El pasa­do 27 de junio, La Mutant se con­ver­tía en el pri­mer tea­tro de Valèn­cia que reabría sus puer­tas tras el parén­te­sis que supu­so el esta­do de alar­ma. Fue con la Mostra de l’Audiovisual Valen­cià, pre­lu­dio idó­neo para un mes de julio en el que sala muni­ci­pal recu­pe­ró su diná­mi­ca a un rit­mo impa­ra­ble: ciclos de cine, cer­tá­me­nes de dan­za con­tem­po­rá­nea, dra­ma­tur­gia y músi­ca elec­tró­ni­ca devol­vie­ron a La Mutant par­te de esa vida que la carac­te­ri­za­ba duran­te la “vie­ja nor­ma­li­dad”.

Tras la pau­sa lógi­ca del mes de agos­to, el espa­cio vuel­ve a la car­ga este fin de sema­na con Láza­ro (4, 5 y 6 de sep­tiem­bre, 20:30 horas), la pri­me­ra de las múl­ti­ples pro­pues­tas que con­fi­gu­ra­rán su nue­va pro­gra­ma­ción has­ta el pró­xi­mo mes de diciem­bre. Este año, tan­to La Mutant como el TEM han ade­lan­ta­do la pro­gra­ma­ción al mes de sep­tiem­bre en lugar de comen­zar la tem­po­ra­da en octu­bre, como sue­le ser habi­tual, para dar cabi­da a las pro­pues­tas que se tuvie­ron que sus­pen­der debi­do a la pan­de­mia.

El joven intér­pre­te y rape­ro valen­ciano Rober­to Hoyo es el pro­ta­go­nis­ta de “Láza­ro”.

Una recreación muy libre de “El Lazarillo de Tormes”   

En un momen­to en que las artes escé­ni­cas luchan por su ple­na resu­rrec­ción, el títu­lo de la obra resul­ta espe­cial­men­te reve­la­dor. Láza­ro, sin embar­go, debe su nom­bre a un clá­si­co de nues­tra lite­ra­tu­ra como El Laza­ri­llo de Tor­mes, del cual rea­li­za una recrea­ción muy libre don­de la pica­res­ca y la come­dia con­flu­yen jun­to a len­gua­jes artís­ti­cos apa­ren­te­men­te muy dife­ren­tes, como el hip hop.

No por casua­li­dad, su autor, el joven­cí­si­mo Rober­to Hoyo (24 años) es un intér­pre­te y rape­ro for­ma­do en la Escue­la Supe­rior de Arte Dra­má­ti­co de Valèn­cia y en el Con­ser­va­to­rio Nacio­nal Supe­rior de París, e inclu­so muchos de sus cole­gas le defi­nen como “el futu­ro del tea­tro valen­ciano”.

Roberto Hoyo representa a un joven marginal que sobrevive como carterista

En Láza­ro, Hoyo inter­pre­ta a un joven mar­gi­nal que sobre­vi­ve como car­te­ris­ta y acep­ta su reali­dad con iro­nía y un sen­ti­do del humor muy par­ti­cu­lar. Jun­to a él se sitúa sobre el esce­na­rio el músi­co y dj Mar­co Ferrei­ra, que da for­ma al espa­cio sono­ro de la his­to­ria ‑y pro­por­cio­na el con­tex­to per­fec­to para la increí­ble expre­sión cor­po­ral de Hoyo a rit­mo de brea­k­­da­n­­ce- des­de su mesa de mez­clas.

La pie­za, una de las gran­des reve­la­cio­nes de la esce­na valen­cia­na recien­te, fue galar­do­na­da con el Pre­mio SGAE en la IX edi­ción del Fes­ti­val Rus­sa­fa Escè­ni­ca, y se ha adap­ta­do a un for­ma­to más lar­go para su repre­sen­ta­ción en tea­tros con la ayu­da de Xavo Gimé­nez, res­pon­sa­ble de la com­pa­ñía La Teta Cal­va.

“Los jóve­nes crea­do­res son gen­te deci­di­da a dar un gol­pe enci­ma de la mesa y a demos­trar que no tie­ne mie­do a ganar­se la vida con sus pro­pios medios y hacien­do un tea­tro ori­gi­nal.”

Rober­to Hoyo: Intér­pre­te y rape­ro

Roberto Hoyo destaca que ha supuesto un reto a nivel dramatúrgico

Res­pec­to a esta adap­ta­ción a un for­ma­to de sala, Rober­to Hoyo seña­la que “ha supues­to un reto a nivel dra­ma­túr­gi­co, téc­ni­co y acto­ral, ya que no me con­ten­ta­ba con la difi­cul­tad de pre­ci­sión de la pie­za cor­ta y que­ría aumen­tar el lis­tón, así como la com­pe­ne­tra­ción con Mar­co. Tam­bién me ha per­mi­ti­do pro­fun­di­zar en la his­to­ria y demos­trar­me que pue­do inven­tar un espec­tácu­lo sin medios y tra­tar de pros­pe­rar en este mun­do”.

Al mis­mo tiem­po, se refie­re a la nue­va gene­ra­ción de jóve­nes crea­do­res como “gen­te deci­di­da a dar un gol­pe enci­ma de la mesa y a demos­trar que no tie­ne mie­do a ganar­se la vida con sus pro­pios medios y hacien­do un tea­tro ori­gi­nal”.

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