Dr. Ale­xo Car­ba­llei­ra

La sani­dad espa­ño­la se está enfren­tan­do a una de sus mayo­res cri­sis: la expan­sión del coro­na­vi­rus. En ella, son los pro­fe­sio­na­les sani­ta­rios los que están en pri­me­ra línea de esta lucha, mien­tras el núme­ro de infec­ta­dos en este colec­ti­vo no deja de cre­cer día a día. Habla­mos con el Doc­tor Ale­xo Car­ba­llei­ra, Direc­tor de AC Ciru­gía Plás­ti­ca y miem­bro de la AECEP, y nos cuen­ta cómo se está vivien­do la cri­sis del coro­na­vi­rus des­de la UCI del Hos­pi­tal Gene­ral de Valen­cia.

¿En qué momen­to deci­de poner­se al ser­vi­cio de las Auto­ri­da­des Sani­ta­rias?

Des­de el pri­mer momen­to deci­dí para­li­zar mi acti­vi­dad pri­va­da como ciru­jano plás­ti­co por res­pon­sa­bi­li­dad con la socie­dad y mis pacien­tes, siguien­do las reco­men­da­cio­nes de Auto­ri­da­des Sani­ta­rias y la SECPRE. Actual­men­te desem­pe­ño mi tra­ba­jo tan­to en el ámbi­to pri­va­do como Direc­tor de AC Ciru­gía Plás­ti­ca rea­li­zan­do prin­ci­pal­men­te Ciru­gías Esté­ti­cas en la Clí­ni­ca Fon­ta­na, como en el ámbi­to públi­co en la Uni­dad de Ciru­gía Plás­ti­ca del Hos­pi­tal Gene­ral Uni­ver­si­ta­rio de Valen­cia, diri­gi­da por el Dr. Seve­riano Marín. Allí fun­da­men­tal­men­te reali­zo micro­ci­ru­gías recons­truc­ti­vas cra­neo­fa­cia­les, onco­ló­gi­cas y recons­truc­ción de otras par­tes del cuer­po como el pecho. Una de mis pato­lo­gías prin­ci­pa­les es la ciru­gía y tra­ta­mien­to de la pará­li­sis facial. En cuan­to a la incor­po­ra­ción, mis com­pa­ñe­ros y yo hemos cum­pli­do las indi­ca­cio­nes que se nos han dado, como médi­cos de la Segu­ri­dad Social que somos, pero ade­más con el deseo de hacer­lo para ayu­dar lo máxi­mo posi­ble, es nece­sa­rio.

¿Cuán­do se incor­po­ró a la UCI del Hos­pi­tal Gene­ral de Valen­cia?

Yo me incor­po­ré el 30 de Mar­zo, jun­to con otros espe­cia­lis­tas qui­rúr­gi­cos. Como decía toda ayu­da es nece­sa­ria y en estos momen­tos la espe­cia­li­dad impor­ta poco, antes que ciru­ja­nos plás­ti­cos somos médi­cos. Los pacien­tes y la socie­dad nos nece­si­ta más que nun­ca en esta gran cri­sis sani­ta­ria que esta­mos vivien­do.

¿En qué con­sis­te su ayu­da?

Mi ayu­da en la UCI y la de otros ciru­ja­nos de diver­sas espe­cia­li­da­des tie­ne como fina­li­dad dar sopor­te a nues­tros com­pa­ñe­ros anes­te­sió­lo­gos y reci­bir entre­na­mien­to de ellos por si se lle­ga­ra a nece­si­tar que desem­pe­ñe­mos en algún momen­to más fun­cio­nes. Es una muy bue­na ini­cia­ti­va, y bien pre­vis­ta en el tiem­po por par­te del hos­pi­tal.

En cuan­to a los pacien­tes con­sis­te en que les reali­ce­mos cam­bios pos­tu­ra­les, que son muy apa­ra­to­sos por todos los tubos y cables que tie­ne el pacien­te, y que al estar dor­mi­dos no pue­den cola­bo­rar.

Con este tipo de neu­mo­nía COVID19 los pacien­tes ven­ti­lan mejor cuan­do están tum­ba­dos boca aba­jo (pro­na­dos) por lo que unas dos veces al día es nece­sa­rio cam­biar­los de pos­tu­ra. Una vez se rea­li­za el cam­bio de pos­tu­ra es nece­sa­rio reajus­tar los pará­me­tros en el res­pi­ra­dor y es impor­tan­te saber hacer­lo.

¿Cómo se vive la situa­ción des­de la UCI?

La situa­ción en la UCI es durí­si­ma, el Covid-19 es una enfer­me­dad infa­me que está matan­do a muchas per­so­nas y ade­más de una mane­ra muy tris­te, solos sin sus fami­lias, ya que los fami­lia­res no pue­den venir al hos­pi­tal. Solo me ayu­da el ver el com­pa­ñe­ris­mo, la bue­na inte­gra­ción de los equi­pos, la volun­tad con la que se tra­ba­ja y las ganas de ser de máxi­ma uti­li­dad a los pacien­tes, sus fami­lia­res y al con­jun­to de la socie­dad.

