A falta de menos de 20 días para que los niños y niñas valencianos regresen a las clases, cuyo inicio está previsto para el lunes, 7 de septiembre, desde la Conselleria de Educación mantienen el plan redactado en julio y publicado el día 29 de ese mes en coordinación con la Conselleria de Sanidad y que se basaba en un protocolo para la protección y prevención frente a la transmisión y contagio del Covid-19 en los diferentes centros escolares e institutos que impartan enseñanzas no universitarias en el curso 2020/21. Ello a pesar de que la situación actual en relación a los brotes y la incidencia del coronavirus en la Comunitat Valenciana y en España poco o nada tiene que ver con la existente en julio, cuando se aprobó este y también otros protocolos en diferentes comunidades autónomas. Por ejemplo, en Cataluña lo van a revisar esta misma semana, como ya informamos en Valencia City.
Unos 800.000 alumnos matriculados en la Comunidad Valenciana
Como indican fuentes de la conselleria de Educación a ValenciaCity.es, en el sistema educativo valenciano hay unos 800.000 alumnos desde infantil a Bachillerato, una cifra que da una idea, por sí misma, de la relevancia de estas medidas que afectan a muchas familias valencianas, cuya preocupación va en aumento a cada día que pasa.
Desde la conselleria defienden que su plan de “vuelta al cole” se basa en “garantizar la presencialidad en las aulas, siempre que sea posible y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades sanitarias en este contexto de pandemia global”. Y agregan que “todos los organismos internacionales vinculados a los menores y la educación recomiendan que se retomen las clases presenciales si los contextos y la evolución de la pandemia lo permiten”. Y agregan, “eso es lo que hemos hecho en la Comunidad Valenciana, siguiendo las recomendaciones estrictamente indicadas por las autoridades sanitarias”.
EEUU arranca las clases con varios modelos educativos
No obstante, la evolución de la pandemia en todo el mundo está haciendo que diversas autoridades sanitarias y educativas estén dando marcha atrás en sus planes iniciales de fomentar la presencialidad de las clases. Uno de los casos más claros se da en EEUU, un país que acumula más de 155.000 fallecidos oficiales por Covid-19. Allí grandes ciudades como Chicago, Houston, Los Ángeles, Miami decidieron empezar las clases de modo virtual. Mientras tanto, otras como Nueva York, con 1,1 millones de estudiantes, apostaron, en un principio, por un modelo híbrido, pero cada vez se encaminan más hacia el online. Una apuesta por lo online que aumenta en EEUU a cada día que pasa, pero que ya está generando protestas de multitud de asociaciones de padres y madres por el incremento de los costes que supone y por cómo les afectará en sus vidas personales y laborales.
La reflexión en Instagram del conseller de Educación Vicent Marzà
El conseller de Educación, Vicent Marzà, publicaba hace unos días una reflexión en su cuenta de Instagram, en la que reconocía que “el próximo curso será difícil, mucho”. Y añadía que por eso “no paramos de trabajar y de buscar soluciones. Unas soluciones globales que den respuesta a todos los escenarios posibles, con mucha más inversión, más profesores y herramientas digitales”. Y, por encima de todo, añadía, “la salut de todas las personas y la equidad educativa”. No obstante, matizaba “no hay soluciones mágicas, todas se tendrán que mejorar y exigirán esfuerzo y la implicación de la comunidad educativa, de todas y todos nosotros.”

Presencialidad con más recursos y más profesorado
Desde la conselleria de Educación se apuesta, por tanto, por apostar por la presencialidad de las clases. Para ello, y como se explica también en el citado protocolo, pretenden contar con “más recurso y más profesorado.” Y recalca que son la “única autonomía que hemos firmado acuerdos con los sindicatos y hemos estado en permanente contacto con los representantes de las familias.”
Un plan B sin detallar en caso de volver al confinamiento
A pesar de esta clara intención de mantener la presencialidad, desde la conselleria matizan que son conscientes de que el contexto de la Covid-19 es “cambiante” y por eso “la resiliencia educativa y la adaptabilidad son fundamentales”. Por tanto, afirman que han preparado, para el caso de que hubiera que retomar las clases online o incluso si se regresara a un escenario de confinamiento de la población, “un dispositivo mejorado después de la experiencia del confinamiento.” Dispositivo sobre el que, en cambio, no dan mayores detalles.

Como indicaba el conseller de Educación, Vicent Marzà, a finales de julio: “Contaremos con un incremento de 4.374 maestros y profesorado para atender la diversidad, el refuerzo y las necesidades específicas de cada centro, teniendo en cuenta como nos tenemos que organizar según los niveles educativos para garantizar las medidas de seguridad e higiene que hay que llevar a cabo en las aulas el próximo curso”.
“En total, en las aulas valencianas dispondremos de más de 76.000 maestros y profesorado que atenderán al alumnado valenciano durante un curso que por sí mismo será muy peculiar y que se tiene que adaptar a cualquier contexto que se genere dependiendo de la evolución de la pandemia”, agregaba el secretario autonómico, Miquel Soler.
El plan MULAN y el refuerzo de los cursos TIC al profesorado
Por otra parte, desde la conselleria destacan su plan MULAN: “Plan unificado de docencia digital con el fin de impartir, de manera no presencial, las asignaturas y materiales correspondientes a las diversas etapas escolares. Un plan diversificado respecto a las tecnologías que lo constituyen, pero con un objetivo único: garantizar la docencia en línea al máximo de alumnado que sea posible y ayudar al profesorado en el acceso a estas herramientas.” Así como el refuerzo de cursos TIC de formación al profesorado y la adquisición de tabletas con internet para el alumnado que no tenga acceso a ellas. De momento han repartido 14.000 y han encargado otras 15.000 para este inicio de curso. Y también han concedido 9 millones de euros para que los ayuntamientos financien las actividades extraescolares, aunque falta por ver si tanto estas como las clases presenciales podrán, finalmente, llevarse a cabo tal y como está, de momento, previsto.
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