¿Fue para tanto el intento de renovar el cine por parte de los directores franceses que se popularizó entre los años 50 y 60? Ni todo fue Nouvelle Vague durante esa época, ni todas las películas más famosas del movimiento han superado con el mismo éxito el paso del tiempo.

Jean Paul Bel­mon­do y Jean Seberg en «Al final de la esca­pa­da», de Jean-Luc Godard.

En las últi­mas sema­nas he vis­to en mi tele cua­tro pelí­cu­las fran­ce­sas de los años 40–60. Al final de la expe­rien­cia iba cre­cien­do en mi cabe­za la inten­si­dad de una pre­gun­ta incó­mo­da y per­sis­ten­te: ¿En reali­dad La Nou­ve­lle Vague fue para tan­to? Reno­vó la mira­da sobre su épo­ca —años cin­cuen­ta y sesen­ta del siglo pasa­do—, apor­tó una mane­ra más libre de con­tar las his­to­rias, los acto­res tenían una inme­dia­tez que se agra­de­cía y que tal vez nece­si­tá­ba­mos los ciné­fi­los con alma sen­si­ble… Sí, todo eso es ver­dad o algo pare­ci­do a la ver­dad. Pero reite­ro la pre­gun­ta: ¿las pelí­cu­las con la eti­que­ta de Nou­ve­lle Vague fue­ron para tan­to, su alto pres­ti­gio es mere­ci­do, sus obras mayo­res han resis­ti­do bien el paso del tiem­po?

Diri­gi­do por… (la mejor publi­ca­ción ciné­fi­la que se edi­ta en Espa­ña: bien escri­ta, ilus­tra­da y docu­men­ta­da y con dos­siers apa­sio­nan­tes: para el pró­xi­mo febre­ro se anun­cia uno sobre el gran Dou­glas Sirk)… La revis­ta Diri­gi­do por, iba dicien­do, dedi­ca el tema cen­tral de su penúl­ti­mo y de su últi­mo núme­ro (diciem­bre de 2022 y enero de 2023, res­pec­ti­va­men­te) a Jean Renoir (París, 1894- Beverly Hills, 1979), un cineas­ta apa­sio­nan­te, con varias obras maes­tras (entre otras, La chien­ne, 1931; Les bas-fonds, 1936; La gran­de illu­sion, 1937; La regle du jeu, 1939; This land is mine, 1943; The river, 1951…).

Mien­tras leía el dos­sier de Renoir, mi memo­ria iba hacien­do recuen­to de los rea­li­za­do­res más des­ta­ca­dos del cine fran­cés de antes y des­pués de la Nou­ve­lle Vague, una amplia­men­te reco­no­ci­da apor­ta­ción fíl­mi­ca cuya línea divi­so­ria se esta­ble­ce a par­tir de dos pelí­cu­las fun­da­cio­na­les (Los 400 gol­pes, Fra­nçois Truf­faut, 1959, y Al final de la esca­pa­da, Jean-Luc Godard, 1960). El mun­do avan­za­ba.

Me cen­tro aho­ra en el ‘antes’ y en el ‘des­pués’. Direc­to­res de ‘antes de la Nou­ve­lle Vague’: Abel Gan­ce, René Clair, Jean Vigo, Jac­ques Tati, Sacha Guitry, Robert Bres­son, Jac­ques Bec­ker, Mar­cel Car­né, H. G. Clou­zot, Jean-Pie­­rre Mel­vi­lle, René Cle­ment, el pro­pio Renoir, las cua­tro extra­or­di­na­rias y últi­mas pelí­cu­las de Max Ophüls, roda­das en Fran­cia en los años 1950–1955…

Direc­to­res de la Nou­ve­lle Vague: ade­más de los cita­dos y deci­si­vos Truf­faut y Godard, otras figu­ras esen­cia­les del movi­mien­to reno­va­dor fue­ron Alain Res­nais, Clau­de Cha­brol, Jac­ques Rivet­te, Éric Roh­mer, Agnès Var­da, Louis Malle, Ale­xan­dre Astruc, Jac­ques Doniel-Val­­cro­­ze… Ambas lis­tas podrían ampliar­se, aun­que segui­ría en pie la pre­gun­ta cen­tral de esta cró­ni­ca: ¿de ver­dad la Nou­ve­lle Vague reno­vó y mejo­ró en pro­fun­di­dad todo el cine fran­cés de los años 60–80? Una épo­ca, por cier­to, en la que las pelí­cu­las más con­ven­cio­na­les de la indus­tria fran­ce­sa hicie­ron gran­des taqui­lla­zos. Pien­so en títu­los de André Hune­be­lle, Jean Delan­noy, Roger Vadim, Clau­de Lelouch, Yves Robert, Chri­s­­tian-Jaque, Clau­de Autant-Lara… No, los pro­yec­tos cine­ma­to­grá­fi­cos de con­su­mo popu­lar no decre­cie­ron, al con­tra­rio, se reafir­ma­ron y encan­di­la­ron a más espec­ta­do­res.

No pre­ten­do ser un agua­fies­tas nadan­do con­tra corrien­te. Tan solo pre­ten­do seña­lar que el pres­ti­gio de la Nou­ve­lle Vague se ali­men­ta con vora­ci­dad de un injus­to menos­pre­cio, ape­nas sin mati­ces, del buen cine fran­cés que se hizo antes de la lle­ga­da de Truf­faut y Godard. Cuan­do pien­so en los mejo­res logros de Bres­son, Tati, Ophüls y Clou­zot (¡Manon, 1949; La ver­dad, 1960!), me entran ganas de con­fe­sar en un tono ciné­fi­la­men­te inco­rrec­to y, lo reco­noz­co, algo inse­gu­ro (estas tomas de pos­tu­ra siem­pre son deli­ca­das): «Si me obli­gan a hacer un balan­ce estric­to y a tomar par­ti­do, yo pre­fie­ro el cine fran­cés de antes».


 


LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí

 

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

Duran­te los dos últi­mos años, el perio­dis­ta cul­tu­ral Rafa Marí ha veni­do publi­can­do en este espa­cio de Valen­cia City sus cró­ni­cas sobre cine, pri­me­ro como Dia­rio de un ciné­fi­lo, y pos­te­rior­men­te bajo el títu­lo Des­de el sillón de mi casa… en Mis­la­ta. Han sido dos años de diver­ti­das y ori­gi­na­les digre­sio­nes sobre su gran pasión, el cine, pero aho­ra toca explo­rar nue­vos terri­to­rios, reno­var una fruc­tí­fe­ra cola­bo­ra­ción, una colum­na abier­ta.

En aje­drez, otra de las inte­li­gen­tes acti­vi­da­des de Rafa Marí, una colum­na abier­ta es una colum­na sin peo­nes; en el perio­dis­mo, una colum­na abier­ta es una colum­na don­de pue­de refle­xio­nar­se sobre el pre­cio de las cosas, la alta coci­na, un libro, una pelí­cu­la o los amo­res de Isa­bel Pan­to­ja.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 se incor­po­ró a la redac­ción de Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te ejer­ce su acti­vis­mo como gran comen­ta­ris­ta.

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