Aho­ra que ya vamos tenien­do todos cla­ras nues­tras fun­cio­nes somos cada vez más efi­cien­tes. Esto es medi­ci­na de gue­rra, y se dedi­can muchos esfuer­zos a limi­tar el gas­to de mate­rial sani­ta­rio, dada la gran can­ti­dad de enfer­mos que hay y los meses de enfer­me­dad que le espe­ran a los hos­pi­ta­les . 

Ade­más, las dona­cio­nes nos están per­mi­tien­do tra­ba­jar mejor y de for­ma más huma­na. Una gran incor­po­ra­ción fue­ron unos Wal­kie Tal­kies dona­dos por The Music Repu­blic, que han per­mi­ti­do que par­te del equi­po esté todo el rato con las EPIs aten­dien­do a los enfer­mos y la otra par­te revi­san­do su his­to­ria clí­ni­ca e infor­man­do a los fami­lia­res. Tam­bién los móvi­les dona­dos por la Uni­ver­si­dad Poli­téc­ni­ca de Valen­cia para conec­tar a los pacien­tes con sus fami­lia­res, por citar dos ejem­plos.

En cuan­to al futu­ro opti­mis­ta, los ingre­sos se ralen­ti­zan y tene­mos aún espa­cio para más enfer­mos. Ade­más todo este aumen­to de la plan­ti­lla se tie­ne que notar, siem­pre y cuan­do la gen­te se pro­te­ja bien.

La situa­ción en la UCI es durí­si­ma, el Covid-19 es una enfer­me­dad infa­me que está matan­do a muchas per­so­nas y ade­más de una mane­ra muy tris­te

¿Se ha sen­ti­do abru­ma­do por la situa­ción en algún momen­to?

Es impo­si­ble no sen­tir­se abru­ma­do por las cifras de muer­tos a nivel mun­dial, por el ele­va­do núme­ro de con­ta­gio entre sani­ta­rios, por la situa­ción que están vivien­do muchas fami­lias que lo han per­di­do todo… Sin embar­go, no me dejo aba­tir, tenía pre­vis­to que podía ser nece­sa­rio, a la vis­ta de lo acon­te­ci­do en Madrid e Ita­lia, y me da fuer­za el poder ayu­dar.

Esto es medi­ci­na de gue­rra, y una gran expe­rien­cia el tra­ba­jar con gen­te nue­va tan moti­va­da. Un poco me recuer­da a la expe­rien­cia que tuve en un hos­pi­tal de Tan­za­nia, sal­van­do las enor­mes dife­ren­cias entre los hos­pi­ta­les, pero sí en el con­cep­to de aten­ción al pacien­te.  

He aumen­ta­do muchí­si­mo mi rit­mo de apren­di­za­je estos días, a una velo­ci­dad que hacía años que no lo hacía, por ese lado es recon­for­tan­te, y todo gra­cias a estar codo con codo con mis com­pa­ñe­ros, ade­más de que somos el hos­pi­tal de la Comu­ni­dad Valen­cia­na con más enfer­mos de COVID actual­men­te.

¿Qué es lo más difí­cil den­tro de la UCI?

Lo más difí­cil siem­pre es ver morir a un pacien­te, mi espe­cia­li­dad es muy dife­ren­te. Cuan­do reali­zo inter­ven­cio­nes de Ciru­gía Esté­ti­ca tra­to a pacien­tes sanos, son inter­ven­cio­nes a las que el pacien­te se some­te volun­ta­ria­men­te para ver­se y sen­tir­se mejor con ellos mis­mos, todo es ilu­sión, inclu­so tie­ne una par­te artís­ti­ca.

En cuan­to a la orga­ni­za­ción del tra­ba­jo, dan­do por supues­to que todo el per­so­nal a car­go tie­ne con­tro­la­da la situa­ción de la enfer­me­dad y su mane­jo, creo que estos días lo más difí­cil ha sido el con­se­guir una bue­na coor­di­na­ción de los equi­pos dado que hay mucha gen­te nue­va cada día, pero ha sido sor­pren­den­te­men­te rápi­da la inte­gra­ción.

¿Son manos sufi­cien­tes?

Por el momen­to creo que sí, al menos en la zona don­de estoy yo. Mi hos­pi­tal se ha ido pre­pa­ran­do para esto pro­ba­ble­men­te como el que más, y de la mis­ma mane­ra que las espe­cia­li­da­des qui­rúr­gi­cas nos incor­po­ra­mos a la UCI, las espe­cia­li­da­des médi­cas (der­ma­to­lo­gía, neu­ro­lo­gía, neu­mo­lo­gía, etc) se han incor­po­ra­do al equi­po de Medi­ci­na Inter­na para aten­der tam­bién a pacien­tes COVID, de mane­ra que creo que pode­mos abar­car mucho. Si son manos sufi­cien­tes des­de mi pun­to de vis­ta es tam­bién por­que muchas per­so­nas están hacien­do más tur­nos o guar­dias y se ha incor­po­ra­do gen­te nue­va.

