante con el 9%.

Castellón es otra de las provincias que destaca por su alta demanda y se perfila como uno de los lugares que concentrará la mayor atención de aquellos que en 2021 buscarán un lugar para escaparse. Barcelona y Madrid también figuran como opciones de vacaciones para el próximo año, especialmente las zonas de playa y montaña. Lérida, Vizcaya, Cantabria y Jaén, también se perfilan como destinos de alta demanda, gracias a su enorme oferta de naturaleza, relax, histórico y cultural.
El “boom” de los hoteles rurales
Más privacidad y evitar aglomeraciones. Muchos han encontrado en los hoteles rurales un refugio donde poder cumplir encontrar esa intimidad y disfrutar de un entorno natural. Otra de sus principales ventajas, además de su ambiente acogedor y familiar, es que se encuentran en pequeños pueblos, enclaves que llevan en auge desde el levantamiento del confinamiento.
Escapadas con actividades privadas: la nueva moda

El deseo de tener unas vacaciones tranquilas se ha traducido en una importante demanda de escapadas que engloban experiencias wellness y gastronómicas, las cuales abarcan el 27% de las reservas, según Weekendesk. Pero dentro de esta categoría son los planes privados los que están experimentando un repunte significativo con demandas como jacuzzi privado y desayuno en la habitación, uso exclusivo de ciertas áreas de los spas y las zonas termales, o catas y degustaciones en grupos reducidos. La filosofía de menos es más es la que gana.
El turismo sostenible y reducir la huella de carbono: objetivos clave

Conectar con la naturaleza es una necesidad que se ha hecho más imperiosa en esta nueva etapa. Los alojamientos sostenibles continuarán en auge a medida que el turista siga descubriendo que la mimetización con el entorno pasa por su protección. Pero esto también afecta a cómo nos movemos. A la tendencia de buscar destinos cerca de casa se suma la preocupación por reducir la huella de carbono, de ahí el aumento de los viajes en coche. Según datos de Weekendesk.es, un viaje de dos horas en coche tiene una emisión de apenas 0,04 toneladas de CO2, mientras que en avión la huella de carbono es hasta doce veces mayor, alcanzando 0,49 toneladas.
El staycation a pocos kilómetros de casa y por pocos días

El término staycation se ha ido transformando y el concepto de “vacaciones en casa” se ha ampliado unos kilómetros, abarcando nuestra propia región. Según datos de Weekendesk, la distancia media recorrida por los españoles cuando se van de escapada se ha reducido a 78 kilómetros.
Es decir, viajamos cada vez más cerca de nuestra residencia y por pocos días, con una estancia media de 2–3 noches, dosificando de esta manera nuestros días libres durante todo el año. Esto obedece a que los españoles hemos reforzado esa visión de que todo el municipio o provincia abarca nuestro entorno de vida, por lo que irse el fin de semana al pueblo de al lado se traduce como quedarse en casa, pero cambiando de ambiente.
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