El Gobierno apro­ba­rá en el últi­mo con­se­jo de minis­tros de este mes el pro­yec­to de ren­ta míni­ma. Así lo ha ade­lan­ta­do el minis­tro de Segu­ri­dad Social, José Luis Escri­vá en una entre­vis­ta a RNE en la que a esti­ma­do que, de for­ma inme­dia­ta esta medi­da podrá bene­fi­ciar a unas 100.000 fami­lias. La inten­ción es que esta ren­ta vital, que se cobra­rá men­sual­men­te, pue­da lle­ga a un millón de hoga­res.

Escri­vá ha expli­ca­do que la tra­mi­ta­ción de esta pres­ta­ción se rra­li­za­rá por dife­ren­tes cana­les para faci­li­tar que lle­gue a las fami­lias más nece­si­ta­das. De esta for­ma se quie­re evi­tar que haya hoga­res nece­si­ta­dos que no la soli­ci­ten por encon­trar­se en situa­ción de mar­gi­na­li­dad, tal y como ha mos­tra­do la expe­rien­cia en otros paí­ses don­de la medi­da ya se ha implan­ta­do.

Para poder acce­der a la ren­ta vital, los soli­ci­tan­tes debe­rán ser mayo­res de 23 años. Una vez reci­bi­da la soli­ci­tud, el minis­tro expli­có que se rea­li­za­rá un test de su patri­mo­nio neto que ten­ga en cuen­ta la dife­ren­cia entre sus acti­vos y sus deu­das. En este cálcu­lo que­da­rá exclui­da la vivien­da habi­tual siem­pre que no supere un valor toda­vía por cuan­ti­fi­car. Ade­más en su pri­me­ra implan­ta­ción ten­drá prio­ri­dad los hoga­res con niños y las fami­lias mono­pa­ren­ta­les.

El con­trol de los requi­si­tos corre­rá a car­go del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de la Segu­ri­dad Social, que vigi­la­rá que las con­di­cio­nes de los hoga­res sean reales y que no se han mani­pu­la­do para poder cobrar la pres­ta­ción, por lo que se con­tras­ta­rán los datos apor­ta­dos con el libro de fami­lia y el padrón muni­ci­pal. Ade­más, Escri­vá ha ade­lan­ta­do la el cobro de la pres­ta­ción no será incom­pa­ti­ble con la rea­li­za­ción de un tra­ba­jo.

Aun­que Escri­vá no ha ofre­ci­do una cifra con­cre­ta del cos­te de la medi­da, que algu­nas esti­ma­cio­nes sitúan entre 3.000 y 3.500 millo­nes de euros. Sí seña­ló que, en cual­quier caso, esta cuan­tía sal­drá de los pre­su­pues­tos del esta­do, como todas las pres­ta­cio­nes no con­tri­bui­ti­vas.