¿Cómo es posi­ble que Gre­cia ten­ga menos de 150 muer­tos con un gas­to sani­ta­rio que fue recor­ta­do, no un 1% como en el caso de Espa­ña, sino más de un 40%?

*Por su inte­rés, repro­du­ci­mos este artícu­lo de Juan Ramón Rallo publi­ca­do en El Con­fi­den­cial.

En un artícu­lo ante­rior, ya tuvi­mos oca­sión de expli­car por qué no tenía nin­gún sen­ti­do cul­par a los recor­tes en el gas­to públi­co sani­ta­rio de la tra­ge­dia huma­ni­ta­ria expe­ri­men­ta­da a raíz de la pro­pa­ga­ción del covid-19. En esen­cia, la mayor par­te de esos recor­tes (que se con­cen­tra­ron en 2012 y 2013) ya ha sido rever­ti­da en la actua­li­dad y, ade­más, su impac­to sobre el mate­rial sani­ta­rio fue modes­to (la sani­dad madri­le­ña, por ejem­plo, solo redu­jo en 40 uni­da­des el núme­ro de camas en la UCI entre 2011 y 2017). Lo cru­cial para mini­mi­zar el impac­to humano de la pan­de­mia no era tener un sis­te­ma sani­ta­rio sobre­di­men­sio­na­do, sino con­te­ner rápi­da­men­te los con­ta­gios para así evi­tar la satu­ra­ción de su sani­dad. O dicho de otro modo, la estra­te­gia fun­da­men­tal para sal­var vidas no pasa­ba por paliar sino por pre­ve­nir.

El pasa­do 8 de mar­zo, como tam­bién tuvi­mos oca­sión de expo­ner, nues­tro país ape­nas había toma­do medi­das de dis­tan­cia­mien­to social: según el Oxford Covid-19 Strin­gency Index (un índi­ce que mide la inten­si­dad de las medi­das de dis­tan­cia­mien­to social y que el pro­pio Sán­chez uti­li­zó en el Con­gre­so para eva­luar su ges­tión), Espa­ña regis­tra­ba una pun­tua­ción de ape­nas 14 fren­te a los 43 pun­tos de Fran­cia o los 48 de Ale­ma­nia: y ello a pesar de que Fran­cia tenía 18,5 con­ta­gia­dos por millón de habi­tan­tes, Espa­ña 14,4 y Ale­ma­nia 12,4. Hoy, cla­ro, Espa­ña está en una situa­ción nota­ble­men­te peor que Fran­cia y, sobre todo, que Ale­ma­nia.

Pero aca­so no con­ven­ga fijar­se en dos paí­ses que tenían apro­xi­ma­da­men­te el mis­mo núme­ro de con­ta­gios que noso­tros, sino en otros dos que, por aquel 8 de mar­zo, habían toma­do medi­das apro­xi­ma­da­men­te igual de estric­tas que las nues­tras aun cuan­do tuvie­ran muchos menos con­ta­gia­dos: Gre­cia y Por­tu­gal. En aquel momen­to, Gre­cia regis­tra­ba 7,3 casos por millón de habi­tan­tes y Por­tu­gal, 2,9: mucho menos que Espa­ña. Pero, pese ello, ya habían adop­ta­do medi­das de dure­za aná­lo­ga o supe­rior a las nues­tras: Gre­cia obte­nía una pun­tua­ción de 24 en el Oxford Strin­gency Index, y Por­tu­gal, una de 14 (lo cual se refle­ja­ba en que, por ejem­plo, Gre­cia ya había sus­pen­di­do las cla­ses a esas altu­ras de mes). A par­tir del 9 de mar­zo, ade­más, ambos paí­ses endu­re­cie­ron, al igual que lo hici­mos noso­tros, sus medi­das de dis­tan­cia­mien­to social, pero sin lle­gar a una pará­li­sis com­ple­ta del país: mien­tras que el 21 de mar­zo Espa­ña regis­tra­ba una pun­tua­ción de 95 (muy cer­ca del máxi­mo de 100), Gre­cia exhi­bía una de 62 y Por­tu­gal, una de 81.

En suma, ambos paí­ses toma­ron medi­das a la vez —aun­que algo más laxas— que Espa­ña… Pero las toma­ron par­tien­do de un menor núme­ro de con­ta­gios: es decir, actua­ron más tem­pra­na­men­te en tér­mi­nos de exten­sión de la epi­de­mia. Tal anti­ci­pa­ción ha resul­ta­do ser cru­cial: a fecha de hoy, el núme­ro de falle­ci­dos en Espa­ña a cau­sa del covid-19 supera los 22.000; en cam­bio, en Por­tu­gal tota­li­za 820 y en Gre­cia, 121 (es ver­dad que ambos paí­ses están menos pobla­dos que Espa­ña: pero Espa­ña sufre casi 24 veces más muer­tos que los dos paí­ses en con­jun­to con solo 2,2 veces más habi­tan­tes).

Como ya expli­ca­mos, si Espa­ña hubie­se toma­do medi­das de dis­tan­cia­mien­to social una sema­na antes (cuan­do sus con­ta­gia­dos ofi­cia­les eran simi­la­res a los de Por­tu­gal), habría­mos podi­do redu­cir al menos en un 60% nues­tra cifra de muer­tos actua­les. No fue­ron, pues, los recor­tes en el sis­te­ma sani­ta­rio sino nues­tro retra­so en actuar res­pec­to a cuan­do debía­mos haber actua­do (ante los pri­me­ros con­ta­gia­dos). De hecho, de ser cier­to que los recor­tes fue­ron un fac­tor deter­mi­nan­te a la hora de expli­car nues­tra dra­má­ti­ca cifra de falle­ci­dos, Gre­cia y Por­tu­gal debe­rían estar pade­cien­do más muer­tos inclu­so que noso­tros: a la pos­tre, des­de su máxi­mo pre-cri­­sis, el gas­to públi­co sani­ta­rio de Espa­ña se ha redu­ci­do en ocho déci­mas de PIB, mien­tras que el de Por­tu­gal lo ha hecho en 1,2 pun­tos de PIB y el de Gre­cia, en 1,9.

Gasto público en Sanidad sobre el PIB

En tér­mi­nos abso­lu­tos, de hecho, esta dife­ren­cia es toda­vía más acu­sa­da: Espa­ña ha recor­ta­do su gas­to sani­ta­rio un 1,3% des­de máxi­mos, Por­tu­gal lo ha hecho un 8,8% y Gre­cia un… 43%. ¿Cómo es posi­ble que Gre­cia ten­ga menos de 150 muer­tos con un gas­to sani­ta­rio que fue recor­ta­do, no un 1% como en el caso de Espa­ña, sino más de un 40%? Sim­ple­men­te, por­que fue capaz de dete­ner los con­ta­gios a tiem­po con medi­das de dis­tan­cia­mien­to social efi­ca­ces: algo que Espa­ña no hizo y que, por tan­to, nos con­de­nó a un gigan­tes­co núme­ro de con­ta­gios y de falle­ci­dos. Echar la cul­pa a los recor­tes del desas­tre que hemos sufri­do es solo una for­ma de des­viar escan­da­lo­sa­men­te la res­pon­sa­bi­li­dad de esta tra­ge­dia.

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