Anto­nio Miguel

La Fun­da­ción Amics de la Gent Major cum­ple en este 2020 su vigé­si­mo ani­ver­sa­rio. Una con­me­mo­ra­ción que la Covid-19 ha trans­for­ma­do total­men­te, al igual que lo ha hecho con la vida de aque­llos a quie­nes atien­den y ayu­dan, que no son otros que los más mayo­res de nues­tra socie­dad, muchos de los cua­les, ade­más, pade­cen una sole­dad que en estos tiem­pos se acre­cien­ta con­si­de­ra­ble­men­te. Las per­so­nas mayo­res son las que están sufrien­do más los efec­tos de esta pan­de­mia y des­de la fun­da­ción pre­si­di­da por Anto­nio Miguel han modi­fi­ca­do su habi­tual ser­vi­cio asis­ten­cial por otro tele­fó­ni­co, que se refuer­za con video­lla­ma­das y redes socia­les. Como él indi­ca, “Uno pue­de sacar lo mejor de sí mis­mo en momen­tos de difi­cul­tad, y si aho­ra tene­mos mucho tiem­po qué menos que levan­tar un telé­fono y hacer el rato más agra­da­ble a otras per­so­nas que nece­si­tan, más que nun­ca, sen­tir­se acom­pa­ña­dos y que­ri­dos”.

¿Cuá­les sue­len ser las acti­vi­da­des de la Fun­da­ción Amics de la Gent Major?

Somos una fun­da­ción cen­tra­da en el volun­ta­ria­do que hace una acom­pa­ña­mien­to per­so­nal efec­ti­vo a aque­llas per­so­nas mayo­res que pade­cen sole­dad. Les evi­ta­mos el ais­la­mien­to y la exclu­sión social. Aho­ra, jus­to en el año en que cum­plía­mos nues­tro 20 ani­ver­sa­rio, hemos teni­do que sus­pen­der el acom­pa­ña­mien­to per­so­nal por uno tele­fó­ni­co, así como por otras vías como Whatsapp o redes socia­les inclu­so. Tra­ta­mos de inten­si­fi­car nues­tro ser­vi­cio por­que nues­tro lema es amis­tad con­tra la sole­dad.Pode­mos tener cual­quier medio de pri­me­ra nece­si­dad –como la edu­ca­ción, la salud o la ali­men­ta­ción,– pero si nos fal­ta el amor y el afec­to se nos vie­ne todo aba­jo. Somos seres socia­les y nece­si­ta­mos rela­cio­nar­nos, y este con­fi­na­mien­to hace que las per­so­nas que de por sí ya esta­ban solas aumen­ten ese mie­do, esa ansie­dad y ese sen­tir­se más solos que otras veces. 

“Si nos fal­ta el amor y el afec­to se nos vie­ne todo aba­jo”. 

La Fun­da­ción Amics de la Gent Major cen­tra su acti­vi­dad en el acom­pa­ña­mien­to a domi­ci­lio de las per­so­nas mayo­res que pade­cen sole­dad.

¿En qué han cam­bia­do vues­tros ser­vi­cios des­de el Esta­do de Alar­ma?

A par­tir de esta terri­ble pan­de­mia que nos ha aso­la­do y que tan­tas incóg­ni­tas levan­ta, no podía­mos dejar en sus­pen­so el lazo afec­ti­vo de las per­so­nas mayo­res. Aho­ra mis­mo, la vía más cómo­da y ase­qui­ble es la tele­fó­ni­ca u otras que comen­tá­ba­mos, se les lla­ma inclu­so más de una vez al día y así ellos sien­ten que nues­tro víncu­lo afec­ti­vo sigue estan­do ahí.

Las per­so­nas mayo­res están sien­do las más gol­pea­das por esta cri­sis, ¿cuá­les son las prin­ci­pa­les preo­cu­pa­cio­nes que os hacen lle­gar?

