Este trabajo de la ONG CESAL, con fotografías de Alberto Pla, obtuvo el premio Manuel Castillo en 2018. Consta de una exposición fotográfica acompañada de cinco cápsulas audiovisuales. En él se pone en valor la función que la educación tiene en El Salvador como vehículo para alejarse de la violencia.
La exposición #SomosSalvador acaba, en Valencia, su amplia gira, concretamente en Ruzafa Studio. Un proyecto que cuenta con la financiación de la Generalitat Valenciana y que, con fotografías de Alberto Pla, nos muestra la visión de un país como El Salvador cuyo número de homicidios es comparable con el de un país en conflicto. Además, podrá verse por última vez del 25 de noviembre al 12 de diciembre en la calle Pedro III El Grande 11D, de Valencia.

La ONG CESAL, en convenio con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ofrece la educación como el mejor vehículo para salir del ambiente de violencia que recorre el país. Un trabajo que, además, obtuvo el premio Manuel Castillo, de la Universidad de Valencia, en el año 2018.
CESAL está llevando a cabo un proyecto de desarrollo en El Salvador con fondos de cooperación de la Generalitat Valenciana desde el año 2019. Su título es “Mejora de la educación y participación juvenil para la prevención de la violencia en los municipios de Izalco y Sacacoyo” y se está ejecutando en consorcio con la Fundación Mainel. En el marco de este proyecto se han establecido acciones de sensibilización dirigidas a la ciudadanía en la Comunidad Valenciana y en España. Una de ellas es #SomosSalvador.
Alejar a los jóvenes de la violencia mediante la educación
Alejar a los jóvenes de la violencia supone un desafío que requiere la implicación de todas las partes, de ahí, que no solo la educación sea una de las propuestas, también desarrollan cursos de implicación política y formación para el empleo. Su objetivo es ofrecer una alternativa a los jóvenes que desde temprana edad ven cómo las pandillas son un camino para su desarrollo vital.
Sentido de pertenencia y sueños por cumplir, es lo que demandan muchos de los jóvenes salvadoreños. Para lograrlo, se emplea la educación como herramienta, potenciando sus habilidades sociales y formando en oficios varios, alejándolos así de la violencia.
A través de esta muestra los espectadores se convierten en testigos, a través de la mirada de sus seis protagonistas, delos distintos problemas en los que está sumido el país como son la violencia de género, la violencia política, la falta de empleo o los espacios para construir sus proyectos de vida. El trabajo muestra cómo estos jóvenes son formados en talleres de mecánica, arte, carpintería o pintura logrando de ese modo un trabajo con el que poder vivir alejado de las bandas.
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