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Des­pués de tan­tos meses de ir poco a poco per­mi­tién­do­nos soñar, ya pode­mos libe­rar, un poqui­to, nues­tras ansias de via­jar y nos vamos has­ta la apo­da­da cari­ño­sa­men­te como «la palo­ma blan­ca», la ciu­dad marro­quí de Tetuán.

Vis­ta de Tetuán

Tetouan (su nom­bre en fran­cés), como tam­bién se la cono­ce, está ubi­ca­da al nor­te de Marrue­cos, a poco más de tres horas  de Alge­ci­ras, en el valle del río Mar­til con la cor­di­lle­ra del Rif como telón de fon­do. 

Cor­di­lle­ra del Rif

Repa­se­mos rápi­da­men­te su his­to­ria. Nació cer­ca de  la ciu­dad roma­na de Tamu­da. En la Edad Media pros­pe­ró gra­cias a su cer­ca­nía al mar y a un nave­ga­ble  río Mar­til, que per­mi­tía a los cor­sa­rios y pira­tas uti­li­zar­la como base para sus fecho­rías, moti­vo por el cual varias veces a lo lar­go de su his­to­ria fue des­trui­da por dis­tin­tos rei­nos como el cali­fa­to de Cór­do­ba, Enri­que III de Cas­ti­lla y León o por los por­tu­gue­ses. Su esplen­dor se lo otor­gó el Pro­tec­to­ra­do Espa­ñol a par­tir de 1911 que moder­ni­zó la ciu­dad, reha­bi­li­tó la medi­na y mejo­ró la sani­dad y la edu­ca­ción. Pero con la inde­pen­den­cia de Marrue­cos pier­de su capi­ta­li­dad y sufre nue­va­men­te un gran retro­ce­so que a día de hoy esta sub­sa­nán­do­se.

Calle en el ensan­che espa­ñol

Ya cono­ce­mos un poco de su his­to­ria, aho­ra solo nos que­da reco­rrer­la. Un buen pun­to de par­ti­da es El Ensan­che, la zona que se cons­tru­yó bajo los años de Pro­tec­to­ra­do Espa­ñol. Al reco­rrer­lo pue­des tener la sen­sa­ción de fami­lia­ri­dad, de que ya has esta­do ahí, esto se debe a que en esta zona se rodó la serie «El tiem­po entre cos­tu­ras».

Calle del ensan­che espa­ñol

El cora­zón de esta zona es la Pla­za de Mulay Meh­di, don­de se encuen­tra la Igle­sia de Nues­tra Seño­ra de las Vic­to­rias, tam­bién cono­ci­da como la Cate­dral o la Igle­sia de Nues­tra Seño­ra del Per­pe­tuo Soco­rro. Se inau­gu­ró en 1925 y cons­ta­ba de una escue­la, una casa para el vica­rio apos­tó­li­co y habi­ta­cio­nes para los misio­ne­ros, ade­más de la pro­pia igle­sia que tie­ne tres naves deco­ra­das con esti­lo neo­mu­dé­jar y una facha­da romá­ni­ca.

Igle­sia de Nues­tra Seño­ra de las Vic­to­rias

Al obser­var toda esta zona pare­ce que se hubie­ra dete­ni­do el tiem­po, yo diría que allá por la déca­da de los años cin­cuen­ta del pasa­do siglo. Un ejem­plo de ello es el paseo que está fren­te al río y que recuer­da los paseos o ala­me­das de cual­quier ciu­dad espa­ño­la, don­de los jóve­nes salían a «fes­te­jar» y los seño­res a mirar y ser vis­tos. Intere­san­te tam­bién su esta­ción de tren, el Ins­ti­tu­to Cer­van­tes y el Tea­tro Espa­ñol que des­pués de la refor­ma de 1956 se con­vir­tió en una sala de cine.

Pla­za de Mulay Meh­di

Comen­ce­mos a ale­jar­nos de la «zona euro­pea» y poco a poco aden­tré­mo­nos en la par­te marro­quí has­ta su pro­pio cora­zón, el zoco. Antes de comen­zar a reco­rrer la Medi­na, debes saber que des­de 1997 es Patri­mo­nio de la Huma­ni­dad por la Unes­co.

