La obra, que ganó el Premio del Público al Mejor Espectáculo en Valenciano en 2019, podrá verse en una versión actualizada del 19 al 22 de octubre

Marian Villaes­cu­sa y Albert Mar­tí­nez en una esce­na de «Shhhh!!! 2.0».

Coin­ci­dien­do con el ‘Día con­tra el cán­cer de mama’, el 19 de octu­bre arran­can las cua­tro úni­cas y últi­mas fun­cio­nes de Shhhh!!! 2.0, ver­sión actua­li­za­da de la obra con la que Marian Villaes­cu­sa ganó el Pre­mio del Públi­co de Sala Rus­sa­fa al Mejor Espec­tácu­lo Valen­ciano en 2019.

En esta come­dia negra, la actriz, direc­to­ra de esce­na y dra­ma­tur­ga narra en pri­me­ra per­so­na su viven­cia cuan­do le fue diag­nos­ti­ca­da esta enfer­me­dad a los 29 años. La crea­do­ra, una de las voces más per­so­na­les y acti­vas de la joven esce­na valen­cia­na, deci­dió trans­for­mar ese epi­so­dio vital en una pie­za bre­ve que obtu­vo el Pre­mio SGAE-Rus­­sa­­fa Escè­ni­ca 2018, un galar­dón cuyo obje­ti­vo era ofre­cer­le los medios nece­sa­rios para ampliar el mon­ta­je. Inclu­yen­do las expe­rien­cias del año pos­te­rior a haber supe­ra­do la enfer­me­dad, nació una ver­sión exten­di­da que se pro­gra­mó en el cen­tro de crea­ción, for­ma­ción y exhi­bi­ción de artes escé­ni­cas de Ruza­fa con una gran acep­ta­ción, obte­nien­do el galar­dón ante­rior­men­te cita­do.

«Todo esto empe­zó como un auto­cui­da­do, algo que nece­si­ta­ba hacer por mí mis­ma mien­tras estu­ve enfer­ma. Des­pués vino la cura­ción y la amplia­ción de la obra, inclu­yen­do algo bas­tan­te menos cono­ci­do del cán­cer: las difi­cul­ta­des al tra­tar de rein­ser­tar­se en la vida ‘nor­mal’ des­pués de des­cu­brir que lo que ver­da­de­ra­men­te te impor­ta aho­ra no tie­ne nada que ver con la vorá­gi­ne del día a día en la que todo el mun­do anda inmer­so», expli­ca la auto­ra.

Con la ver­sión exten­di­da del espec­tácu­lo, lle­ga­ron múl­ti­ples fun­cio­nes, el con­tac­to con espec­ta­do­res que le decían cuán­to les había ayu­da­do su mane­ra fres­ca y des­de el humor de tra­tar lo que no deja de ser un dra­ma. “Me sor­pren­día mucho, la ver­dad. Pero sue­le ocu­rrir que cuan­do hace­mos algo sin nin­gu­na pre­ten­sión, conec­ta mejor con los demás que cuan­do le damos muchas vuel­tas y pone­mos dema­sia­dos esfuer­zos, temien­do cómo va a ser reci­bi­do”, apun­ta Villaes­cu­sa.

Con­ver­sa­cio­nes con Tu(a)morcito, refe­ren­cias cul­tu­ra­les pop, situa­cio­nes coti­dia­nas, plan­tea­mien­tos escé­ni­cos ori­gi­na­les, mie­dos y for­ta­le­zas bri­lla­ban sobre el esce­na­rio en una valien­te come­dia, tan diver­ti­da como emo­cio­nan­te. Pero, al tiem­po que la obra toma­ba vida pro­pia, Villaes­cu­sa tam­bién des­cu­brió face­tas menos agra­da­bles.

«De repen­te, te dabas cuen­ta de que la pro­gra­ma­ban o no coin­ci­dien­do con deter­mi­na­das fechas, que había cier­tos intere­ses movién­do­se alre­de­dor que nada tenían que ver con el espí­ri­tu sin­ce­ro con el que había con­ta­do todas estas expe­rien­cias tan per­so­na­les, tra­tan­do de reír­me de mis mie­dos», seña­la la auto­ra y direc­to­ra.

