Por R.Ballester Añón
Zbigniew Herbert (Lvov, 1924 – Varsovia, 1998) es uno de los grandes poetas del siglo XX (expresión versátil y manida que en este caso ajustada a los hechos). Provenía de una familia de la alta burguesía provincial, algunos de sus miembros fueron asesinados por los soviéticos en 1942. Durante la ocupacion nazi se enroló en grupos de la Resistencia, vinculados al gobierno polaco en el exilio. Estudió arte y filosofía. Tras la ocupación soviética de su país se ganó la vida con diversas ocupaciones ‑contaduría de libros, cronometrador en una cooperativa, donante profesional de sangre…
Sólo tras la muerte de Stalin, puede publicar su primer libro de poemas Cuerda de luz (1956). Dos de sus obras más conocidas son: Don Cogito (1974) ‑personaje creado por Herbert, que a algún crítico le recuerda a Monsieur Teste de Paul Valéry, y a otros, como al propio X.Ballester, a un “Sócrates con pantuflas”- e Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (1983), una obra maestra inspirada en los sucesos de diciembre de 1981 cuando el presidente Jaruzelski decretó el estado de guerra en Polonia para impedir los movimientos del protesta del sindicato Solidaridad.
El presente volumen recoge toda su obra poética: Cuerda de luz (1956), Hermes, el perro y la estrella (1957), Estudio del objeto (1961), Inscripción (1969), Don Cogito (1974), Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (1983), Elegía para la partida (1990), Rovigo (1992), Epílogo de la tormenta (1998)
Es autor también de excelentes ensayos como Un bárbaro en el jardín o Naturaleza muerta con brida.
Comparándolo con los poetas más ilustres de su generación, su traductor observa, “siendo el universal escepticismo de Herbert frente al optimismo redentorista y regional de Czeslaw Milosz, y singular su heroica e inquebrantable defensa de la ética frente al nihilismo moral ‑contramoral incluso- de Tadeusz Rózewicz, y personalísimo el empleo del artilugio poético de la ironía herbertiana frente a la aporía paradójica de Wislawa Szynborska”
Cuatro temas constantes en la obra de Herbert: objetos, cuerpo, familia, Antigüedad clásica.
Su actitud lírica cabe compendiarla del siguiente modo: trivializar el mito, sacralizar lo trivial; venerar el universo cotidiano y repudiar toda infecta utopía.
En sus poemas, encontramos versos como éste:
“cuando el viento se haga piedra/ conmoveremos el aire”
Y en su libro Prosa poética, esta composición formativa:
“Los objetos muertos siempre están en orden y por desgracia nada se les puede reprochar. Nunca logré sorprender a una silla cambiando su apoyo de una pata a otra o a una cama encabritándose. Tampoco las mesas, incluso cuando están cansadas, se atreven a arrodillarse. Sospecho que los objetos hacen estas cosas por razones didácticas: para no dejar de recordarnos nuestra inconstancia”
Zbigniew Herbert no fue persona de trato fácil. No se puede pedir todo.
Título: Poesía completa
Autores: Zbigniew Herbert
Editorial: Lumen (651 páginas)
Traducción, prólogo y notas: Xaverio Ballester
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