Han cam­bia­do bas­tan­te; cuan­do hacía­mos el acom­pa­ña­mien­to per­so­nal se sen­tían acom­pa­ña­dos, asis­ti­dos, vien­do que la amis­tad entre nues­tros volun­ta­rios y mayo­res era una cade­na que no se rom­pía. Pero esto se ha teni­do que rom­per. Lo que sien­ten es mie­do y angus­tia. Los men­sa­jes que les lan­za­mos a nues­tros volun­ta­rios es que nues­tras lla­ma­das ami­gas sean para escu­char y tran­qui­li­zar, a la vez que para dar infor­ma­ción veraz. En la situa­ción actual, ade­más de acre­cen­tar­se los pro­ble­mas fisio­ló­gi­cos o de salud, muchos de los cua­les son cró­ni­cos, se inten­si­fi­can los pro­ble­mas psi­co­ló­gi­cos, aumen­ta la tris­te­za, el decai­mien­to y la depre­sión. Muchas veces se dice que los bom­be­ros han entra­do en una casa don­de había una per­so­na sola falle­ci­da por un infar­to u otra cau­sa, pero real­men­te murió por sole­dad, por­que no había nadie ahí para aten­der­la cuan­do le sur­gió cual­quier pro­ble­ma. Noso­tros, cuan­do nues­tros volun­ta­rios, en su con­tac­to habi­tual, detec­tan cual­quier pro­ble­ma o indi­cio de él, lo deri­va­mos a los ser­vi­cios socia­les para que sean aten­di­dos. 

Aho­ra mis­mo, hay tan­ta gen­te que con el con­fi­na­mien­to dis­po­ne de tan­to tiem­po que pue­den dedi­car una par­te de él a estas per­so­nas, sim­ple­men­te des­col­gan­do el telé­fono.

¿Qué le pare­ce que ante los pri­me­ros casos de falle­ci­dos siem­pre se des­ta­ca­ra que eran per­so­nas mayo­res, como tra­tan­do de tran­qui­li­zar a la pobla­ción?

Son men­sa­jes noci­vos. Con­tri­bu­yen a aumen­tar la ansie­dad y el mie­do. Cuan­do habla­mos con los volun­ta­rios siem­pre les deci­mos que cui­den como les gus­ta­ría ser cui­da­dos, pero sobre todo que escu­chen, que les den tran­qui­li­dad por­que lo nece­si­tan mucho. Otro de nues­tros lemas es: “Si vie­nes ten­go tan­to que con­tar­te que me que­da­ré sin pala­bras”. Hay per­so­nas que pasan días y días sin hablar con nadie y es muy tris­te. Estos men­sa­jes que comen­tas, lo que hacen es moti­var en el sen­ti­do con­tra­rio en lugar de crear un cli­ma de entre­ga, de soli­da­ri­dad y com­pro­mi­so. Tene­mos que pen­sar que solo tene­mos dos opcio­nes, o enve­je­ce­mos o mori­mos, y todos ele­gi­ría­mos la pri­me­ra. Ade­más, estas per­so­nas son los que nos han cui­da­do antes, son nues­tras raí­ces.

¿Esta­mos sien­do jus­tos con ellos como socie­dad?

No exce­si­va­men­te, una par­te, como nues­tro volun­ta­ria­do, da lo mejor de sí mis­mo para acom­pa­ñar­los. Pero nos hemos des­hu­ma­ni­za­do mucho: No es lógi­co que en tu rellano o esca­le­ra mue­ran per­so­nas mayo­res y nadie se ente­re duran­te días. Con lo fácil que sería que una per­so­na por la maña­na dije­ra “hola Pepi­ta, has desa­yu­na­do, nece­si­tas algo…”; evi­ta­ría­mos ese perio­do de tiem­po en el que están nece­si­ta­dos sin que nadie les atien­da y aca­ban murien­do solos. 

“Nos hemos des­hu­ma­ni­za­do: No es lógi­co que en tu rellano o esca­le­ra mue­ran per­so­nas mayo­res y nadie se ente­re duran­te días”.

Pien­so que esos men­sa­jes don­de de mane­ra gra­tui­ta se dice que las per­so­nas mayo­res no tene­mos tan­to dere­cho a la vida como los demás son muy injus­tos y crue­les. La edad no tie­ne que ver para el acom­pa­ña­mien­to, para el cari­ño. No se pue­de decir que por tener X años uno ten­ga dere­cho a vivir y los otros a morir. Ha habi­do decla­ra­cio­nes muy poco afor­tu­na­das, tam­bién por par­te de algu­nos polí­ti­cos. Todos tene­mos dere­cho a la vida y, de hecho, al prin­ci­pio y al final de la mis­ma es cuan­do más nece­si­ta­mos apo­yos y cui­da­dos. Ha habi­do men­sa­jes en los que se ha dicho que en nues­tra socie­dad hay muchos mayo­res, como si sobra­sen. ¡Qué poca con­si­de­ra­ción! Cuan­do lo que hay que hacer, como les deci­mos a nues­tros volun­ta­rios, es trans­mi­tir­les que no están solas ni solos, levan­tar­les la moral… por­que si hay algo que de ver­dad pre­va­le­ce es lo que hace­mos por los demás.

¿Qué supo­ne para ellos el con­tar con una per­so­na que las visi­te regu­lar­men­te?

Cuan­do una per­so­na mayor se pone en con­tac­to con noso­tros por un fami­liar, por ami­gos… son un poco rea­cios, están a la expec­ta­ti­va, a veces han teni­do algu­na mala expe­rien­cia. No son recep­ti­vos has­ta que te das cuen­ta de que el que va es tu ami­go y te lo demues­tra asi­dua­men­te en el tiem­po. Les da una idea de que están vivas, que son úti­les y cuen­tan. En esa vul­ne­ra­bi­li­dad de nues­tros mayo­res, con pro­ble­mas de loco­mo­ción o salud, es sen­tir­se que son per­so­nas que pue­den valer y hacer cosas, que no están apar­ta­das. Se les da esa mane­ra de amor y afec­to que hace que vean a tu ami­go al lado, no a alguien des­co­no­ci­do que va por cum­plir, sino que va para eso. Nun­ca sé si dan más ellos o doy más yo; por eso es muy gra­ti­fi­can­te el poder ayu­dar a los demás.

Y aho­ra, ¿cómo ha cam­bia­do la aten­ción hacia ellos y cómo la aco­gen?

En el caso de los volun­ta­rios que tenía­mos con los mayo­res, no les cues­ta dema­sia­do saber que van a seguir en con­tac­to con ellos, con los que les visi­ta­ban ante­rior­men­te. Les cues­ta un poco más las lla­ma­das de otras per­so­nas que nos han encon­tra­do aho­ra… A los nue­vos volun­ta­rios, ade­más, hay que dar­les antes una peque­ña for­ma­ción, que aho­ra se hace onli­ne. Así logra­mos una mejor aten­ción y tam­bién ajus­tar los per­fi­les y que las per­so­nas mayo­res se sien­tan bien acom­pa­ña­das. Tam­bién se les hacen lle­gar audios, poe­mas, rela­tos cor­tos… para que ten­gan más áni­mos. 

¿Podría indi­car­me algu­na anéc­do­ta o reac­ción que os hayan hecho lle­gar los volun­ta­rios o las per­so­nas mayo­res estos días?

Muchas de las per­so­nas que aten­de­mos son octo­ge­na­rias, nona­ge­na­rias e inclu­so cen­te­na­rias. Se van acos­tum­bran­do a usar las nue­vas tec­no­lo­gías, y con esta situa­ción toda­vía más. Nos lle­gan men­sa­jes por Whatsapp de ellos en los que nos expre­san su ale­gría por la aten­ción que se les brin­da. Tam­bién cuan­do logran hacer una lla­ma­da por Sky­pe y ven el ros­tro, la son­ri­sa, del volun­ta­rio, les cam­bia la cara, ven que es su ami­go, es como esa fra­se que dice nece­si­ta­ba la luz y aho­ra veo.  

 “Cuan­do los mayo­res logran hacer una lla­ma­da por Sky­pe y ven el ros­tro, la son­ri­sa, del volun­ta­rio, les cam­bia la cara”.

¿Están aumen­tan­do los casos de depre­sión entre las per­so­nas mayo­res?

Sí, están aumen­tan­do, noso­tros cuan­do detec­ta­mos a tra­vés de video­con­fe­ren­cia, en los gru­pos de Whatsapp o por telé­fono que algo no va bien, siem­pre deri­va­mos a ser­vi­cios socia­les para que de mane­ra inme­dia­ta ten­gan una aten­ción indi­vi­dua­li­za­da. Hay per­so­nas que por no estar en con­tac­to con fun­da­cio­nes como la nues­tra pade­cen enfer­me­da­des gra­ves, inclu­so les lle­va al trá­gi­co final de morir solos. 

Usted tam­bién es una per­so­na mayor, ¿cómo está vivien­do este con­fi­na­mien­to?

Ten­go 69 años y lo estoy pasan­do en casa con mi mujer. Yo empe­cé a muy tem­pra­na edad en el volun­ta­ria­do y des­de peque­ño me gus­ta­ba estar con las per­so­nas mayo­res. Creo que mis abue­los influ­ye­ron mucho en mi. Actual­men­te, soy tam­bién volun­ta­rio y hablo a dia­rio con varias per­so­nas mayo­res y dis­fru­ta­mos mucho.

¿Qué es lo que más echa de menos?

El con­tac­to con los míos. Ten­go sie­te hijos y diez nie­tos. Está­ba­mos acos­tum­bra­dos, casi a dia­rio, a ir a reco­ger­los al cole­gio, a meren­dar, a pasear con ellos… y esto se ha que­da­do redu­ci­do a peque­ñas video­con­fe­ren­cias. Ellos tam­bién nos echan mucho de menos; cua­tro son meno­res de tres años. Se echa de menos a la fami­lia. Y tam­bién pien­so cuán­to echa­rán de menos nues­tras per­so­nas mayo­res que viven solas a nues­tros volun­ta­rios que les lle­van ese afec­to. Apro­ve­cho mucho para leer, para estar en con­tac­to con mi equi­po téc­ni­co y ver cómo alar­ga­mos los ten­tácu­los de amis­tad hacia las per­so­nas mayo­res.

¿Cómo evo­lu­cio­na el núme­ro de volun­ta­rios y de per­so­nas mayo­res aten­di­das?

Aho­ra tene­mos inclu­so a volun­ta­rios en lis­ta de espe­ra, a fina­les de febre­ro con­tá­ba­mos con unos 540 y aho­ra tene­mos unos 700, pero nos hacen fal­ta toda­vía más por­que pen­sa­mos que a medi­da que el con­fi­na­mien­to se pro­lon­gue las per­so­nas mayo­res nece­si­ta­rán de más aten­cio­nes de todo tipo y, tam­bién, emo­cio­na­les y de acom­pa­ña­mien­to. En Valen­cia viven más de 43.000 per­so­nas solas, de las cua­les unas 13.000 pade­cen sole­dad no desea­da.  Que­da un lar­go camino por reco­rrer, pero con nues­tro tiem­po libre, dedi­can­do un poco de ese tiem­po a hacer feli­ces a nues­tros mayo­res que pade­cen sole­dad les evi­ta­mos mul­ti­tud de cues­tio­nes nega­ti­vas.

“En Valen­cia viven más de 43.000 per­so­nas solas, de las cua­les unas 13.000 pade­cen sole­dad no desea­da”.  

¿Cree que las per­so­nas mayo­res vol­ve­rán a dis­fru­tar del ocio como antes, o habrá dema­sia­das res­tric­cio­nes?

Es una pre­ven­ción, las noti­cias no son muy favo­ra­bles a que este perio­do ter­mi­ne pron­to, inclu­so cuan­do lle­gue el momen­to, no serán nues­tros mayo­res los pri­me­ros que pue­dan salir a tomar el aire, ir al cine o reu­nir­se a bai­lar o tomar un café por­que son per­so­nas de ries­go. Esto hace que la pers­pec­ti­va no sea muy hala­güe­ña. Miran­do en posi­ti­vo, se están hacien­do inves­ti­ga­cio­nes muy rápi­das y cuan­to antes den con el antí­do­to o la vacu­na, mucho mejor. Lo del enve­je­ci­mien­to acti­vo, par­ti­ci­pa­ti­vo y salu­da­ble de algu­na mane­ra se va a ver impo­si­bi­li­ta­do. Cuan­do se habla de eso, no hay que olvi­dar que siem­pre hay tres gran­des pila­res: ali­men­ta­ción, ejer­ci­cio físi­co y las rela­cio­nes socia­les… y esa ter­ce­ra pata es la que flo­jea en nues­tros mayo­res, sobre todo en los que pade­cen sole­dad. Habrá que rein­ven­tar­nos e inten­tar que ese ocio no se vea exce­si­va­men­te mer­ma­do.

Una cues­tión muy dura estos días es no poder des­pe­dir­se de los seres que­ri­dos que falle­cen…

Es terri­ble, hay mucha dis­cu­sión sobre el tema de los dere­chos huma­nos, la inti­mi­dad, has­ta qué pun­to se pue­de negar a una per­so­na ver a su gen­te que mue­re, pero tam­bién de aque­lla que pade­ce una enfer­me­dad. Se podría com­pa­gi­nar el tema afec­ti­vo que es tan impor­tan­te. Cuan­do uno está enfer­mo tan­to hace una visi­ta de un fami­liar, de un ami­go con el que pue­da rela­cio­nar­se y abra­zar­se, como a veces el pro­pio medi­ca­men­to. Hay ade­lan­tos de todo tipo, pero ante la sole­dad la mejor tera­pia es una bue­na com­pa­ñía. Una socie­dad que vuel­ve la espal­da a los mayo­res es una socie­dad estú­pi­da: la gran mayo­ría lle­ga­re­mos ahí ‚así que por­qué obviar­los. Como se decía en El Prin­ci­pi­to:“el amor es de las pocas cosas que cuan­to más se da, más cre­ce”. 

“Cuan­do lle­gue el momen­to, no serán nues­tros mayo­res los pri­me­ros que pue­dan salir a tomar el aire, ir al cine o reu­nir­se a bai­lar o tomar un café por­que son per­so­nas de ries­go”.

Hábla­nos de vues­tra cola­bo­ra­ción con Asin­down.

