La Comisión Interdepartemental de la Gestión de la Paja hace balance de la campaña y de las actuaciones de emergencia que han permitido recuperar la calidad del agua tras el temporal de lluvias noviembre.

El Plan para ges­tio­nar la paja del arroz, la estra­te­gia adop­ta­da hace aho­ra tres años para orde­nar la eli­mi­na­ción de este mate­rial vege­tal, ha con­se­gui­do recor­tar sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te los nive­les de con­ta­mi­na­ción atmos­fé­ri­ca en el entorno de la Albu­fe­ra, según se des­pren­de de un infor­me téc­ni­co de la Con­se­lle­ria de Agri­cul­tu­ra, Desa­rro­llo Rural, Emer­gen­cia Cli­má­ti­ca y Tran­si­ción Eco­ló­gi­ca que com­pa­ra la evo­lu­ción regis­tra­da por las esta­cio­nes de medi­ción en los meses de octu­bre y noviem­bre, momen­to en el que se secan los cam­pos y se hace nece­sa­rio ges­tio­nar la reti­ra­da del mate­rial.

Los resul­ta­dos del infor­me se han pre­sen­ta­do duran­te la Comi­sión Inter­de­par­ta­men­tal de la Ges­tión de la Paja, el órgano que con­ju­ga los intere­ses de la acti­vi­dad agrí­co­la con la de la con­ser­va­ción del hume­dal, y que se ha reu­ni­do por vía tele­má­ti­ca para hacer balan­ce de la cam­pa­ña.

La secre­ta­ria auto­nó­mi­ca de Emer­gen­cia Cli­má­ti­ca y Tran­si­ción Eco­ló­gi­ca, Pau­la Tuzón.

La secre­ta­ria auto­nó­mi­ca de Emer­gen­cia Cli­má­ti­ca y Tran­si­ción Eco­ló­gi­ca, Pau­la Tuzón, ha valo­ra­do el des­cen­so sus­tan­cial des­de 2018 de las par­tí­cu­las PM10, muy por deba­jo de los nive­les máxi­mos. “Las medi­cio­nes de cali­dad del aire, que com­pren­den tres esta­cio­nes de con­trol en el entorno del par­que, seña­lan una ten­den­cia con­ti­nua­da en posi­ti­vo de la cali­dad ambien­tal”, ha expli­ca­do Tuzón. Los grá­fi­cos seña­lan el des­cen­so pro­gre­si­vo, ape­nas un ter­cio en 2020 con res­pec­to a 2017, pese a que las que­mas de este año se han man­te­ni­do en los mis­mos nive­les de los últi­mos tres años, una pen­dien­te que los téc­ni­cos acha­can al Plan adop­ta­do.

Revisar las actuaciones de emergencia sobre el agua de la Albufera

La Comi­sión Inter­de­par­ta­men­tal tam­bién ha ser­vi­do para revi­sar las actua­cio­nes de emer­gen­cia que han per­mi­ti­do rever­tir los nive­les de ano­xia del agua, tras el epi­so­dio de inten­sas llu­vias de noviem­bre. Una serie de accio­nes coor­di­na­das entre el Ayun­ta­mien­to de Valèn­cia, la Con­fe­de­ra­ción Hidro­grá­fi­ca del Júcar y la Con­se­lle­ria.

La Albu­fe­ra de Valen­cia.

Tran­si­ción Eco­ló­gi­ca, a tra­vés de la Direc­ción Gene­ral de Medio Natu­ral, acti­vó dos con­tra­tos de emer­gen­cia con la fina­li­dad de “reti­rar la mayor can­ti­dad de paja acu­mu­la­da en cami­nos y ace­quias”. Las tareas de lim­pie­za, reti­ra­da y aco­pio han dura­do 22 días y han supues­to una inver­sión direc­ta de 65.000 euros ‑la dota­ción ini­cial de 50.000 euros se amplió a otros 15.000 euros.

En cuan­to a los acú­mu­los de paja res­tan­tes, la Admi­nis­tra­ción auto­nó­mi­ca remi­tió car­tas a todos los Ayun­ta­mien­tos en los que se infor­ma­ba de la con­ve­nien­cia de fan­guear los cam­pos para evi­tar el aumen­to la pudri­ción y su impac­to sobre el eco­sis­te­ma.

Cam­pos de arroz en la Albu­fe­ra de Valen­cia.

El fan­gueo, de hecho, es uno de los pun­tos a poten­ciar de cara al pró­xi­mo año. La secre­ta­ria auto­nó­mi­ca ha avan­za­do que “den­tro de seguir tra­tan­do la paja como un recur­so y tenien­do en cuen­ta las pecu­lia­ri­da­des de que este sub­pro­duc­to se encuen­tra en el mar­co de un par­que natu­ral, abo­ga­mos por, median­te el con­sen­so, seguir avan­zan­do hacia un plan que nos per­mi­ta apor­tar solu­cio­nes ambien­ta­les que con­duz­can a un plan mucho más espe­cí­fi­co que sea que capaz de res­pon­der a la varia­bi­li­dad de las con­di­cio­nes esta­cio­na­les así como dar cabi­da a todos los fac­to­res que influ­yen en este pro­ce­so”.

Multiplica por 8 la recogida

El balan­ce arro­ja un cómpu­to de reco­gi­da de mate­rial vege­tal de 2.000 tone­la­das, el doble que en 2019 y 8 veces más si lo com­pa­ra­mos con el dato de 2017. La Con­se­lle­ria de Tran­si­ción Eco­ló­gi­ca ha inver­ti­do 130.000 euros en estos tra­ba­jos de reti­ra­da de la paja que se ha des­ti­na­do prin­ci­pal­men­te a la ali­men­ta­ción gana­de­ra en 31 explo­ta­cio­nes, al ‘mul­ching’ (el pro­ce­so que rein­cor­po­ra la paja seca al sue­lo para man­te­ner la hume­dad) y al ban­co de paja Agrò, que recep­cio­nó 200 tone­la­das.

La que­ma, que se per­mi­te de acuer­do a unas con­di­cio­nes (zona­les, cli­ma­to­ló­gi­cas, logís­ti­cas, medioam­bien­ta­les y suje­tas a auto­ri­za­ción), se sir­ve de la apli­ca­ción Que­par, ela­bo­ra­da jun­to con el Cen­tro de Estu­dios Ambien­ta­les (CEAM) que eva­lúa las con­di­cio­nes meteo­ro­ló­gi­cas para mini­mi­zar el impac­to de la que­ma sobre la cali­dad del aire, ade­más de inven­ta­riar el núme­ro de per­so­nas agri­cul­to­ras usua­rias de la app móvil.

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