Che­ma Piza­rro encar­na a Cer­van­tes en la pie­za de Fran­cis Qui­rós.

Cer­van­tes regre­sa sor­pre­si­va­men­te a la vida en pleno siglo XIX. Ese es el plan­tea­mien­to que nos pre­sen­ta M. C. Man­co y de la Man­cha, que este vier­nes 1 y el domin­go 3 se pre­sen­ta en la Sala Rus­sa­fa  den­tro de su IX Ciclo de Com­pa­ñías Nacio­na­les. La pie­za, escri­ta y diri­gi­da por Fran­cis Qui­rós, alter­na extrac­tos de obras de Cer­van­tes con las de sus con­tem­po­rá­neos en un acer­ca­mien­to a la figu­ra del autor más des­ta­ca­do de la his­to­ria de la lite­ra­tu­ra espa­ño­la. 

Su pro­ta­go­nis­ta apa­re­ce en esce­na tulli­do, des­orien­ta­do y con la úni­ca pis­ta de sus ini­cia­les gra­ba­das sobre una pobre tabli­lla de made­ra. Sin enten­der este nue­vo con­tex­to y sin saber quién es, pero con la cer­te­za en su inte­rior de ser un gran artis­ta, este Cer­van­tes veni­do del más allá se va auto des­cu­brien­do al tiem­po que avan­za la obra, hacien­do un com­ple­to retra­to de la per­so­na, más que del escri­tor. El espec­ta­dor pue­de de esta mane­ra acer­car­se a aspec­tos como la sober­bia con­fian­za en su genio artís­ti­co o su vani­dad, jun­to a otras preo­cu­pa­cio­nes más huma­nas, que per­mi­ten esta­ble­cer la empa­tía y ten­der puen­tes entre la socie­dad barro­ca y la con­tem­po­rá­nea. 

Che­ma Piza­rro da vida a este polié­dri­co y entra­ña­ble per­so­na­je, sen­ta­do sobre su trono de libros, de ros­tro páli­do y len­gua viva, que va atan­do poco a poco los cabos que tejen la red de una vida que es his­to­ria, que, aun­que el pro­ta­go­nis­ta aún no lo sepa, está mar­ca­da por haber sido el autor de la obra la obra más gran­de de la lite­ra­tu­ra en len­gua cas­te­lla­na. 

De Manolita Chen a Las Vegas

Jun­to a Cer­van­tes, la Sala Rus­sa­fa tam­bién nos pre­sen­ta un pecu­liar espec­tácu­lo de caba­ret. La encar­ga­da de hacer­lo es la for­ma­ción valen­cia­na Somshow, que ya revo­lu­cio­nó el patio de buta­cas de Sala Rus­sa­fa en 2014 a 2016, res­ca­tan­do el caba­ret que resur­gió en ple­na movi­da, a prin­ci­pios de los años 80. 

Annie Tebar y Car­men Car­do, de Shomshow.

Aho­ra, Shomshow regre­sa las noches de 2, 9 y 16 de noviem­bre con el estreno de una nue­va pro­pues­ta, Varie­da­des Selec­tas, una obra que se plan­tea un repa­so a los núme­ros, esti­los y anéc­do­tas que ha vivi­do el caba­ret a lo lar­go de la his­to­ria y el pla­ne­ta.  Des­de ico­nos de la pos­gue­rra espa­ño­la como el Cir­co Chino de Mano­li­ta Chen, a los espec­ta­cu­la­res shows de Las Vegas. Un impo­si­ble via­je en el tiem­po y el espa­cio con­du­ci­dos por dos maes­tras de cere­mo­nias de excep­ción, Annie Tebar y Car­men Car­do, des­ta­ca­das artis­tas de aque­lla esce­na valen­cia­na que bullía con la lle­ga­da de la demo­cra­cia. 

Inte­gran tam­bién este pro­yec­to otros dos nom­bres impres­cin­di­bles del momen­to, fun­da­do­res de 1920 Com­pany, una de las for­ma­cio­nes que en su momen­to más éxi­tos cose­cha­ron tam­bién for­man par­te de la pie­zaSon Pas­cual Peris en la direc­ción y Car­los Bosch en las coreo­gra­fías, que se suman al equi­po crea­ti­vo de esta refres­can­te pro­pues­ta. 

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