Con­ta­mos con con­ve­nios con ins­ti­tu­cio­nes como el Ayun­ta­mien­to de Valen­cia, con hos­pi­ta­les, resi­den­cias y tam­bién tene­mos un con­ve­nio muy gra­ti­fi­can­te con Asin­down con­sis­ten­te en que nues­tros volun­ta­rios y los suyos, que ya pasan a ser nues­tros por­que han reci­bi­do la for­ma­ción ade­cua­da, hemos ajus­ta­do per­fi­les, tie­nen su segu­ro, van a resi­den­cias a aten­der a las per­so­nas mayo­res. Ele­gi­mos resi­den­cias por­que las carac­te­rís­ti­cas de los volun­ta­rios de Asin­down hacen más efec­ti­vo un acom­pa­ña­mien­to con varias per­so­nas. Es una gran expe­rien­cia, reci­bió el pri­mer pre­mio de bue­na prác­ti­ca en el Con­gre­so Nacio­nal de Volun­ta­ria­do que tuvo lugar en diciem­bre de 2019 en Valen­cia. El pro­yec­to “No estáis solas”, fue el pri­mer pre­mio nacio­nal. Tam­bién obtu­vi­mos el pri­mer pre­mio de volun­ta­ria­do auto­nó­mi­co. Y en 2018 obtu­vi­mos el pre­mio a la mejor acción social por el Ayun­ta­mien­to de Valen­cia. Es un pro­yec­to inclu­si­vo, que demues­tra que per­so­nas con dis­tin­tas dis­ca­pa­ci­da­des como las que tie­nen Sín­dro­me de Down, pue­den estar per­fec­ta­men­te inte­gra­das en el volun­ta­ria­do y es una expe­rien­cia muy gra­ta y posi­ti­va, tan­to para los mayo­res como para el volun­ta­ria­do. Inten­ta­mos lle­gar cada vez a más resi­den­cias para lle­var ale­gría y amis­tad a nues­tros mayo­res. No deben de estar olvi­da­dos sino todo lo con­tra­rio, debe­rían de estar mima­dos. En la mayo­ría de gran­des pro­gre­sos de la huma­ni­dad han inter­ve­ni­do per­so­nas mayo­res. No hable­mos duran­te la Anti­güe­dad, cuan­do eran vene­ra­dos; tenían su lugar, el res­pe­to a la expe­rien­cia y sabi­du­ría… Aho­ra pare­ce que nos hemos des­hu­ma­ni­za­do. No hay que olvi­dar que al prin­ci­pio y final de la vida es cuan­do más nece­si­ta­mos ayu­da. Y nues­tros mayo­res, ¿qué pasa con ellos? No es jus­to rom­per ese víncu­lo con la per­so­na que tan­to nos dio y aho­ra noso­tros, por diver­sas cau­sas, les nega­mos ese apo­yo y ese afec­to que nece­si­tan y mere­cen.

¿Y vues­tra fun­da­ción, Amics de la Gent Major, qué es lo que más nece­si­ta aho­ra mis­mo?

Aquí, todo lo hace­mos gra­tui­ta­men­te, ade­más de las aten­cio­nes en per­so­na u onli­ne, hace­mos talle­res, acti­vi­da­des, excur­sio­nes, con­cier­tos, merien­das, comi­das de Navi­dad, Fallas… nece­si­ta­mos más socios o dona­ti­vos para que poda­mos hacer cada día más posi­ble el acom­pa­ña­mien­to. Todas las apor­ta­cio­nes están suje­tas a todas las des­gra­va­cio­nes fis­ca­les per­ti­nen­tes. Pue­den con­tac­tar con noso­tros por telé­fono o por mail. Cual­quie­ra pue­de cola­bo­rar, tam­bién hacién­do­se volun­ta­rio, por supues­to. El año pasa­do sobre­pa­sa­mos las 1.000 per­so­nas aten­di­das con más de 800 volun­ta­rios. Pero nece­si­ta­mos per­so­nal tam­bién para hacer las for­ma­cio­nes, para pre­sen­tar pro­yec­tos a las ins­ti­tu­cio­nes y lograr recau­dar fon­dos…

Más infor­ma­ción:

Telé­fono: 963 841 851 / 601 234 939

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Vídeo No estáis solas- volun­ta­ria­do Asin­down Valen­cia — Pre­mio Esta­tal Volun­ta­ria­do 2019 
https://www.youtube.com/watch?v=n2bverUrm‑8

Vídeo cam­pa­ña sen­si­bi­li­za­ción Vidas Ais­la­das
https://www.youtube.com/user/amicsdelagentmajor

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