Begoña Rodrigo (Valencia, 1975) lleva muchos años trabajando duro entre fogones. Este 2025 su restaurante propio ha cumplido dos décadas, La Salita, que abrió junto a su expareja, el sumiller holandés Jorne Buurmeijer. Begoña quiso ser diseñadora –y se nota esa tendencia en la presentación de sus platos–, desde que pasara los veranos en el pueblecito ribereño de Sot de Chera con su abuela, modista, pero terminó en una cocina de los Países Bajos y su vida cambió para siempre. La primera Salita que inauguró en un barrio periférico de Valencia tenía más de propuesta alternativa que de restaurante clásico. El nombre del local marcaba el concepto. Allí, incluso, se podía pasar la tarde leyendo un libro.
De modo autodidacta, Begoña empezó a crear platos de una belleza extraordinaria. Hace doce años se dio a conocer al gran público al ganar la primera edición del televisivo Top Chef, pero este acontecimiento no fue flor de un día. Le sirvió de trampolín para una trayectoria como chef que ha ido atesorando diversos reconocimientos, desde la estrella Michelin o los tres soles Repsol al premio 2020 al chef del año por este mismo Almanaque Gastronómico.
Lee el reportaje completo de Juan Lagardera en el Almanaque Gastronómico CV
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