El Cen­tre del Car­me Cul­tu­ra Con­tem­po­rà­nia y el Ins­ti­tut Fra­nçais de Valen­cia pre­sen­tan la expo­si­ción Euro­pean Puzz­le del fotó­gra­fo Jean-Chri­s­­tophe Béchet.

En el mar­co de la TIFE 2019 (Tem­po­ra­da Cul­tu­ral del Ins­ti­tu­to Fran­cés de Espa­ña) y bajo el lema ‘Noso­tros, Euro­pa’, se mues­tran un con­jun­to de foto­gra­fías que cuen­tan una tra­yec­to­ria, la de una gene­ra­ción que cree en el fin de las fron­te­ras y el aban­dono de los nacio­na­lis­mos. La mues­tra pro­po­ne un con­jun­to de esce­nas en la calle, de retra­tos y pai­sa­jes. Una varie­dad de per­cep­cio­nes entre lo real y lo vivo, tan­to en color como en blan­co y negro.

El direc­tor del Cen­tre del Car­me, Jose Luis Pérez Pont, acom­pa­ña­do por la direc­to­ra del Ins­ti­tut Fra­nçais de Valèn­cia, Marie-Céci­­le Le Luec, y por el artis­ta Jean-Chri­s­­tophe Béchet, ha pre­sen­ta­do esta maña­na la expo­si­ción.

Pérez Pont ha seña­la­do que “esta mues­tra man­tie­ne un diá­lo­go entre la foto­gra­fía docu­men­tal y la poé­ti­ca para mos­trar la diver­si­dad visual y cul­tu­ral de Euro­pa y suge­rir dife­ren­tes pen­sa­mien­tos acer­ca de la con­vi­ven­cia entre cul­tu­ras, la eli­mi­na­ción de las fron­te­ras y la coope­ra­ción y la soli­da­ri­dad entre los pue­blos”.

El Cen­tre del Car­me dedi­ca su sala Zero a dife­ren­tes cola­bo­ra­cio­nes con otras ins­ti­tu­cio­nes cul­tu­ra­les espa­ño­las, como el Museo Thys­sen, o inter­na­cio­na­les, como el Ins­ti­tut Fra­nçais, y a pro­yec­tos vin­cu­la­dos con la foto­gra­fía o el audio­vi­sual. Esta expo­si­ción es fru­to del acuer­do de cola­bo­ra­ción con el Ins­ti­tut Fra­nçais de Valèn­cia, median­te el que se crean siner­gias entre ambos cen­tros y se da visi­bi­li­dad a un con­jun­to de pro­pues­tas cul­tu­ra­les pro­mo­vi­das por esta ins­ti­tu­ción a nivel esta­tal y que están visi­tan­do dife­ren­tes ciu­da­des como Madrid o Bar­ce­lo­na.

En sus foto­gra­fías, Jean-Chri­s­­tophe Béchet otor­ga tan­ta impor­tan­cia a la arqui­tec­tu­ra como a los seres huma­nos, a la cali­dez en la luz, a los peque­ños acci­den­tes y momen­tos a lo lar­go de la his­to­ria. De esta for­ma, se cons­tru­ye un camino sinuo­so y silen­cio­so que invi­ta al diá­lo­go entre el espí­ri­tu docu­men­tal y la ins­pi­ra­ción poé­ti­ca.

El artis­ta ha seña­la­do que “exis­te una Euro­pa eco­nó­mi­ca, polí­ti­ca, geo­grá­fi­ca e inclu­so una fut­bo­lís­ti­ca. Exis­te la Euro­pa Schen­gen, la Euro­pa de la mone­da común, aque­lla de los 28 paí­ses de la Unión Euro­pea… al igual que muchas otras Europa(s) dis­tin­tas. De Reikia­vik a Estam­bul, de Mos­cú a Lis­boa, algu­nas fron­te­ras están colap­san­do, otras emer­gien­do, algu­nas carre­te­ras se abren mien­tras que otras se cie­rran… Nues­tros hitos están sien­do sacu­di­dos: ¿exis­te toda­vía una Euro­pa del Oes­te y una del Este? Una Euro­pa del Sur en torno al mar Medi­te­rrá­neo y una Euro­pa del Nor­te aso­cia­da a la heren­cia lute­ra­na? ¿Qué nos que­da de la Euro­pa ilus­tra­da y de aque­lla ‘Mit­te­le­uro­pa’ que des­de hace mucho que­da en los cora­zo­nes?”.

Su inte­rés por Euro­pa comien­za en 1991 en Mos­cú, tras el gol­pe de esta­do que derro­có a Mijail Gor­ba­chov y que mar­có el fin de la URSS. Es por ello que el ‘vie­jo’ con­ti­nen­te se aden­tra en una nue­va era. La expo­si­ción reúne alre­de­dor de 50 foto­gra­fías rea­li­za­das a lo lar­go de 25 años, de 1990 a 2015, des­de el fin de la URSS has­ta el ini­cio del Bre­xit.

“Duran­te mis via­jes, deci­do reco­pi­lar la cró­ni­ca visual de ellos. Apren­do sobre la rela­ti­vi­dad de la nación y las fron­te­ras, sien­to el peso del cli­ma y las his­to­rias per­so­na­les, me intere­so por los mitos y aque­llos a quie­nes les per­te­ne­cen, escri­to­res, músi­cos, poe­tas o artis­tas… Con el paso de los años, cada vez me sien­to más y más “euro­peo”, pero veo resur­gir las cica­tri­ces de un pasa­do polí­ti­co mal resuel­to y vaci­lan­tes pro­me­sas acer­ca de un futu­ro hipo­té­ti­co. Sien­to un mun­do frá­gil con grie­tas cada vez más pro­fun­das. Un entorno incier­to don­de todas nues­tras con­tra­dic­cio­nes con­tem­po­rá­neas se cris­ta­li­zan”, expli­ca.

Las foto­gra­fías de Béchet no expli­can nada. No son ilus­tra­ti­vas. Se evo­can. Rela­tan la his­to­ria de una gene­ra­ción que creía en el fin de las fron­te­ras y el aban­dono de los nacio­na­lis­mos. En tiem­pos de cri­sis y en los momen­tos actua­les, el artis­ta con­fie­sa que su obra se tor­na más lite­ra­ria. “He pre­fe­ri­do el tiem­po lar­go, aquel más lite­ra­rio de los via­jes sin fin”.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia