Euro­dipu­tado de Cs y vice­pre­si­den­te de la Alian­za de Libe­ra­les y Demó­cra­tas

El euro­dipu­tado de Ciu­da­da­nos Luis Gari­cano (Valla­do­lid, 1967), vice­pre­si­den­te de la Alian­za de los Libe­ra­les y Demó­cra­tas por Euro­pa, sigue sien­do antes que nada un eco­no­mis­ta. Y le apa­re­ce que nos encon­tra­mos ante una cri­sis cuya dimen­sión eco­nó­mi­ca no tie­ne pre­ce­den­tes en los manua­les de Eco­no­mía. 

Pre­gun­ta.- Sabe­mos poco de los shocks de ofer­ta. Todos los gran­des anun­cios están des­ti­na­dos a sal­va­guar­dar al sis­te­ma finan­cie­ro y los Esta­dos. ¿Está de acuer­do? 

Res­pues­ta.- La solu­ción glo­bal que se ha dado, y creo que es la úni­ca posi­ble, es trans­fe­rir al sec­tor públi­co el pro­ble­ma enor­me que van a sufrir empre­sas y autó­no­mos al que­dar­se sin ingre­sos. El sec­tor públi­co ha pro­vis­to de un segu­ro que garan­ti­za que todo el mun­do va a tener liqui­dez. Pero, cla­ro, el sec­tor públi­co tenía que man­te­ner su acce­so a los mer­ca­dos. La medi­da del BCE supo­ne decir que él va a estar ahí como pres­ta­mis­ta de últi­mo recur­so y ase­gu­rar el acce­so a la finan­cia­ción de los Esta­dos de la zona euro. Es una medi­da impres­cin­di­ble. 

P.– ¿Y no cree que hay que empe­zar a estu­diar otras medi­das? ¿No habría que modi­fi­car la legis­la­ción mer­can­til para que las socie­da­des no entren en cau­sal de diso­lu­ción? 

R.- Esta cri­sis nos va a obli­gar a cam­biar­lo todo y esta­mos hablan­do de cosas tan nuclea­res como el Códi­go de Comer­cio. Lo más com­ple­jo de esta situa­ción es que no sabe­mos cuán­to va a durar. Y res­pec­to a los efec­tos eco­nó­mi­cos, un parón como el que hemos decre­ta­do no tie­ne pre­ce­den­tes en la his­to­ria y es extre­ma­da­men­te dañino. ¿Cuán­tas sema­nas pode­mos aguan­tar­lo? No creo que nadie pien­se que pue­das tener tres, cua­tro o cin­co meses la eco­no­mía en el con­ge­la­dor sin pro­du­cir. A medi­da que vea­mos su dura­ción habrá que ir toman­do otras medi­das. 

P.- Los sec­to­res pri­ma­rios casi no van a sufrir impac­to, pero el turis­mo pue­de per­der el año ente­ro y eso supo­ne el 12% del PIB espa­ñol… 

R.- La tem­po­ra­da alta para Madrid y las Islas Cana­rias es aho­ra, de mar­zo a junio, y esa ya está per­di­da. Y es muy poco pro­ba­ble que los extran­je­ros pue­dan venir o les poda­mos dejar venir en masa en verano. La eco­no­mía espa­ño­la depen­de mucho de bares, de hote­les, de la vida social y eso va a tener una pena­li­za­ción bru­tal. Hay sec­to­res como el pri­ma­rio que no sólo no están sufrien­do, sino que van a tener más deman­da por­que la gen­te está acu­mu­lan­do para estar en su casa y no sale a comer fue­ra. El shock que esta­mos sufrien­do es favo­ra­ble al cam­po, al pue­blo y a lo rural, y con­tra­rio a los via­jes, a la glo­ba­li­za­ción y a las ciu­da­des. Cam­bia com­ple­ta­men­te la dis­tri­bu­ción de bene­fi­cios. Los que esta­ban ganan­do con la glo­ba­li­za­ción pasan a ser los per­de­do­res. 

P.- La des­glo­ba­li­za­ción aho­ra es evi­den­te… 

R.- Esta va a ser la gran con­se­cuen­cia. Pero tene­mos que ser pru­den­tes. Todos sabe­mos que la pes­te se exten­dió por todo el mun­do cuan­do no exis­tían los avio­nes ni los tre­nes. Es decir que tam­po­co pode­mos cul­par a la glo­ba­li­za­ción de todo. Pero cla­ra­men­te vamos a entrar en un perio­do de des­glo­ba­li­za­ción. Así como en 2008 esta­ba cla­ro que la finan­cia­ri­za­ción de la eco­no­mía era la que iba a pagar el pato, creo aho­ra va a ser la glo­ba­li­za­ción. 

