Supe­rar­se y cum­plir sue­ños y obje­ti­vos son metas que todo el mun­do se pone a lo lar­go de su vida. No obs­tan­te, lle­gar a cum­plir­las pue­de ser más o menos acce­si­ble en vir­tud de muchos fac­to­res. Uno de los más impor­tan­tes es la situa­ción socio-eco­­nó­­mi­­ca de la que se par­te y en paí­ses como Gua­te­ma­la ésta pue­de lle­gar a ser un ver­da­de­ro obs­tácu­lo, en muchos casos insu­pe­ra­ble. Ejem­plos como el de Kim­berly, que cre­ció inten­tan­do ganar­se la vida y ayu­dan­do a su fami­lia “reci­clan­do” pro­duc­tos en un ver­te­de­ro local, mues­tran que cam­biar de vida es posi­ble. Aun­que para ello el esfuer­zo per­so­nal resul­ta fun­da­men­tal.

El docu­men­tal 142 pul­sa­cio­nes del direc­tor Alber­to Pla, rela­ta la his­to­ria de Kim­berly y la de otros niños y niñas como ella que han logra­do salir ade­lan­te con su esfuer­zo dia­rio y con la beca edu­ca­ti­va con­ce­di­da por la Aso­cia­ción CONI. El estreno ofi­cial de este tra­ba­jo docu­men­tal se lle­va­rá a cabo el pró­xi­mo vier­nes 15, a las 20:00h, en Ruza­fa Stu­dio, un nue­vo mul­ti­es­pa­cio de más de 400 m², para fomen­tar la cul­tu­ra, el arte, el audio­vi­sual y los even­tos. Ruza­fa Stu­dio está situa­do en la calle Pedro III El Gran­de, 11, de Valen­cia.

La Aso­cia­ción CONI se dio cuen­ta de estas situa­cio­nes en 2010 y des­de enton­ces tra­ba­ja sobre el terreno para brin­dar opor­tu­ni­da­des edu­ca­ti­vas a niños y niñas como Kim­berly que ansían no solo salir de su situa­ción, sino lograr con ello ayu­dar a sus fami­lias y tam­bién a sus comu­ni­da­des. Sí, por­que en no pocos casos los beca­dos, como se pue­de ver en el docu­men­tal 142 pul­sa­cio­nes, ayu­dan becan­do ellos mis­mos a otros meno­res que se encuen­tran en situa­cio­nes simi­la­res a las que un día enfren­ta­ron ellos. Y tam­bién cola­bo­ran acti­va­men­te en su edu­ca­ción como hace la pro­pia Kim­berly.

En 30 minu­tos de dura­ción, este docu­men­tal narra la his­to­ria de supera­ción de Kim­berly, con Ale­jan­dro Sebas­tián, fun­da­dor de Aso­cia­ción CONI, como tes­ti­go pri­vi­le­gia­do y com­pa­ñe­ro de via­je de su ins­pi­ra­do­ra tra­yec­to­ria vital y sus ganas de supera­ción. «Estas ansias de supera­ción son tam­bién las de su comu­ni­dad y las de un pue­blo como el gua­te­mal­te­co que, pese a las adver­si­da­des, no se rin­de y man­tie­ne la espe­ran­za de que los niños y niñas de hoy con­si­gan acce­der a la edu­ca­ción y pue­dan cons­truir un nue­vo futu­ro para su país».

Como dice Sebas­tián: «La reali­dad del ver­te­de­ro es sobre­co­ge­do­ra. Me lla­mó la aten­ción ver cómo viven al día, lite­ral­men­te. Pero sobre todo en su cabe­za, no tie­nen la capa­ci­dad de ambi­cio­nar o ima­gi­nar un pro­yec­to de vida mejor». Y ahí es don­de entra CONI para, de una for­ma que se ale­ja del pater­na­lis­mo o el asis­ten­cia­lis­mo, y se cen­tra más en la satis­fac­ción de un “dere­cho uni­ver­sal”, bus­car el modo de con­ce­der becas edu­ca­ti­vas con las cua­les los meno­res, median­te su pro­pio esfuer­zo, logren salir ade­lan­te y con­si­gan ver más allá en sus men­tes y en sus vidas. Por­que como cuen­ta la mis­ma Kim­berly: «Nece­si­ta­mos dos cosas para alcan­zar nues­tros sue­ños: las ganas y las opor­tu­ni­da­des. A veces no tene­mos las opor­tu­ni­da­des, pero yo en esta oca­sión pude tener­la, y sobre todo, ten­go esas ganas y esos deseos para alcan­zar mi sue­ño».

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