El Dr. Car­ba­llei­ra jun­to a varios com­pa­ñe­ros en la UCI del Hos­pi­tal Gene­ral de Valen­cia

Las auto­ri­da­des no hacen más que hablar de avio­nes y lotes de mate­rial que ya han ate­rri­za­do o están en camino. ¿Esto es real? 

Des­co­noz­co cuan­to mate­rial es dona­do y cuál de los avio­nes. Lo que sí pue­do decir es que he usa­do mas­ca­ri­llas chi­nas, y que cada día hay pro­duc­tos de dife­ren­tes mar­cas y tipos. 

Más de 19.000 sani­ta­rios se han vis­to afec­ta­dos por el coro­na­vi­rus en nues­tro país, lo que repre­sen­ta más de un 15% del total de con­ta­gia­dos. ¿Tie­ne mie­do?

Mie­do por mi no, aun­que sien­do asmá­ti­co creo que podría pasar­lo mal. Es impor­tan­te ser cons­cien­te en todo momen­to de las vías de trans­mi­sión, pro­cu­ran­do una bue­na higie­ne de manos y evi­tan­do tocar­te la cara. 

Creo que los ciru­ja­nos y per­so­nal de qui­ró­fano para esto tene­mos más cos­tum­bre, ya que en nues­tro tra­ba­jo lle­va­mos la mas­ca­ri­lla y si esta­mos ope­ran­do no pode­mos tocar­nos la cara, así que son ges­tos ya muy apren­di­dos y que evi­tan el con­ta­gio. 

Los guan­tes y mas­ca­ri­lla te pue­den dar una sen­sa­ción de fal­sa segu­ri­dad, por­que te pue­des trans­mi­tir la enfer­me­dad al tocar­te la cara con ellos, y mucha gen­te no está acos­tum­bra­da. 

En la UCI sabe­mos que tene­mos enfer­mos COVID, y por eso nos pro­te­ge­mos bien, creo que es más pro­ba­ble con­ta­giar­se vien­do pacien­tes que no están diag­nos­ti­ca­dos aún o que son  “No COVID” don­de pue­den no tomar­se tan­tas pre­cau­cio­nes. 

El mie­do es más por la gen­te a mi alre­de­dor, por­que esta infec­ción cau­sa estra­gos a par­tir de una fran­ja de edad.

Es impor­tan­te ser cons­cien­te en todo momen­to de las vías de trans­mi­sión, pro­cu­ran­do una bue­na higie­ne de manos y evi­tan­do tocar­te la cara. 

Los ciu­da­da­nos salen cada día a sus bal­co­nes a aplau­dir su labor. ¿Les ayu­da esta acción?

Me emo­cio­na mucho, es una cosa muy boni­ta que todos recor­da­re­mos y será par­te de nues­tra his­to­ria, yo tam­bién sal­go a aplau­dir, y creo que esos aplau­sos son para todos, por­que cada uno de noso­tros está hacien­do su fun­ción. Están acon­te­cien­do a la vez muchos dra­mas en todo el mun­do por este virus, y yo no me pue­do que­jar por­que no ha afec­ta­do de mane­ra gra­ve a nin­gu­na de mis per­so­nas más cer­ca­nas. 

¿Qué es lo que más echa de menos en estos momen­tos?

Más tiem­po con la fami­lia, y en espe­cial mis hijos. Tam­bién la vida pre­via, lo que has­ta hace menos de un mes todos tenía­mos y segu­ra­men­te no apre­ciá­ba­mos lo sufi­cien­te.

Pare­ce que ha sido mucho tiem­po en esta situa­ción, es como si se hubie­ra dete­ni­do el tiem­po y no lle­va­mos ni un mes de esta­do de alar­ma, va a haber que tomár­se­lo con cal­ma. 

¿Qué es lo pri­me­ro que hará cuan­do aca­be esta pan­de­mia?

Pues cele­brar, cele­brar y cele­brar, recu­pe­rar tiem­po per­di­do con la gen­te que­ri­da, y cui­dar mucho más las cosas impor­tan­tes de ver­dad. 

Esto nos está dan­do pers­pec­ti­va, a nadie se le hubie­ra pasa­do por la cabe­za que en Espa­ña y res­to del mun­do se pudie­ra dar esta situa­ción, y era una cosa que esta­ba ahí y que tar­de o tem­prano ocu­rri­ría. Nos esta­mos dan­do cuen­ta aho­ra, espe­cial­men­te los del pri­mer mun­do, de que no somos tan fuer­tes e inven­ci­bles como pen­sá­ba­mos, y que un sim­ple virus pue­de poner­nos a prue­ba; esto al menos debe ser­vir como una cura de humil­dad y ayu­dar a empa­ti­zar más con otros.

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