El pasa­do miér­co­les 5 de febre­ro a las 20.00 h. en The Blink Pro­ject (C/ Carras­quer, 6, Valen­cia) tuvo lugar la per­for­man­ce J’en ai un de pas assez de Joa­quín Arti­me. Una acción que supo­ne una mira­da al pasa­do en su deve­nir artís­ti­co, don­de recu­pe­ra la pin­tu­ra para tra­ba­jar­la con los plan­tea­mien­tos crea­ti­vos que mane­ja en la actua­li­dad.

En su for­ma­ción aca­dé­mi­ca, Arti­me se espe­cia­li­zó en Pin­tu­ra. Duran­te una déca­da explo­ró la fisi­ci­dad del óleo y sus posi­bi­li­da­des, inda­gan­do en con­cep­tos como el ensi­mis­ma­mien­to, la extra­ñe­za y la abs­trac­ción. Sus cua­dros con­sis­tían en esce­nas domés­ti­cas, figu­ra­ti­vas y natu­ra­lis­tas. Pau­la­ti­na­men­te dejó el medio para inves­ti­gar otros len­gua­jes como la ins­ta­la­ción, el arte de acción, el vídeo. Aun­que el con­cep­to de lo pic­tó­ri­co siem­pre ha esta­do pre­sen­te en su pro­duc­ción, con esta acción vuel­ve a la mate­ria­li­dad de la pin­tu­ra, para abor­dar­la des­de el silen­cio y el no hacer. Se sir­ve de la figu­ra de Bartleby, el escri­bien­te (cuen­to de Her­man Mel­vi­lle publi­ca­do en 1853) para ope­rar como si todo estu­vie­se dicho, como si hubie­se ago­ta­do todo el len­gua­je de una vez, y así sub­ra­yar las ten­sio­nes y el vacío que se pro­du­je­ron en su dejar de pin­tar.

La par­ti­cu­lar estruc­tu­ra de la fór­mu­la de Bartleby, “I would pre­fer not to”, y su secre­ta agra­ma­ti­ca­li­dad, des­co­nec­ta las pala­bras y las cosas, así como las pala­bras y las accio­nes, o las pala­bras y los actos del habla. Para expli­car­lo, Gilles Deleu­ze se sir­ve de una fra­se en fran­cés, J’en ai un de pas assez, lite­ral­men­te “ten­go uno de no bas­tan­te”, que bien podría tra­du­cir­se como “me fal­ta uno de más” o “me sobra uno de menos”. Con ella, el artis­ta da títu­lo a una acción que abar­ca la elip­sis, la inte­rrup­ción y la poten­cia del no. 

Con el sue­lo com­ple­ta­men­te cubier­to de plás­ti­co, el espec­ta­dor se encuen­tra una amplia diver­si­dad de herra­mien­tas entre dos cubos blan­cos: pin­ce­les, bro­chas y rodi­llos están meticu­losa­men­te colo­ca­dos en línea, orde­na­dos por tama­ño. Arti­me apa­re­ce ves­ti­do de negro y des­cal­zo, des­ta­pa los cubos y coge un pri­mer pin­cel, el más peque­ño, para mojar la pun­ta y escri­bir en la pared blan­ca, con pin­tu­ra blan­ca, la pala­bra “NADA”, algo imper­cep­ti­ble en el pri­mer momen­to. Repi­te la ope­ra­ción cin­co veces y pasa al siguien­te pin­cel, hun­dién­do­lo un poco más en cada oca­sión. Lle­ga a empa­par por com­ple­to los uten­si­lios y sus bra­zos. De la pared fron­tal pasa a las otras dos pare­des de la gale­ría, obli­gan­do al públi­co a des­pla­zar­se y salir fue­ra si no desea ser man­cha­do. Es su modo de jugar con la audien­cia y el espa­cio, la facha­da de The Blink Pro­ject es una gran cris­ta­le­ra, así acti­va lo que la sala tie­ne de esca­pa­ra­te.

Según avan­za la per­for­man­ce, ascien­de la inten­si­dad, aumen­ta las dimen­sio­nes de las letras, cho­rrea más pin­tu­ra y el sue­lo comien­za a lle­nar­se de un aza­ro­so drip­ping níveo. Los pasos son cada vez más difí­ci­les, así como el suje­tar los rodi­llos. El pin­tar se con­vier­te en una acti­vi­dad de esfuer­zo físi­co. Cuan­do Arti­me con­clu­ye con todas las herra­mien­tas, sumer­ge su cabe­za en los cubos, para con­ver­tir­se en una bro­cha huma­na y seguir con el ejer­ci­cio. Tres veces intro­du­ce el crá­neo, cada vez más hon­do, has­ta que­dar­se total­men­te a cie­gas. 

Cómo hacer de nada algo. Cómo vol­ver a la pin­tu­ra des­de la nega­ción. Ya decía Leo­nar­do Da Vin­ci, “la pit­tu­ra è cosa men­ta­le”, y aun­que Arti­me ya no tra­ba­ja con el medio, sigue dán­do­le vuel­tas al amplio espec­tro de lo pic­tó­ri­co.

Joa­quín Arti­me (San­ta Cruz de Tene­ri­fe, 1984) vive y tra­ba­ja en Valen­cia. Licen­cia­do en Bellas Artes por la Uni­ver­si­dad de La Lagu­na con Pre­mio Extra­or­di­na­rio Fin de Carre­ra (2007). Más­ter en Pro­duc­ción Artís­ti­ca (2016) y actual doc­to­ran­do en Arte: Pro­duc­ción e Inves­ti­ga­ción por la Uni­ver­si­tat Poli­tèc­ni­ca de Valèn­cia. Beca­rio FPI de 2017 a 2020 en el gru­po de inves­ti­ga­ción Labo­ra­to­rio de Crea­cio­nes Inter­me­dia (Depar­ta­men­to de Escul­tu­ra, Facul­tad de Bellas Artes). Su inves­ti­ga­ción se cen­tra en el encu­bri­mien­to o encrip­ta­ción de la pala­bra den­tro del arte con­tem­po­rá­neo como sín­to­ma pos­mo­derno ante la sos­pe­cha o la des­con­fian­za que pro­du­cen las fuen­tes lite­ra­rias. Lo inin­te­li­gi­ble se uti­li­za como una estra­te­gia que evi­den­cia el des­or­den men­tal y la des­orien­ta­ción ante la abru­ma­do­ra diver­si­dad de refe­ren­tes.

Repre­sen­ta­do por The Blink Pro­ject (Valen­cia). Ha rea­li­za­do expo­si­cio­nes en el Cen­tro de Arte La Regen­ta (Las Pal­mas de Gran Cana­ria), el Cen­tro Atlán­ti­co de Arte Moderno (CAAM, Las Pal­mas de Gran Cana­ria), el Tene­ri­fe Espa­cio de las Artes (TEA, San­ta Cruz de Tene­ri­fe), El Espa­cio Cul­tu­ral El Tan­que (San­ta Cruz de Tene­ri­fe), Espa­cio Tra­pe­zio (Madrid), y gale­rías como OTR (Madrid), Mis­ter­pink Con­tem­po­rary Art Pro­jects (Valen­cia) o Estu­dio Arti­zar (Tene­ri­fe).

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