P.- ¿Qué más va a cam­biar? 

R.- Bueno, el cam­bio en la for­ma en que tra­ba­ja­mos (esta entre­vis­ta se hizo por Sky­pe), las reunio­nes, el tele­tra­ba­jo, van a ser más per­ma­nen­tes de lo que nos podía­mos ima­gi­nar. Creo que vamos a via­jar mucho menos y que vamos a tener muchas menos reunio­nes pre­sen­cia­les. 

P.- Y via­jar será más caro… 

R.- Sí. Nos van a exi­gir, mien­tras no haya vacu­na, cer­ti­fi­ca­dos médi­cos al entrar en los paí­ses. Ese sim­ple papel cam­bia radi­cal­men­te el cos­te de via­jar, por­que hay que ir al médi­co, hacer­se un test, y via­jar. Creo que la nue­va nor­ma­li­dad, lo que se ve en Corea, Japón y Sin­ga­pur, es que las apli­ca­cio­nes saben en todo momen­to dón­de estás y se lo cuen­tan al Esta­do. El Esta­do sabe si has esta­do en zonas de ries­go, sabe si tu test es o no es posi­ti­vo y si es posi­ti­vo te con­fi­na en cua­ren­te­na. Esa es otra con­se­cuen­cia, una gran pér­di­da de pri­va­ci­dad. La pér­di­da de dere­chos que hemos sufri­do en estos días es inau­di­ta. 

P.- Es ver­dad que Bru­se­las no tie­ne com­pe­ten­cias, pero cada país ha hecho la gue­rra por su cuen­ta, inclu­so Ale­ma­nia y Fran­cia han sido amo­nes­ta­dos por aca­pa­rar mate­rial médi­co. ¿Va a salir toca­da la UE? 

R.- Creo que lo de Fran­cia y Ale­ma­nia de aca­pa­rar mate­rial médi­co ha sido una de las des­leal­ta­des y uno de los ata­ques más gra­ves a la UE que hemos vis­to nun­ca. Un mer­ca­do úni­co supo­ne que yo no pro­duz­co cerea­les por­que los pro­du­ces tú y tú no pro­du­ces mas­ca­ri­llas por­que las pro­duz­co yo. Eso no es acep­ta­ble, eso no es Euro­pa y me ha pare­ci­do muy gra­ve. ¿Va a salir Euro­pa toca­da? Creo que hay que valo­rar muy posi­ti­va­men­te lo del BCE. Esta es la úni­ca ins­ti­tu­ción euro­pea con capa­ci­dad de actua­ción y actúa. El con­se­jo es una ins­ti­tu­ción inter­gu­ber­na­men­tal y no actúa. Acu­sa­mos a Euro­pa cuan­do son los gobier­nos los que para­li­zan. Los gobier­nos a la vez se nie­gan a hacer cesio­nes de sobe­ra­nía y des­pués se que­jan de que Euro­pa no fun­cio­na. Una cosa que pue­de pasar con esta cri­sis es que se pro­duz­can nue­vas cesio­nes de sobe­ra­nía en áreas cla­ve. 

P.- ¿Cuál va a ser el impac­to eco­nó­mi­co de esto? 

R.- Va a ser enor­me. Hay que hacer arit­mé­ti­ca: que todos los bares, todos los hote­les, todos los res­tau­ran­tes de Espa­ña estén cerra­dos supo­ne mucho dine­ro. Esta­mos hablan­do de caí­das del PIB mayo­res que las que se pro­du­je­ron en la cri­sis finan­cie­ra. La cues­tión impor­tan­te es cuán­tos meses va a durar. Si fue­ran tres o cua­tro sema­nas, lo supe­ra­mos sin pro­ble­mas. A medi­da que vaya duran­do más, las con­se­cuen­cias se vuel­ven irre­ver­si­bles. Por eso es impor­tan­te que actúe el sec­tor públi­co para garan­ti­zar toda esa acti­vi­dad eco­nó­mi­ca con­ge­la­da. Vol­ve­ría al prin­ci­pio. No hay libro de tex­to que expli­que cómo con­ge­lar una eco­no­mía. El símil de la eco­no­mía de gue­rra no vale. Es sobre la movi­li­za­ción de recur­sos y aho­ra esta­mos en una cosa dis­tin­ta. No hay pre­ce­den­tes.

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