Calle en la Medi­na

Lo pri­me­ro que encon­tra­mos es el Pala­cio Real. Se encuen­tra ubi­ca­do en la Pla­za de Hasan II. Todo este entorno es algo par­ti­cu­lar, la pla­za es elíp­ti­ca con una fuen­te cen­tral al ras del sue­lo, tie­ne 4 torres dis­tri­bui­das asi­mé­tri­ca­men­te  y la espec­ta­cu­lar puer­ta del pala­cio no coin­ci­de con el cen­tro de la pla­za. ¿El por­qué de todo este caos arqui­tec­tó­ni­co? Todo esto se debe a que has­ta la déca­da de los 80 nin­gún monar­ca marro­quí había visi­ta­do la ciu­dad. El monar­ca Has­san II, deci­dió cono­cer­la y hubo que habi­li­tar­le un pala­cio. Para ello se derri­bó la pla­za del Fed­dán, que era una zona de espar­ci­mien­to muy uti­li­za­da por los tetua­nís, y se ane­xa­ron el anti­guo pala­cio del Jali­fa (un edi­fi­cio del siglo XVII)  y la anti­gua sede de la Alta Comi­sa­ría del Pro­tec­to­ra­do Espa­ñol, tam­bién cono­ci­do, tras la inde­pen­den­cia de Marrue­cos, como Con­su­la­do Espa­ñol. Hoy en día este espa­cio no es uti­li­za­do, ya que se encuen­tra rodea­do de vallas y guar­dias de segu­ri­dad que no per­mi­ten dis­fru­tar­la, ni reco­rrer­la. 

Pla­za de Hasan II

Si quie­res cono­cer cómo era la anti­gua Pla­za del Fed­dán debes acer­car­te has­ta la pla­za Riad Lfed­dan,en ella se ha repro­du­ci­do el dise­ño ori­gi­nal en esti­lo anda­lu­sí de la Pla­za del Fed­dán, con la zona ajar­di­na­da con pal­me­ras y un tem­ple­te cen­tral de esti­lo naza­rí. Los azu­le­jos del pavi­men­to recrean alfom­bras orien­ta­les.

Vis­ta de la pla­za Riad Lfed­dan  des­de la Alca­za­ba
Pavi­men­to en la pla­za Riad Lfed­dan

Aden­trán­do­te por las calles que van ascen­dien­do la mon­ta­ña, te encon­tra­rás con las rui­nas del anti­guo Cuar­tel de Regu­la­res, se cons­tru­yó incor­po­ran­do par­te de la  Alca­za­ba o Kas­bah de los Adi­ves, des­de este pun­to hay unas vis­tas espec­ta­cu­la­res de todo Tetuán y de la Medi­na. 

Rui­nas del anti­guo Cuar­tel de Regu­la­res

El ascen­so lo harás por un barrio típi­co de Tetuán, con calles tor­tuo­sas y zig­za­guean­tes, ple­nas de modes­tas casas enca­la­das per­fec­ta­men­te irra­dian­do la blan­cu­ra de la cal y el res­plan­dor del azu­le­te en sus esca­le­ras.

Calle en Tetuán 
Calle en Tetuán 

Al comen­zar a des­cen­der, lo pri­me­ro que  encon­tra­rás es el cemen­te­rio de los Muyahi­di­nes gra­na­di­nos que lle­ga­ron con Al Man­da­ri, quie­nes fue­ron los re-fun­­da­­do­­res de Tetuán.

Cemen­te­rio de los Muyahi­di­nes

Poco a poco te aden­tra­rás nue­va­men­te por las calles de Tetuán. Si tie­nes suer­te te podrás cru­zar con el buta­ne­ro, o mirar cómo se tejen las jara­pas.

Repar­to de Butano 
Teje­do­res de alfom­bras

Y así sin, dar­te cuen­ta, lle­ga­rás has­ta las cur­ti­du­rías. Las cons­tru­ye­ron entre  fina­les del siglo XV y prin­ci­pios XVI. Un con­se­jo: ve pre­pa­ra­do para su fuer­te olor, no per­mi­tas que  la mez­cla entre los pro­duc­tos quí­mi­cos que uti­li­zan y los dese­chos de los pelle­jos, que gene­ran un olor poten­te y des­agra­da­ble, te pri­ven de ver cómo se pulen las pie­les y se tiñen den­tro de las cubas que con­tie­nen los diver­sos colo­res de tin­tes. Con sus cue­ros se rea­li­zan las babu­chas o bol­sos que podrás encon­trar en el zoco.

Cur­ti­dor 

A su lado encon­tra­rás la mez­qui­ta de Zaouia Al Harra­kia. Fue fun­da­da por el jeque Muha­mad al-Harrak en 1835, su puer­ta de doble arco de herra­du­ra es sim­ple­men­te her­mo­sa, a pesar de los dese­chos que la rodea.

Mez­qui­ta de Zaouia Al Harra­kia

Bueno, ya solo nos que­da aden­trar­nos en el zoco. Está divi­do en  zonas dife­ren­cia­das, la de los arte­sa­nos con los pro­duc­tos de piel, car­pin­te­ría, alfom­bras, las joye­rías, la zona de ali­men­ta­ción con las car­ni­ce­rías y  ver­du­le­rías o los pues­tos de ven­ta de pes­ca­do recién traí­do de la cos­ta ade­más de la zona lla­mé­mos­le de bazar­don­de pue­des encon­trar des­de una cace­ro­la nue­va de alu­mi­nio a el car­ga­dor usa­do de un móvil de los años 90.

