Cruising y How to Be a Sexy Heroine en la sala del Cabanyal, y Catalina en el espacio de Joan Verdaguer, plantearon una visión escénica del sexo con todos sus matices.
Desde su primera edición en 2011, el festival Russafa Escènica apostó sin miramientos por lo insólito: espacios nada convencionales, creaciones arriesgadas a cargo de jóvenes artistas y compañías, piezas de pequeño formato… Un espíritu que encajaba a la perfección con la personalidad inconformista del barrio de Russafa, pero que con el paso de los años sintió la necesidad de expandirse hacia otras zonas de la ciudad.
En muchos aspectos, la identidad del certamen se ajustaba al modo en el que tanto el TEM como La Mutant entienden las artes escénicas: algo cambiante que en ningún caso se ciñe a unos patrones determinados. Por esta razón, ambos espacios se convirtieron en dos de las sedes naturales de Russafa Escènica más allá del barrio donde se creó, y en la edición de 2020 acogerán de nuevo diferentes representaciones con el elemento común del sexo en todas sus variantes.
Dos espectáculos relacionados con la sexualidad en el Teatre El Musical (TEM)
El primero de ellos fue el Teatre El Musical, que puso en escena un programa compuesto por dos piezas de corta duración. Para comenzar, la coreógrafa e intérprete valenciana María Tamarit propuso en How to Be a Sexy Heroine una reflexión sobre los conceptos de sensual y heroico vinculados, respectivamente, a lo femenino y lo masculino. Por su parte, el artista Alejandría Cinque presentó con Cruising, la segunda de sus tres propuestas escénicas en torno a las experiencias que determinan la sexualidad de un gay.
La Mutant exhibió Catalina, del colectivo Iniciativa Sexual Femenina

Dos días después, La Mutant tomó el relevo de Russafa Escènica con Catalina, una pieza a cargo del colectivo Iniciativa Sexual Femenina, formado en 2017 por las artistas Élise Moreau, Elisa Kaisanenn y Cristina Morales con el objetivo de aproximarse a la danza contemporánea desde una perspectiva feminista, libertaria y antiacademicista. Un espectáculo que, en palabras de sus creadoras, “trabaja sobre la represión sexual que sufrimos en la vida en general y en la danza en particular, y los modos de dar y recibir placer de mujeres sistemáticamente asediadas por el civismo heterosexual y monógamo”.
Comparte esta publicación
Suscríbete a nuestro boletín
Recibe toda la actualidad en cultura y ocio, de la ciudad de Valencia