El proyecto, liderado por equipos del Instituto ITACA de la UPV y del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), ha destacado por su capacidad para clasificar cada tramo de calle en tres niveles de alerta, gracias a una red de 1.472 sensores de tráfico y variables meteorológicas integradas, y por el empleo de redes neuronales tipo LSTM que garantizan alta precisión incluso en horas punta.
Un nuevo sistema de inteligencia artificial desarrollado por el CSIC y la Universitat Politècnica de València permite anticipar episodios de alta contaminación por tráfico en la ciudad de Valencia, proporcionando alertas con treinta minutos de antelación y facilitando la adopción de medidas preventivas para proteger la salud de la ciudadanía.
La iniciativa parte de la premisa de que reducir las emisiones del transporte repercute directamente en la mejora de la calidad del aire urbano y en el combate contra el cambio climático, en una ciudad donde el tráfico representa aproximadamente el 60% de las emisiones de gases de invernadero.
Según Edgar Lorenzo-Sáez, investigador de ITACA, «El tráfico urbano es una fuente importante de contaminantes atmosféricos nocivos. No olvidar debemos que la contaminación del aire es la principal causa ambiental de muertes prematuras». Enfermedades como el asma, el cáncer de pulmón y los problemas cardiovasculares han sido vinculadas directamente a la mala calidad del aire y causan alrededor de 300.000 muertes prematuras anuales en la Unión Europea.
El modelo ha demostrado una confiabilidad significativa, acertando en el 90% de los casos cuando el tráfico es fluido y en el 70% cuando anticipa episodios de congestión, lo que permite decisiones más ágiles para evitar superar los límites legales de contaminación en zonas sensibles. Los datos de tráfico se utilizan como indicadores confiables de óxidos de nitrógeno (NOx), especialmente útiles en áreas urbanas con limitadas estaciones de calidad del aire, reforzando la eficacia de las Zonas de Bajas Emisiones sin necesidad de restricciones generalizadas.
Verónica Sanz, catedrática en la UV e investigadora del IFIC, subraya que «la inteligencia artificial puede ser una gran aliada para que las ciudades respiren mejor. Este sistema, desarrollado en València, está listo para exportarse y ayudar a mejorar la calidad del aire en entornos urbanos de todo el mundo». El sistema podrá aplicarse en otras poblaciones gracias a su robustez y adaptabilidad a distintos escenarios urbanos.
Entre los desarrollos futuros destaca la creación de un gemelo digital de València para simular medidas antes de su implementación, y la incorporación de más sensores IoT para mejorar la predicción de contaminantes. El estudio ha sido publicado en revistas científicas y cuenta con el apoyo de la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
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