Los jóvenes se enfrentan a un futuro laboral incierto por la Covid-19: empleos precarios, salarios bajos, menos horas de trabajo, más expedientes temporales y despidos definitivos. “Algunos de los que se encuentren ahora en desempleo pueden convertirse en parados de larga duración. La precarización laboral se ha convertido en un asunto estructural de nuestro sistema de trabajo”, ha explicado Ana Alarcón, responsable de los programas de empleabilidad de Acción contra el Hambre en la rueda de prensa que ha desarrollado la organización con motivo del Día de la Juventud que se celebra este 12 de agosto.
La situación es más dura, si cabe, entre los jóvenes de entre 25 y 35 años porque se enfrentan a una nueva crisis después de la del 2008. Los últimos datos de Garantía Juvenil ‑que mide a los jóvenes menores de 30 años que ni estudian ni trabajan, los mal llamados ninis- muestran que ha crecido un 17% el número de inscripciones respecto al 2019. “Su futuro laboral y sus proyectos de vida, crear una familia o comprarse una casa, vuelven a estancarse con la crisis del coronavirus”, ha dicho la experta en empleo.
La delicada situación de los recién graduados
No mejora tampoco entre menores de 25 años, los recién graduados. En el segundo trimestre de 2020 la tasa de paro llego casi al 40% mientras que en el primer trimestre se situó en el 33% según la Encuesta de Población Activa (EPA). “Esta subida de 7 puntos refleja la incertidumbre existente en el mercado laboral a la hora de apostar por el talento joven y la carencia de oportunidades a la que se enfrentan”, ha expresado Alarcón. En este sentido, la experta en empleo ha añadido que “en nuestros programas de emprendimiento juvenil observamos las innovadoras ideas e iniciativas que proponen las y los jóvenes y esto hace pensar que se pierde mucho talento e innovación en las empresas españolas al no proporcionar más opciones laborales”.
“Se pierde mucho talento e innovación en las empresas españolas al no proporcionar más opciones laborales a los jóvenes.”
Ana Alarcón: Responsable de los programas de empleabilidad de Acción contra el Hambre.
En el caso de Roberto Mazo, graduado en Física de 22 años, realizaba prácticas en Reino Unido antes de la llegada del coronavirus. Al establecerse el estado de alarma en España decidió volver y buscar trabajo en Madrid. Pero no encontró nada y apostó por ser emprendedor: “Decidí montar mi propia empresa, una app móvil, pero las dificultades que existen grandes obstáculos para los jóvenes. Por eso, he tenido que volver a exiliarme para trabajar”.
Durante mucho tiempo, Lucía Cíller también luchó para dedicarse a su profesión, pero no lo consiguió. Así, concluyó que la mejor opción era emprender: “Cansada de tener un trabajo precioso con mucha responsabilidad, pero mal remunerado, cambié el rumbo y volvía Murcia para tener una vida más tranquila y allí emprender con mi propio negocio de diseño de iluminación y lámparas artesanales LUZMIXTURA”.
Esta joven emprendedora ha contado que “la COVID ha venido a agravar una situación laboral que ya era precaria en España para los jóvenes”. Su pensamiento es quizá la clave en estos momentos: “decidir hacia dónde ir y qué necesita la sociedad y las personas en vez de esperar a que el trabajo perfecto llame a tu puestas es para mí la mejor salida”.
La mujer joven, la más precarizada
El Instituto de la Mujer publicó hace unos meses como la crisis del coronavirus afectará más a las mujeres y jóvenes: “este colectivo, mujeres jóvenes, sufren mayor precariedad y pobreza laboral, lo cual las sitúa en un peor lugar para afrontar un nuevo periodo de crisis además algunos de los sectores más afectados, como el comercio, educación, moda, turismo y hostelería, están altamente feminizados”. En esta línea, Alarcón ha señalado que los sectores menos perjudicados, como el tecnológico, están liderados por hombres: “es una realidad que la actual situación afecta más a las mujeres jóvenes a los hombres por varias razones, pero una principal es que se dedican a sectores más perjudicados”.
“El porcentaje de mujeres sin estudios superiores que emprende es mucho menor que el de los hombres. Esto pone de manifiesto la diferencia competencial y cultural entre los dos sexos.”
La brecha de género también se manifiesta en el emprendimiento juvenil. “El porcentaje de mujeres sin estudios superiores que emprende es mucho menor que el de los hombres. Esto pone de manifiesto la diferencia competencial y cultural entre los dos sexos: los hombres confían más en ellos mismos que las mujeres”, ha detallado Alarcón.
Crece el interés por el emprendimiento entre jóvenes con estudios superiores
“En nuestros programas de emprendimiento juvenil ha crecido el número de personas inscritas que quieren poner en marcha sus ideas de negocio. Si hacemos una media, hablamos de un aumento de inscripciones durante el confinamiento de un 25% más de lo que viene siendo habitual, y en algunas regiones ha sido el 40%”, ha añadido Ana Alarcón. “Esto nos da una idea de cómo se disminuyen las expectativas de empleo por cuenta ajena en un mercado laboral mermado por la crisis y abre interés por las posibilidades de emprender por cuenta propia y buscar opciones locales”, ha declarado Alarcón.
Estos datos no significan que vaya a crecer el emprendimiento juvenil de una forma notable. “Emprender es un camino largo y puede ser que las circunstancias socioeconómicas de estos jóvenes les obliguen a dejar su sueño emprendedor a un lado para cubrir sus necesidades básicas”, ha dicho la experta.
El director del IVAJ reclama dar el protagonismo a las personas jóvenes
El director general del Institut Valencià de la Joventut (IVAJ), Jesús Martí, ha señalado, también con motivo del Día Internacional de la Juventud, que el trabajo que guía al departamento que dirige es “garantizar la participación libre y eficaz de la juventud” en la sociedad.
Martí ha recordado que el artículo 48 de la Constitución, el “único” de este texto legal que habla de la juventud, establece que los poderes públicos promoverán las condiciones “para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”.
En una entrada en el blog del IVAJ, el director general participa en el debate actual sobre el trabajo específico en juventud en los ayuntamientos cuando señala que el servicio de juventud “no es el de cultura, ni es el de deportes, ni el de servicios sociales, ni el de promoción económica, ni el de fiestas porque no tiene ningún sentido duplicar esfuerzos”.
Martí ha argumentado que los rasgos diferenciadores de un departamento de juventud “están en la educación no formal, en la animación sociocultural, el ocio educativo a través de la cultura, el deporte, el juego, la diversión y el grupo para construir el conocimiento sobre dos realidades concretas: información juvenil y educación en la participación”.
“Tenemos que escuchar y acompañar a las personas jóvenes. Tienen que ser el centro de nuestras políticas y protagonizar su propio aprendizaje. Este es un debate abierto a nuevas reflexiones para la participación libre y eficaz de la juventud”.
Acción mundial conjunta
El tema de este 2020, bajo el lema ‘El compromiso de la juventud por la acción mundial’, tiene por objeto destacar las maneras en las que el compromiso de los jóvenes a nivel local, nacional y mundial puede enriquecer los procesos y las instituciones nacionales y multilaterales, así como identificar cómo mejorar significativamente su representación y participación en las instituciones públicas.

Según la ONU, “cuando estamos a diez años para que la Agenda 2030 sea una realidad la confianza en las instituciones públicas se está perdiendo cada vez más”, y destaca dos desafíos mundiales: la pandemia de Covid19 y el cambio climático, que “requieren una acción mundial conjunta y la participación y el compromiso de los y las jóvenes para abordarlos de manera eficaz”.
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