Más allá del sol y la arena, la región ofrece al visitante la oportunidad de conectar con su pasado, pasear por antiguas murallas, explorar torres y dejarse sorprender por los secretos que se esconden entre almenas y pasadizos.
Castellón invita a un viaje por joyas arquitectónicas que han marcado la historia del Mediterráneo. El Castillo de Morella, construido aprovechando la roca natural, domina el valle y cuenta con vestigios desde la época neolítica hasta el siglo XX. El Castillo de Santa Magdalena de Pulpis, con raíces musulmanas y reconquistado por Jaime I en 1233, pasó por manos templarias y de la Orden de Montesa. En la Sierra de Irta, el Castillo de Alcalá de Xivert, de los siglos X y XI, conserva su alcazaba y torres emblemáticas. Destaca también el Castillo de las 300 Torres, declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, y el Castillo de Peñíscola, conocido como el Castillo del Papa Luna, que fue palacio pontificio en el siglo XV.
La provincia de Valencia sorprende con fortalezas que emergen entre el litoral y el interior. El Castillo de Cullera, de origen califal y erigido sobre restos íbero-romanos, ofrece un conjunto de torres y recintos fortificados con vistas privilegiadas. El Castillo de Buñol, medieval y perfectamente integrado en el casco urbano, conserva elementos musulmanes y cristianos en un recorrido por patios y murallas restauradas. El Palau Ducal dels Borja, en Gandía, declarado Bien de Interés Cultural, fue residencia de figuras tan ilustres como la duquesa María Enríquez o San Francisco de Borja.
Al sur, Alicante combina kilómetros de playas con fortalezas legendarias. El Castillo de la Atalaya de Villena, construido por los almohades en el siglo XII, destaca por su torre del homenaje y murallas originales. A una hora, el Castillo de Sax se alza a 500 metros sobre el nivel del mar, con una torre almohade y una gran torre del homenaje del siglo XIV.
A este itinerario monumental se suman las playas y calas más espectaculares del litoral valenciano. Desde la Malvarrosa y El Saler en Valencia capital, hasta la playa de Gandía, la Patacona o la Cala Barraca en Xàbia, la oferta es tan variada como sus paisajes: arenales urbanos con todos los servicios, calas recónditas ideales para el snorkel y playas familiares de aguas tranquilas.
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