Es una alu­sión vela­da al Pink­wa­shing que muchas veces envuel­ve el apo­yo al cán­cer de mama. Se ense­ñan tor­sos feme­ni­nos muti­la­dos o no, pañue­los rosas y un aura de soro­ri­dad feliz de la que pre­ten­den bene­fi­ciar­se en tér­mi­nos de ima­gen públi­ca algu­nas enti­da­des e ins­ti­tu­cio­nes. Mien­tras que jamás se mues­tra la muti­la­ción que pue­de acom­pa­ñar a un cán­cer de tes­tícu­los ni se habla del de pul­món en los mis­mos tér­mi­nos dul­ci­fi­ca­dos.

Una esce­na de «Shhhh!!! 2.0»

«A nivel mental»

«Supe­ra­da la barre­ra de los 5 años, que en el pro­ce­so médi­co es impor­tan­te, pero tam­bién lo es a nivel men­tal para los pacien­tes, deci­dí que que­ría ser yo mis­ma quien pusie­ra fin a la obra, igual que la empe­cé”, argu­men­ta la crea­do­ra, quien encon­tró en la Sala Rus­sa­fa «total liber­tad y con­fian­za para actua­li­zar el espec­tácu­lo antes de des­pe­dir­lo para siem­pre, coin­ci­dien­do con esta sema­na en la que se ven apo­yos más dudo­sos y otros más rea­lis­tas al cán­cer de mama» apun­ta Villaes­cu­sa sobre las fun­cio­nes pro­gra­ma­das del 19 al 22 de octu­bre. Unas repre­sen­ta­cio­nes de des­pe­di­da con su lado bené­fi­co, ya que per­mi­ten cola­bo­rar con la Aso­cia­ción Care­na, que tra­ba­ja des­de hace casi 30 años ofre­cien­do apo­yo psi­co­ló­gi­co a cui­da­do­res, pacien­tes y fami­lia­res afec­ta­dos por el cán­cer y otras enfer­me­da­des gra­ves.

A tra­vés de un códi­go de Bizum y de una cuen­ta ban­ca­ria inclui­dos en la pági­na web del tea­tro dedi­ca­da al espec­tácu­lo, se pue­de hacer una dona­ción que ayu­de a Care­na a man­te­ner sus infra­es­truc­tu­ras y acti­vi­da­des de la que la pro­pia Villaes­cu­sa, jun­to a cen­te­na­res de pacien­tes y sani­ta­rios, se vio bene­fi­cia­da.

Esta sema­na, en cua­tro úni­cas y últi­mas fun­cio­nes, la crea­do­ra sube al esce­na­rio de nue­vo acom­pa­ña­da por el actor Albert Mar­tí­nez (y otras inter­ven­cio­nes sor­pre­sa) para reto­mar el rela­to sin­ce­ro de una vida que se vio ame­na­za­da, que replan­teó sus prio­ri­da­des y que des­pués tuvo que adap­tar­se a un con­tex­to que ya no podía mirar con los mis­mos ojos. Una viven­cia que podría ser la de cual­quier per­so­na que se enfren­ta a esta u otra enfer­me­dad per­ci­bi­da como gra­ve y sobre las que cae un man­to de silen­cio social al que hace refe­ren­cia el títu­lo de la obra. Pero que tam­bién requie­ren de momen­tos de mutis­mo y cal­ma inte­rior para encon­trar las fuer­zas con las que salir ade­lan­te.

Para fans y neó­fi­tos, Shhhh!!! 2.0 ofre­ce nue­vas esce­nas y situa­cio­nes en un can­to a la vida lleno de humor y coti­dia­ni­dad, rei­vin­di­can­do el dere­cho a ser fuer­tes, pero tam­bién débi­les, a no enca­jar, a reír­se has­ta del peor de los dra­mas y a encon­trar el camino pro­pio para ganar­le la par­ti­da a la vida y a la muer­te.

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