Pues­to en el zoco

Aun­que todo Tetuán me asom­bró, el entrar en el zoco es cam­biar real­men­te de civi­li­za­ción; per­so­nal­men­te me sor­pren­dió todo, por ejem­plo la zona de las joye­rías. Son indes­crip­ti­bles los tra­ba­jos que con­tie­ne en oro, cin­tu­ro­nes, pul­se­ras, colla­res todos ellos con un tra­ba­jo exqui­si­to. 

Joye­ría en el zoco

La zona de ali­men­ta­ción para mí fue lo más lla­ma­ti­vo, encon­trar aves vivas para que uno esco­ja la que pre­fie­re degus­tar en su mesa, cabe­zas de cor­de­ros col­ga­das de gan­chos sin nin­gún tipo de refri­ge­ra­ción, pes­ca­dos en barre­ños sobre el sue­lo, ver­du­ras fres­cas y varia­das.  

En últi­mo lugar he deja­do lo que ya saben que más me atrae, las puer­tas y ven­ta­nas. Me era casi impo­si­ble cami­nar, a cada paso una puer­ta lla­ma­ba mi aten­ción. Las puer­tas en Tetuán son como un libro que debe leer­se, cada una de ellas escon­de una his­to­ria.

Puer­ta en la Medi­na

Están rea­li­za­das en made­ra de cedro y entre los ele­men­tos que pode­mos iden­ti­fi­car se encuen­tran los escu­dos de las fami­lias, que indi­can la pro­ce­den­cia de estas. Los escu­dos no son como los que esta­mos acos­tum­bra­dos a ver, se encuen­tran en la par­te supe­rior izquier­da de las puer­tas. 

Escu­do fami­lias arge­li­nas

Los escu­dos seña­la­dos en azul iden­ti­fi­can a las fami­lias arge­li­nas las que lle­ga­ron des­pués de 1830 con la eta­pa fran­ce­sa de Tetuán. 

Este mode­lo rec­tan­gu­lar y con dise­ño cir­cu­lar en un extre­mo iden­ti­fi­ca a las pri­me­ras fami­lias que lle­ga­ron, las gra­na­di­nas.

Escu­do fami­lias de Alge­ci­ras

Este escu­do per­te­ne­ce a la segun­da ola de inmi­gra­ción, a los pro­ve­nien­tes de Al-Anda­­lus des­de Tarra­go­na has­ta Alge­ci­ras. Su for­ma repre­sen­ta los 5 pila­res del Islam. En algu­nas puer­tas pue­des encon­trar­lo solo con las 3 pun­tas cen­tra­les, es una evo­lu­ción del de cin­co pun­tas. Tam­bién se dice que repre­sen­ta la Mano de Fáti­ma. 

Puer­ta en la Medi­na 2 

Otros ele­men­tos que pode­mos obser­var son: 

. Su mar­co, el taou­rik, es de made­ra labra­da. Des­de el  s XIX se con­vir­tió en el pro­ta­go­nis­ta de la puer­ta, pue­de estar acom­pa­ña­do del tis­ter (fron­tón), habi­tual­men­te con dibu­jos geo­mé­tri­cos repe­ti­ti­vos labra­dos, se pue­de iden­ti­fi­car a los arte­sa­nos por sus dise­ños.

. El mftl o mak­fel, un jun­qui­llo labra­do que deli­mi­ta las dis­tin­tas par­tes de la puer­ta y que se repi­te prác­ti­ca­men­te en todos los dise­ños.

. Las chin­chis, o cla­vos de ace­ro, son  siem­pre redon­dos. Su dise­ño, tama­ño y can­ti­dad indi­ca la rique­za de la fami­lia due­ña de la vivien­da.

. El tira­dor o dak­ka­ka, es una pie­za orna­men­tal de la puer­ta que le da noto­rie­dad al con­jun­to. Está com­pues­to por tres pie­zas, dos fijas a la puer­ta con for­ma de estre­lla cir­cu­lar y la ter­ce­ra que es un aro maci­zo con dise­ño en su perí­me­tro.

. Y la puer­ta inte­rior o joja apa­re­ce en el s XVII, en ella está casi toda la deco­ra­ción de la puer­ta y es, en muchas oca­sio­nes, la úni­ca que se uti­li­za, ya que por su menor tama­ño la hace más prac­ti­ca­ble.

Aquí os mues­tro otras puer­tas de la Medi­na:

Nos vemos en nues­tro pró­xi­mo des­tino, en el cual con­ti­nua­re­mos nues­tro via­je por los alre­de­do­res de Tetuán. 

Fotos, Dron, Vídeo: Cor­va­mar

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